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El drama que dejan a la luz los pumitas que buscan padrinos y nombres

San Juan muere de ternura con dos felinos bebés, los más pequeños que recibió alguna vez el Faunístico. Pero detrás hay historias de crueldad y hasta de errores bienintencionados.

03 de junio de 2021

El Centro para la Conservación de la Fauna Silvestre de Rivadavia, más conocido como Parque Faunístico, se ha convertido en el centro de la atención de todo San Juan con la llegada de dos pumas bebés. Se trata de los felinos más pequeños que ha rescatado en su historia el parque y son las estrellas sanjuaninas más comentadas por estos días. 

Pero detrás de toda la ternura de los “gatitos”, que pronto se convertirán en felinos de gran tamaño, existe todo un historial de problemas, todos ellos relacionados con el accionar humano. Incluso en el caso de la pareja de pumas: los encontraron deshidratados y solos, por lo que creen que a la madre podrían haberla matado cazadores.

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Fotos Mariano Martín - DIARIO HUARPE.

Por eso el Faunístico tomó la decisión de aprovechar la llegada de los cachorros para concientizar a los sanjuaninos. La estrategia es que chicos y grandes se suman a una votación eligiendo sus nombres y de paso se conviertan en “padrinos” de estos animales. Cada uno de los apadrinadores recibirá información para ayudar que estos pumas sean los últimos que lleguen al centro por la crueldad o falta de conciencia humana.

Cómo salvaron a los hermanitos

Cinthya González, veterinaria del Faunístico, recibió un llamado hace más de un mes de parte de Medio Ambiente. “Tengo dos pumas”, escuchó del otro lado. “Tengo nueve”, fue la respuesta de la especialista. Fue la foto que le enviaron de los dos cachorritos, nacidos apenas unos 15 días antes, lo que la convenció de que estos ejemplares no podían ir a cualquier refugio.  

Puesteros de la zona los habían visto hacía algunos días, pero por recomendación de los que saben no intervinieron hasta no asegurarse de que la madre no iba a aparecer. Cuando la situación estaba volviéndose límite los capturaron.

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En realidad se trató solo de ir a buscarlos, porque los cachorros estaban débiles, la hembra deshidratada y con diarrea y ninguno había abierto sus ojos todavía. Aunque la premisa es siempre no intervenir, en este caso la única alternativa de los felinos era la ayuda humana.

Los cuidadores se muestran orgullosos de algunas conductas felinas que los pumitas han aprendido a pesar del cautiverio, como acechar a los guanacos adultos que están del otro lado de una reja. Fotos Mariano Martín - DIARIO HUARPE.

Rápidamente fueron tratados, la cachorra era la más pequeña y frágil, en algún momento, contó Cinthya, pensaron que podía fallecer. Pero por suerte en pocos días se repuso y hoy por hoy, antes de cumplir los dos meses, ambos están en perfecto estado de salud, toman leche maternizada de gatos y han empezado a comer carne. “Les encanta la carne, hasta se desconocen si uno le saca un pedazo al otro”, cuenta su cuidadora.

Los cachorritos están terminando de cambiar sus dientes de leche, creciendo rápidamente y apenas cuatro meses ya no tendrán las manchas en el pelaje que hace reconocible a los bebés, volviéndose marrones íntegros como los otros felinos del faunístico.

Lamentablemente, sospechan que nunca podrán ser reinsertados en la naturaleza, porque antes de poder ver a su madre tuvieron que ser rescatados por humanos. Esto hace que confíen en las personas y si vuelven a su medio siempre intentarán volver con los humanos, bajando sus posibilidades de supervivencia.

Trepar, perseguir objetos y acechar son algunas de las actividades preferidas de los chiquitos. Fotos Mariano Martín - DIARIO HUARPE.

Una historia que parece no tener final

Los animales silvestres que recibe el Faunístico llegan todos por intervención humana. Están los que son víctimas de la crueldad, como algunos pumas que tenían en cautiverio, monos que trajeron de zonas selváticas como Toto, uno de los habitantes más viejos del parque que lleva más de dos décadas en el lugar, y cientos de pájaros capturados que intentan rehabilitar para que vuelvan a su espacio.

Por otro lado están aquellos animales que, por desconocimiento, algunos bienintencionados pero mal informados llevan al parque. Cinthya explicó que ven muchos casos de lagartos, pájaros o armadillos que las personas pueden capturar de áreas silvestres y como creen que están en peligro, los trasladan al parque.

Una rueda también puede ser un lugar donde afilarse las uñas. Fotos Mariano Martín - DIARIO HUARPE.

“Algo muy común es que ven aves de rapiña que están aprendiendo a volar, apenas salidos del nido y los traen, pensando que están heridos”, contó. Algunos han guanacos, que “son animales muy curiosos, que se acercan a poblados y muchas veces se ve la cría sola, porque la madre se aleja pero los está monitoreando de lejos. Pero agarran el cachorro y lo traen”, contó. En todos estos casos, la vuelta al hábitat requiere de un gran esfuerzo y a veces es imposible.

Cinthya explicó que en estos casos la persona no debe intervenir, lo mejor que pueden hacer es “llamar a Ambiente y que ellos se encarguen de decidir si corresponde rescatarlo, darle atención o si simplemente es mejor alejarse”.

Otro escenario distinto se da en los casos de animales exóticos. Algunas personas adoptan como mascotas animales que no lo son, como pájaros exóticos, tortugas, lagartos u otros tipos de animales. Cuando descubren esto las autoridades intervienen, pero luego, la reinserción prácticamente imposible y deben quedarse en el faunístico.

Con sus cuidadores Mariano González y Cinthya González, técnico biólogo y veterinaria del parque respectivamente. Fotos Mariano Martín - DIARIO HUARPE.

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