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La lucha de una sanjuanina para que le den la pensión por discapacidad a su hija del corazón
Luciana tiene la tenencia de Sheila, una niña con parálisis cerebral y discapacidad motora completa, por lo que necesita el dinero para cubrir los gastos.
Por Eliana Ruiz
Pañales, medicación, un changuito postural especial, férula, corset y niñera son sólo algunos de los gastos que tiene Luciana Gásquez con su hija del corazón, Sheila, de 9 años, que tiene parálisis cerebral y discapacidad motora completa.
A Sheila la conoce desde que tiene 15 días de vida. La vio cuando ella trabajaba como enfermera en el Hospital Rawson y como sus padres “nunca aparecieron” y viven en condiciones vulnerables, decidió comenzar los papeles para tenerla un tiempo bajo guarda. Con el pasar de los años logró la tenencia de la niña.
Para costear los gastos, hace malabares con el dinero que gana como enfermera de un hospital público de San Juan. Por esta razón empezó hace varios años las averiguaciones para recibir una pensión que le permita cubrir todo lo que necesita su niña, pero aún no logra que se la otorguen.
“Cuando uno tiene un hijo con discapacidad a cargo, el Estado te da plata, pero esa plata nunca la vi. Hice los trámites y siempre me negaron ese dinero porque yo trabajo para el Estado”, contó a DIARIO HUARPE.
Luciana inició los trámites en Anses reiteradas veces y siempre tuvo la misma respuesta: “No le corresponde el dinero por ser empleada de la Provincia de San Juan”. Incluso, aseguró que una vez desde esa entidad le dijeron que “si quería la pensión, dejara de trabajar y tuviera hijos”.
También fue hasta la Dirección de Discapacidad, donde volvió a recibir la negativa. “Mi hija tiene todos los papeles que indican que tiene una discapacidad motora, tiene casi el 97% de discapacidad”, comenta la mujer.
Ella es mamá soltera y, a pesar de su trabajo estable como enfermera, hay meses en los que no llega a cubrir los gastos de Sheila con un solo sueldo. Es que sólo para la niñera destina $14.000, eso se le suma unos $3.000 de pañales, al menos $5.000 de alimentación sólo de su hija y medicamentos ya que toma cuatro y la Obra Social Provincia le cubre dos.
“Es muy difícil sin la pensión”, dijo. Hubo meses en los que Sheila tuvo algunas complicaciones que implicaron dinero extra al cotidiano y Luciana se quedó sin un peso.
Debido a las negativas que recibió en Anses y en la Dirección de Discapacidad, junto a su hermana decidieron viralizar la historia y juntar firmas en change.org para presentar ante algunas de estas entidades, aunque aún no definen en cuál.
Mientras tanto, Luciana sigue trabajando y viralizando la página en la que juntan las firmas para poder recibir la pensión por la discapacidad de su hija del corazón. Hasta el mediodía de este jueves, unas 700 personas se habían sumado. Si bien no tiene un número exacto al que quiera llegar, espera que cada vez sean más los adherentes.
“Al ser una niña especial, lleva más tiempo y dinero porque son muchos los gastos”, cierra Luciana.