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Economía > Crisis

En San Juan, el 70% de los pobres son mujeres: por qué este fenómeno golpea más a este género

El trabajo no remunerado y la desigualdad laboral y económica son flagelos que contribuyen directamente la feminización de la pobreza. 

POR REDACCIÓN

21 de abril de 2022

Viviana Goyochea es una trabajadora comunitaria que se desempeña en el merendero "Chocolandia"y, además, tiene un puesto en un hotel. Tiene cinco hijos, cuatro de ellos y su nieta viven con ella en su casa. Es el único sostén económico de su familia y hace malabares para poder llegar a fin de mes. Ella terminó la secundaria hace dos años y quiso estudiar una carrera universitaria. Sin embargo, no lo logró. "No me dio tiempo, con los dos trabajos y el cuidado de mi familia no pude continuar", comentó a DIARIO HUARPE. Trabajó once años en negro, hasta que la despidieron. Sueña con poder independizarse económicamente para estudiar en la universidad. Viviana tuvo que relegarse, poner en espera sus objetivos y crecimiento, en pos de satisfacer las necesidades de su familia. Esto es lo que hacen muchas mujeres de San Juan y de la Argentina y tiene un nombre: feminización de la pobreza.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en el segundo semestre del 2021 la pobreza alcanzó al 36,8% de los sanjuaninos. Conforme a las investigaciones y relevamientos de la Dirección de Economía, Igualdad y Género de la Nación, el 70% del total de personas con bajos recursos es mujer. Esto quiere decir que, en la provincia y a nivel nacional, siete de cada diez pobres son identidades feminizadas. Esto demuestra que la crisis afecta más a un género, debido a injusticias históricas.

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El estudio de la feminización de la pobreza, conforme planteó a DIARIO HUARPE la socióloga e investigadora, Gabriela Trad Malmod, proviene más de los movimientos sociales ya que son ellos los que tienen contacto directo con este tipo de problemáticas que son más invisibilizadas. Después, se fueron acercando a los contextos académicos y científicos.

De acuerdo con el Informe de Evolución de Distribución del Ingreso, realizado por el Indec, las mujeres cuentan con un ingreso un 30% menor a comparación al de los hombres. Con respecto a esto Tatiana Pizarro, doctora en Ciencias Políticas e investigadora de la feminización de la pobreza, planteó: “Podrían decir que las mujeres trabajan menos que los hombres, que por eso cobran menos. ¡Y sí, exactamente de eso se trata la desigualdad! Las mujeres se desempeñan menos horas en el mercado laboral, pero trabajan mucho más en el espacio privado”.

Con espacio privado, Pizarro se refiere a que las identidades feminizadas se desempeñan más tiempo que los hombres en tareas de trabajo de cuidado y reproducción no remunerado. Es decir, en la limpieza del hogar, el cuidado de los hijos e hijas, de los adultos mayores, etcétera.

¿Cuánto tiempo más? Trad aseguró según investigaciones recientes, el índice de trabajo doméstico en San Juan data de seis horas diarias para las mujeres, mientras que los hombres solo destinan dos horas de su vida a este tipo de labor. Tres veces más.

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De esta manera, la mujer en el mercado laboral se vuelve muchísimo menos competitivo. Es que las mujeres tienen una especie de doble jornada laboral (la suma entre las tareas del trabajo no remunerado más las de del remunerado) que hace que los empleadores elijan a los hombres, por su "efectividad" laboral. 

"Los indicadores de esta desigualdad tienen un trasfondo muy simple y complejo a la vez. Atrás de todo esto, está el trabajo reproductivo no remunerado y hay una distribución muy asimétrica entre los varones y las mujeres en las tareas como limpiar, cuidar a los niños y niñas, hacer trámites", comentó al respecto Pizarro. Esto repercute en el nivel ocupacional de las mujeres, ya que incide fuertemente en la calidad del empleo y en la cantidad de deserción laboral. 

Brindan ayuda escolar a los niños y niñas. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

La desigualdad del trabajo, tanto a nivel salarial como ocupacional, mantiene a las mujeres siempre al borde de ser pobres. Trad explicó, en este sentido, que no solo las mujeres son más pobres que los hombres, sino que también son las encargadas de trabajar sobre ello. "No solo somos pobres, sino que también tenemos la tarea de administrar la pobreza en el interior del hogar. Si no hay recursos, somos nosotras las encargadas de garantizar que nada falte", planteó.

La socióloga manifestó que uno de esos ejemplos de administración de la pobreza son los comedores barriales, ya que no solo se encargan de sus hogares, sino también de las comunidades y barrios donde viven. Se podría decir, entonces, que la materialización de esa administración se puede observar en los merenderos o comedores. 

En "El futuro para los niños" cocinan con brasas. Foto: Gentileza.

En San Juan, la Asociación Amas de Casa San Juan tiene a cargo 38 merenderos. La mayoría de las personas que se encargan de estas instituciones, son mujeres. DIARIO HUARPE estuvo en dos de ellos, averiguando cómo hacen para administrar los recursos y que a ningún miembro de esas 180 familias que van a comer al lugar le falte ningún alimento. 

Andrea Güemes, la coordinadora del comedor Chocolandia, comentó que, desde el Estado, solo reciben alimentos secos y que la asociación es la que se hace cargo de comprar artículos como carnes y verduras. El objetivo de esto es que quienes asistan cuenten con una alimentación lo más completa posible. 

Venden sus productos para tener un fondo de dinero en común. Foto: Gentileza.

Sin embargo, se las tienen que ingeniar para hacer rendir la comida y que alcance para todo el mes. Debido a esto, han desarrollado diferentes estrategias para reinventarse y que la gente no coma siempre lo mismo.

Una de las encargadas de "inventar" nuevas recetas, es Myriam, trabajadora del lugar. La receta estrella de Myriam es el bizcochuelo hecho de cereales. "Molemos un poco los cereales y ponemos la mezcla del bizcochuelo, queda riquísimo porque le da un toque crocante", explicó.

Las 22 mujeres que trabajan en Chocolandia no solo se encargan de alimentar a los demás, sino que también administran económicamente a sus familias. El merendero brinda las instalaciones de manera gratuita para que ellas puedan realizar sus emprendimientos, como la elaboración de facturas, pan, pizzas y tortitas. Luego, ellas venden estos artículos, lo que les permite contar con un dinero extra para mantener a sus familias. 

Elaboran panificados y los venden por el barrio para sustentarse económicamente. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

En el merendero "El futuro de los niños", ubicado a pocas cuadras de Chocolandia, también realizan pan casero para vender. Con el dinero de las ventas, hacen un pozo en común donde juntan para cualquier tipo de emergencia. 

"El futuro de los niños", está compuesto por diez personas: nueve mujeres y solo un hombre. Ellas son las que se encargan, todos los días, de prender el fuego para hacer la comida ya que no cuentan con gas natural. Otra vez, el destino de 180 familias en manos de ellas. 

Los merenderos son el claro ejemplo de cómo las mujeres son el soporte del trabajo de cuidado no remunerado. Son ellas, las que se encargan de que a las familias no les falte comida. Esto sucede en el ámbito público, pero sobre todo en el privado. "La tarea doméstica y de cuidado, que hacemos en el interior de nuestros hogares y que no es paga, genera un punto de partida desigual a la hora de plantear tu vida cotidiana, tu día a día y a la hora de presentarte en un trabajo remunerado", cerró Trad.

Cuál es la solución a esta problemática

Tatiana Pizarro dijo que, para terminar con la desigualdad laboral y los índices de pobreza que golpean mayormente a las mujeres, es fundamental "visibilizar el trabajo doméstico y reproductivo no remunerado ya que son puntos claves para entender la desigualdad". Esto se realiza, apuntó, a través de la concreción de políticas públicas con perspectiva de género.

La doctora en Ciencias Políticas planteó que, si bien queda mucho camino por recorrer, un primer paso para lograr la equidad de género fue la creación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Además, destacó la creación y ampliación de varias políticas respecto a esta temática.

"Se fortaleció, por ejemplo, la Asignación Universal por Hijo. Eso sorprendió mucho a la gente, pero tiene un trasfondo con perspectiva de género de concebir cómo estaban afectando las tareas de cuidado a esa familia y a toda la sociedad. Asimismo, se trabajó mucho con la tarjeta Alimentar. También se reconoció, a nivel jubilatorio, años de aporte a las mujeres que habían criado hijos porque se pudo observar que una de cada diez mujeres en la Argentina apenas llegaba a tener veinte años de aporte, entonces no podían alcanzar a jubilarse. Es una cuestión estructural, porque evidencia que hay una imposibilidad de entrar y mantenernos en el mercado laboral", explicó. 

De este modo, una pata clave para la solución de esta cuestión, son las acciones que el Estado pueda tomar para equilibrar la balanza laboral y económica. Aliviando gastos que las mujeres puedan llegar a tener con respecto a la crianza de sus hijos, las mujeres cuentan con mayor tiempo y dinero para dedicar a sus emprendimientos ocupacionales y a sus vidas académicas, por ejemplo. 

DATO 1:

El 70% de los pobres es mujer. 

DATO 2:

La brecha de salario entre hombres y mujeres es del 30%.

DATO 3: 

En San Juan, las mujeres tienen un total de seis horas de trabajo no remunerado, mientras que los hombres apenas dos horas. 

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