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Día Mundial del Ambiente: la economía circular, política ambiental en San Juan
Todos los 5 de junio se conmemora con el objetivo de concientizar respecto al medioambiente. Teniendo en cuenta que los desechos son una pata fundamental para el cuidado ambiental, DIARIO HUARPE te cuenta que se hace en la provincia con la basura y cómo incide la economía circular en esto.
Los sanjuaninos, día a día, producen alrededor de un kilo de basura per cápita. La clasificación de estos desechos, como “basura” o como objetos a los cuales se les puede dar una segunda vida, depende de una política de Estado y de una forma de ver la realidad. En San Juan, la gestión de los residuos se realiza bajo el paradigma de la economía circular, que prevé que las cosas que se desechen puedan cumplir otro circuito más allá de su vida inicial. En el marco del Día Mundial del Ambiente, DIARIO HUARPE se preguntó: ¿qué es la economía circular y cómo se lleva a cabo en la provincia?
Según el Ministerio de Ambiente y de Desarrollo Sostenible de la Nación, la economía circular es un paradigma que alienta a la reinserción de los residuos al sistema productivo. Esta idea se contrapone al pensamiento lineal, que plantea la extracción, producción, consumo y desperdicio de los objetos. Es decir, una vez que los elementos cumplen su primera función, se desechan. Este accionar genera grandes índices de contaminación, teniendo en cuenta que cada sanjuanino produce un kilo de basura por día.
En este sentido, en la provincia se lleva a cabo una política orientada a la economía circular y al reciclaje, con el objetivo de frenar la contaminación ambiental. Una de ellas es el sistema de recolección y tratamiento de desechos que se generan día a día. Para graficar la situación, el camino que tienen los desechos después de los hogares particulares y de las diferentes instituciones es primero la recolección, luego la llegada a centros de tratamiento, después a los de trasbordo y, la última parada, la Planta de Tecnologías Ambientales (PTA).
En San Juan, hay diferentes políticas de recolección dependiendo del departamento del que se hable. Una de las más novedosas es la que se realiza en el Municipio de Rivadavia, en el cual desde el pasado 2 de marzo se lleva a cabo una recolección con separación en origen. Es decir, cada vecino debe separar sus residuos entre “húmedos” y “secos”. Los húmedos son los orgánicos y los papeles y cartones mojados, mientras que los secos son las latas, los cartones y los plásticos que están limpios y secos.
Si bien ese tipo de recolección es una de las más prácticas para la economía circular, a los desechos que no son recolectados de forma dividida también se les puede dar una segunda vida. Aunque en la mayoría de los departamentos no se haga una recolección con separación en origen, siempre la colaboración en cada hogar sirve.
Una vez que la “basura” es recolectada, se lleva a los centros de tratamiento. En San Juan, en total, hay ocho. Uno nuclea a Caucete, 9 de Julio y 25 de Mayo. Otro junta los desechos de San Martín y Angaco. Sarmiento, Jáchal, Calingasta, Iglesia y Valle Fértil tienen un centro de tratamiento cada uno. Por su parte, el del Gran San Juan es el propio Parque de Tecnologías Ambientales.
En estos sitios es en donde se separa la basura que no fue dividida en origen. Se clasifica según el reciclaje, la mayoría en papel, cartón, lata y plástico, aparte de los desechos orgánicos y los que no sirven para reciclarse, como el cartón y el papel mojado.
Una vez que esta tarea está completa, la basura se dirige hacia los centros de trasbordo, que en la provincia se ubican en Chimbas y en Albardón. Allí, el contenido se sube a otros camiones con mayor kilaje, que lo trasladarán al destino final: la PTA.
En la PTA se realizan las tareas de separación final y de recuperación del material. Conforme afirmó la Secretaría de Estado de Ambiente y Desarrollo Sustentable, entre el 2021 y el 2022 se produjeron 1,8 millones de kilos de reciclados. Estos se vendieron a diferentes empresas e instituciones, ventas que se tradujeron en una ganancia total de $75.000.000 para la provincia.
Gracias a esta tarea, los desechos que se creían inutilizables reingresan al proceso productivo y tienen una segunda función, más allá de las que se le fue asignada en su primera producción. De este modo, la cantidad de basura se reduce notablemente, contribuyendo a bajar los índices de contaminación y ayudando a la economía provincial. Es fundamental, entonces, la contribución de los particulares en la separación para la aplicación del paradigma de la economía circular.