Provinciales > A un año de la locura
El eclipse que (casi) nadie miró en San Juan
POR REDACCIÓN
El cielo se puso de un color distinto y la temperatura bajó notablemente. San Juan volvía a sentir los efectos de un eclipse solar, pero la mayoría de los sanjuaninos apenas se detuvieron a pensar que la suerte había hecho que los dos eclipses del siglo estaban afectando esta tierra.
Algunos hicieron el intento de ver algo, notaron las sombras con forma de luna o los signos generales más visibles. Pero lejos estuvo de ese “parate” provincial que fue el eclipse total de un año antes. La mayoría pasó de largo, siguió su día normal o hasta tomaban un café en pleno centro sin prestar atención.
En la Plaza del Bicentenario y los alrededores del Centro Cívico no había nadie interesado en el fenómeno “de una vez en la vida”. Tal vez efecto de que ante el impresionante eclipse total, una ocultación del sol del 65% quedaba un poco deslucido.
Sólo un grupo de 10 trabajadores de oficinas cercanas bajaron a la Plaza 25 a ver cómo podían, usando anteojos comunes (algo no recomendado). Hasta que aparecieron unos especiales, guardados desde el eclipse anterior, y ese grupo pudo apreciarlo mejor. También se sumó un joven emprendedor, que hace un año estuvo "a las corridas" y no había podido vivirlo a fondo, así que esta vez cortó su día para hacerlo. Otros no tuvieron la suerte de unos “minutos libres” para ver lo que pasaba y se quedaron en sus oficinas mientras sucedía.
En el momento de mayor ocultación, algunos simplemente estaban sentados mirando el teléfono. Una kiosquera de la plaza céntrica, que el año pasado tuvo que atender a los cientos que se reunieron, explicó la diferencia de forma simple: “nada que ver”, dijo. Ella, al igual que otros, se enteró recién un día antes de lo que iba a suceder, a pesar de que hubo difusión. La mujer no usó esa breve anticipación para llevar lentes o un vidrio de máscara de soldar para mirar al cielo.
Hubo algunos puntos de observación en la provincia. Eran eventos con cupos limitados, porque la pandemia también metió la cola en la observación del eclipse y las grandes aglomeraciones y llegadas masivas de turistas no eran una opción. En El Carrascal, el espacio contiguo a las oficinas de Turismo tampoco hubo algo organizado para el evento astronómico.
Disfrutar de este eclipse, que para los sanjuaninos fue una ocasión de “dos veces en la vida”, dependió sólo del entusiasmo de cada uno, o de haberse enterado.