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Provinciales > Segunda ola

En Seguridad afirman que falta compromiso social para denunciar fiestas clandestinas

Sólo en marzo hubo más de 200 detenidos por participar de este tipo de eventos ilegales.

08 de abril de 2021

En los últimos días se detectaron una gran cantidad de fiestas clandestinas en la provincia, no obstante, a pesar del trabajo que hacen efectivos, desde la Secretaría de Seguridad y Orden Público creen que falta mayor compromiso social. Opinan esto ya que a veces hay ciudadanos que conocen o escuchan que se están realizando estos eventos ilegales y, a pesar de que estamos comenzando la segunda ola y de que los contagios se incrementan día a día, no denuncian.

“Si hubiese más compromiso social habría más intervenciones porque hay mucha gente que conoce el movimiento diario de determinado lugar y que no se involucra denunciando a pesar de observar que hay algo que no encaja en esa zona”, dijo a DIARIO HUARPE el subsecretario de Seguridad, Abel Hernández.

Si bien no hay números exactos, Hernández estima que en el mes de marzo hubo más de 200 detenidos debido a que participaron de fiestas ilegales. La franja etaria que más infringe esta normativa tiene de 20 a 40 años.

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En un principio de la pandemia los participantes de estos eventos fueron juzgados por Flagrancia, pero ahora sólo deben abonar multas.

Quien se encarga de realizar recorridas y controles por estos sucesos es el personal del área de Leyes Especiales de la Policía de San Juan. A este grupo se le suman unidades departamentales que “controlan permanentemente”.

Según Hernández, el problema de las fiestas es que la mayoría ocurren dentro de viviendas y no en la vía pública así que efectivos policiales no pueden detectarlas “salvo que sean muy evidentes o esté lleno de autos un lugar”. Es por ello que les piden colaboración a los vecinos que son los que conocen los movimientos de las zonas. Si denuncian, va el patrullero para intervenir.

Con respecto a los motivos por los que el subsecretario de Seguridad cree que ocurren, dijo que “los argentinos somos transgresores por naturaleza, si algo está prohibido es lo que mayormente encara la gente para hacer, es como que esa situación tiene otro sabor, se disfruta más”.

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A pesar de que los gastronómicos creyeron que su cierre a las tres de la madrugada iba a disminuir las fiestas ilegales debido a que les daban una oportunidad a los jóvenes para que se junten respetando los protocolos sanitarios, siguen existiendo juntadas en casas con decenas de participantes.

“Se sienten mucho mejor en la fiesta furtiva, lo hacen por la anécdota”, comentó Hernández.

Por último, el funcionario consideró que los participantes no tienen una condición social establecida. “Puede ser alguien de un ambiente muy humilde hasta profesionales que son los que más vida social tienen y los que más deciden juntarse porque la fiesta es para el grupo de amigos que quiere juntarse y no lo quiere hacer en una confitería bajo protocolo”, cerró el subsecretario de Seguridad.

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