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Isabel, la docente sanjuanina que sueña con un salón para contener a los 290 chicos de su merendero

Quiere que haya maestros para que los ayuden con las tareas escolares y psicólogos para que los apoyen emocionalmente.

12 de julio de 2020

La mayor parte de su vida Isabel Vera estuvo rodeada de niños y adolescentes por su trabajo como docente. Ahora, lo sigue haciendo porque vio el hambre que pasaban los chicos del barrio El Arriero, en el departamento Rivadavia. Allí notó lo difícil que era para algunos padres llegar a fin de mes, por lo que decidió fundar el merendero "Los pibes del Arriero". Ahora sueña con poder construir un salón para que quienes asisten reciban ahí clases de folclore, ayudas extraescolares y todo lo que les aportan desde la institución.

“Acá hay muchos chiquitos que no tenían una copa de leche ni merienda. Antes de entrar a la cuarentena ya estábamos en una situación crítica porque muchos de los papás que trabajan en la minería habían quedado sin trabajo”, cuenta Isabel sobre la situación del complejo habitacional.

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Fue en febrero cuando la mujer de 57 años tuvo la idea, pero no sabía cómo llevarla a cabo así que consultó con la asociación civil Sueños Integradores donde la asesoraron. Luego fue al Ministerio de Desarrollo Humano con el proyecto y se lo aprobaron. También le dieron una ayuda económica que le sirvió para comenzar a darles la copa de leche a los primeros 70 niños de entre 0 y 12 años que comenzaron yendo.

Merendero Los Pibes del Arriero. Foto: gentileza.

Con el tiempo fueron cada vez más los chicos que se sumaron, actualmente son 290. Ya no sólo son de ese lugar, ahora asisten personas del Lote Hogar 53 y los barrios 12 de abril y los Zorzales. A ellos se les suman unos 10 jubilados con los que Isabel colabora porque dice que ella no puede negarle su ayuda a nadie.

Los días pasaron e Isabel fue incrementando las actividades para que sus niños se diviertan y aprendan. Así llegó a darles clases de folclore y hasta funciones de títeres. Lo hizo junto a los 20 voluntarios que como ella aportan su granito de arena. Ahora quiere incrementar la ayuda, pero para ello necesita un salón el que puedan realizar cada una de las propuestas que tienen.

Voluntarios del merendero. Foto: gentileza.

En ese espacio Isabel desea que haya maestras que brinden apoyo con las tareas escolares y también psicólogos. Si llega a cumplirse podrán trasladar ahí el ropero comunitario que poseen con la ropa que sanjuaninos donan y los voluntarios se encargan de lavar, coser y remendar para luego entregarla a quienes más la necesitan.

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“Mi objetivo es construir una sala múltiple en la que puedan desarrollar sus actividades y se sientan contenidos por profesionales porque el alimento no es la única falencia que tienen, también está la falta de cariño de los padres”, dice Isabel.

Agrega: “Si son contenidos, cuando sean más grandes van a tener un mejor futuro, se van a sentir capaces de cumplir sus sueños”.

Ya tiene el espacio para esta sala en la unión vecinal del barrio Los Arrieros, pero les faltan los recursos económicos para construir, razón por la que están pidiendo ayuda a los sanjuaninos. Aunque, no son las únicas colaboraciones que necesitan: “No logro llegar con la mercadería para darles a los chicos todo el mes”, cuenta. Es que el merendero funciona de lunes a viernes, no quiere bajar la cantidad de días, por eso realiza el pedido de leche, cacao, harina, azúcar y panificación para poder seguir alimentando a niños.

“Yo soy muy feliz con esto que hago. Trabajo en la parte administrativa del Ministerio de Educación, pero esto también es mi trabajo”, cierra la creadora del merendero Los Pibes del Arriero.

Para ayudar:  2644693109.

Cambios por la cuarentena

Cuando comenzó la cuarentena por el coronavirus, el 20 de marzo, el merendero siguió brindándoles la leche, pero se las daban para que la tomaran en sus casas. Aún siguen con esa modalidad.

Cada vez que llegan los chicos forman una fila en la que deben respetar el distanciamiento social. Tienen que ir con sus botellas personales que los voluntarios de la institución rocían con alcohol para desinfectarlas. Las cargan con leche y luego se las devuelven para que merienden en sus viviendas. Esto lo acompañan con panificación que les dan en bolsas personales. Siempre están utilizando guantes y tapabocas para seguir manteniendo el estatus sanitario de la provincia.

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