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Dieta mediterránea y ejercicio: cómo ayudan a mejorar la densidad ósea en mujeres

Un estudio clínico demostró que combinar alimentación saludable con actividad física regular impacta positivamente en la salud ósea de mujeres con síndrome metabólico, especialmente en la columna lumbar.

POR REDACCIÓN

20 de abril de 2025
La dieta mediterránea incluye verduras, frutas, granos integrales, frijoles, frutos secos, semillas y aceite de oliva, entre otros ingredientes. Foto: gentileza 

La salud ósea en la etapa adulta es clave para una buena calidad de vida, y un reciente estudio clínico confirmó que dos factores pueden marcar la diferencia: una dieta mediterránea baja en calorías y la actividad física regular. En particular, estos hábitos mostraron efectos positivos en la densidad mineral ósea de la columna lumbar en mujeres mayores con síndrome metabólico.

La investigación fue realizada por expertos de la Universitat Rovira i Virgili en colaboración con el consorcio PREDIMED-Plus, y publicada en la revista científica JAMA Network Open. El ensayo clínico, aleatorizado y de tres años de duración, analizó a 924 adultos de entre 55 y 75 años con sobrepeso u obesidad, y diagnóstico de síndrome metabólico. Casi la mitad de los participantes fueron mujeres.

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¿Qué es el síndrome metabólico?

Según MedlinePlus, el síndrome metabólico es un conjunto de factores de riesgo que aumentan las posibilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y otras afecciones. Incluye presión arterial alta, niveles elevados de azúcar en sangre, exceso de grasa abdominal y niveles anormales de colesterol o triglicéridos.

¿Qué incluye la dieta mediterránea?

De acuerdo con los especialistas de Mayo Clinic, la dieta mediterránea se basa en alimentos tradicionales de los países del Mediterráneo. Su enfoque está en el consumo de verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos, semillas y aceite de oliva, con uso frecuente de hierbas y especias. La carne roja se limita y se prioriza el pescado y el pollo.

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El diseño del estudio y sus resultados

Los participantes fueron divididos en dos grupos:

  • Grupo de intervención: siguió una dieta mediterránea con un 30% menos de calorías, aumentó la actividad física y recibió apoyo conductual.
  • Grupo de control: mantuvo una dieta mediterránea sin restricciones calóricas ni cambios en el nivel de actividad física.

Durante el estudio, se midió la densidad mineral ósea (DMO) en tres zonas del cuerpo: el fémur total, el trocánter femoral y la columna lumbar (L1-L4). También se evaluó el contenido mineral óseo total (CMO) en tres etapas: al inicio, al primer año y al tercer año.

Aunque no se detectaron mejoras generales en el CMO ni una disminución significativa de la prevalencia de baja densidad ósea en toda la muestra, las mujeres del grupo de intervención sí mostraron mejoras significativas en la densidad ósea de la columna lumbar.

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  • En la población general del grupo de intervención, la diferencia fue de 0,9 g/cm² respecto al grupo control.
  • En las mujeres, el beneficio fue aún mayor: 1,8 g/cm².

Incluso entre aquellas que no consumían suplementos de calcio o vitamina D, los resultados positivos se mantuvieron. En contraste, no se observaron beneficios relevantes entre los hombres del estudio.

¿Por qué importa?

“La baja densidad mineral ósea está vinculada con un mayor riesgo de fracturas osteoporóticas, deterioro de la calidad de vida y aumento en la mortalidad”, indicaron los autores. Frente al envejecimiento poblacional y el crecimiento de la osteoporosis, el estilo de vida saludable se presenta como una estrategia efectiva y accesible para la prevención.

Los investigadores concluyeron que una intervención prolongada basada en la dieta mediterránea baja en energía y ejercicio físico es una herramienta viable para mejorar la salud ósea en mujeres mayores con riesgo de debilitamiento óseo. Este enfoque integral no solo ayuda a perder peso, sino también a preservar la fortaleza de los huesos y reducir complicaciones asociadas al envejecimiento.

En resumen: mantener una alimentación equilibrada y moverse todos los días no solo es bueno para el corazón o el metabolismo, sino también para cuidar los huesos —especialmente en la adultez.

Fuente: Infobae.

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