Los alumnos del Nacional empezaron el segundo semestre con gas

Culminado el periodo del receso invernal, los alumnos del Colegio Nacional Monseñor Pablo Cabrera volvieron a las aulas y se encontraron con la novedad de que las estufas funcionaban. Esto se logró ya que la Dirección de Mantenimiento Escolar hizo lugar al reclamo efectuado por la comunidad educativa y restablecieron la conexión a gas natural para que cursen en condiciones adecuadas y no tengan que soportar las bajas temperaturas.

El Nacional, al igual que otras instituciones educativas de la provincia tiene carácter patrimonial, por la cual cada reforma que se haga en su estructura debe estar debidamente autorizada por una comisión conformada al efecto para no dañar el aspecto arquitectónico que presenta.

Para llegar a obtener una respuesta satisfactoria a la problemática, los alumnos pasaron largas jornadas de frío. Algunos se animaron a llevar mantas y frazadas para soportar las bajas temperaturas dentro de los claustros. Otros incrementaban sus abrigos desde los pies a la cabeza. Además, varios docentes se vieron obligados a modificar su planificación y trasladarlos al patio para que con la resolana del Sol pudieran paliar las inclemencias del tiempo.

Dicen que el año pasado hubo un problema con el medidor de gas que provocó que la institución educativa quedara en esa situación. Una fuga del elemento obligó la intervención de Ecogas, quienes tuvieron que retirar el medidor. Desde ese momento nunca más se pudo restituir el servicio porque debían hacerse obras que comprometían a la estructura edilicia. Además, desde el organismo pedían que el colegio se ajustara a las nuevas normativas de seguridad, como rejillas de ventilación y control de equipamientos para evitar fugas, ya que en la época de fundación allá por fines del siglo XIX estas exigencias no existían.

Ahora, ya solucionado el problema, los alumnos se mostraron contentos y entusiasmados por ir a tomar clases. Para ellos fue grato volver de esta manera, al igual que para todo el cuerpo de docentes y directivos. De todos modos, no dejan de estar en estado de alerta, ya que las condiciones actuales que presenta la estructura merecen más mantenimiento y atención por parte de estas áreas del Gobierno, para evitar que el colegio se siga degradando y corran peligro los estudiantes.