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Nuevo informe de la UCA revela que más de un tercio de los niños y adolescentes tiene problemas de nutrición

La ayuda alimentaria directa que los niños reciben a través de las escuelas y comedores descendió de 39,2% a un 23,2%. 

POR EL CRONISTA PARA DIARIO HUARPE

El 34,4% de los niños y adolescentes padece malnutrición. Además, la asistencia alimentaria gratuita cayó especialmente en los niños en edad de cursar la educación primaria, y en los estratos sociales bajos y medio no profesional.

Estos datos se desprenden de un informe elaborado por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA titulado Efectos del ASPO Covid-19 en el desarrollo humano de las infancias argentinas, al que tuvo acceso El Cronista que, además, arroja que 4 de cada 10 niños son beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH).

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Asimismo, el informe revela que entre 2011 y 2020 la pobreza infantil experimentó una suba de 26,4 puntos.

Si bien los niños y adolescentes no forman parte de la población de mayor riesgo a contraer coronavirus, el informe elaborado desde la UCA señala que, como consecuencia del Aislamiento Socia, Preventivo y Obligatorio (ASPO) dispuesto por el Ejecutivo en marzo, en el marco de la pandemia “se ha producido un incremento de la vulnerabilidad de las infancias en el pleno ejercicio de múltiples derechos”.

Uno de los datos más alarmantes que arroja el informe es que la ayuda alimentaria directa que los niños reciben a través de las escuelas y comedores descendió de 39,2% a un 23,2%. “Este sin dudas es el principal efecto ASPO-Covid-19”, sintetizan desde el Observatorio Social de la UCA.

De acuerdo a un nuevo estudio elaborado por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, en el último año se incrementó en cuatro puntos porcentuales la cantidad de niños y adolescentes que padecen Inseguridad Alimentaria Total (porcentaje de niños y adolescentes en hogares en los que expresa haber reducido la dieta alimentaria en los últimos 12 meses por problemas económicos).

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En tanto, la Inseguridad Alimentaria Severa (porcentaje de niños y adolescentes en hogares en los que expresa que los niños experimentaron situaciones de hambre por falta de alimentos en los últimos 12 meses por problemas económicos) se elevó en 1,5 puntos.

Con estos incrementos, se observa que el 34,4% de los niños y adolescentes padecen Inseguridad Alimentaria Total y un 15%, Inseguridad Alimentaria Severa.

Siempre de acuerdo al mismo estudio al que tuvo acceso este medio, se observa que, en el último año, el aumento de los problemas de malnutrición se registra principalmente en los niños de entre 5 y 12 años y en mayor medida en los adolescentes de 13 a 17 años (4,2 y 7,1 puntos porcentuales, respectivamente).

En tanto, los niños de entre 0 y 4 años, subraya el informe, se vieron más protegidos “probablemente como consecuencia de la cobertura de la Tarjeta Alimentar”.

Así, del estudio que se conoció en las últimas horas se deduce que, entre quienes reciben la Tarjeta Alimentar las chances de experimentar inseguridad alimentaria severa son sensiblemente menores a las observadas entre quienes no reciben ese beneficio (11,5% y 17,3%, respectivamente).

De todas maneras, desde el observatorio se encargan de aclarar que la tarjeta “no fue suficiente como sistema de protección ante la vulnerabilidad en el acceso a los alimentos (41,8% en los beneficiarios y 31% en los no beneficiarios)”.

Pobreza infantil

De acuerdo al Observatorio de la Deuda Social de la UCA, además, entre los años 2011 y 2020, la incidencia de la pobreza en niños y adolescentes, salvo entre 2016-2017, creció de manera sostenida. Según los datos que arroja el estudio hecho basándose en Encuesta de la Deuda Social Argentina, entre 2011 y 2016, la pobreza infantil se incrementó en 12,9 puntos y, entre 2017 y 2020, en 20 puntos. Mientras que, entre 2011 y 2020, la pobreza infantil experimentó una suba de 26,4 puntos.

En tanto, la indigencia (pobreza extrema), de acuerdo a lo que arroja el estudio, registró una evolución más sostenida en el tiempo y recién registra un incremento significativo entre 2018 y 2019, y algo menor en el último período interanual (3,9 y 1,2 puntos, respectivamente).

Actualmente, el 64,1% de los niños y adolescentes son pobres, el 16% son indigentes.

Para concluir, el informe rescata que los sistemas de protección social como la Asignación Universal por Hijo (AUH)  y más recientemente la Tarjeta Alimentar, y el Ingreso Familia de Emergencia (IFE) han tenido un rol muy relevante en el sostenimiento de los niveles de la indigencia y menor fue su efecto sobre la pobreza.

Lo cierto es que cuatro de cada diez niños y adolescentes participan del sistema de protección social a través de la AUH.

Por: DEBORAH DE URIETA.

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