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Puericultoras de San Juan piden ser parte del sistema público

Durante la semana del parto respetado, las puericultoras sanjuaninas piden que las incorporen al sistema de salud para ayudar a más mamás y bebés a tener una lactancia sana y respetada.

20 de mayo de 2023
El 56% de los bebés no puede tener lactancia exclusiva y esto muchas veces se podría solucionar. 

“No voy a poder darle de mamar”, “qué va a pasar cuando tenga que volver a trabajar” o “cómo hago para que deje la teta”. Estas son las preguntas más frecuentes con las que se encuentran las puericultoras en sus consultas y tienen las respuestas y herramientas. Pero este servicio no llega a todas las sanjuaninas, porque no están incluidas en la salud pública y pocas veces en la privada.

Las puericultoras, que en San Juan están organizadas y este viernes marcharon para pedir que regulen su trabajo, se dedican a acompañar a madres en el final del embarazo y los primeros meses o años. Pero uno de los trabajos principales que hacen es acompañar y dar herramientas en la lactancia.

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Las estadísticas nacionales indican que hay muchos problemas para solucionar en esta etapa. Solo el 43,7% de los bebés menores de 6 meses tiene lactancia materna exclusiva. Y el 28,9% de las mujeres que no lograron amamantar creyeron que nunca tuvieron leche, según datos de la Asociación Civil de Puericultoras Argentinas. Hay un 12% que abandona por recomendación médica. 

“Todos sabemos que la lactancia materna, tanto si es extendida o si solo se puede sostener unos días tiene efectos positivos para toda la vida del bebé, pero también respetamos las decisiones de la madre de cómo o si quieren lactancia, porque entendemos que es también una decisión”, detalló Emilia Marzano, puericultora sanjuanina.

Lo cierto es que las estadísticas indican que un buen acompañamiento lleva a lactancias más extendidas, a madres y bebés menos estresados y por lo tanto buena salud. Pero este acompañamiento a través de puericulturas hoy depende de si la madre puede acceder a una clínica que lo incorpore o pagarlo por su cuenta. 

 “Hay ejemplos, como Buenos Aires, donde se incorporó la puericultura con especialistas en el sistema público, con muy buenos resultados”, explicó. Por eso hoy piden que aprueben una ley nacional para regular esta actividad como personal sanitario y que puedan acceder a hospitales y obras sociales. 

Hoy en la asistencia tradicional existen acompañamientos de enfermeras y obstetras, pero según dijo Marzano, los especialistas médicos suelen enfocarse en patologías o tienen que atender a muchos factores en simultáneo. En cambio las puericultoras se enfocan en la crianza. 

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Emilia Marzano, puericultora sanjuanina.

Qué hace una puericultora

Emilia explicó que los enfoques nuevos y los datos que tienen desde las asociaciones indican que los casos en los que una lactancia no llega a buen puerto son mínimos. “La mayoría de las mujeres pueden dar de mamar si quieren, a veces se trata un problema de postura del bebé o los mitos, pero con acompañamiento se puede lograr”, agregó.

Este acompañamiento es el que las puericultoras están entrenadas para dar. Se trata de una carrera que dictan desde las dos asociaciones que hay en Argentina, que tienen módulos teóricos y prácticos y duran dos años. “Aprendemos sobre el cuerpo y también cómo hacer un acompañamiento exitoso de la mamá y la familia”, explicó.

Este trabajo lo hacen con consultas que empiezan antes del parto, donde van enseñando a las madres a conocer su cuerpo. “Muchas veces llegan con el miedo porque tienen los pechos o los pezones de cierta manera o tamaño, pero nada de esto impide la lactancia, a veces puede presentar desafíos, pero nosotras les enseñamos como sortearlos”, detalló. En las clases antes del parto se evita también la ansiedad y los miedos de las madres, que pueden afectar la experiencia en los primeros días.

Después la puericultora está presente en los inicios del amamantamiento. “A veces corregimos posturas que causan dolor, o analizamos por qué el bebé no se prende y cómo se puede solucionar”, aseguró.

Las puericultoras deben muchas veces batallar con mitos que se extienden o prácticas médicas que quedaron desactualizadas que siguen utilizando. Un ejemplo de esto último es el uso de tetinas o esfuerzos para “formar el pezón”, que no ayudan al proceso.

Pero, además, vienen a suplir un problema muy relacionado con la vida moderna. “Para la crianza hace falta una tribu, que se involucre la sociedad. Antes una mamá contaba con una mamá o una tía que estaba con ella las primeras semanas, pero hoy, aunque esté el papá, es más solitario. Nosotras trabajamos con evidencia científica y una mirada menos adultocéntrica, donde buscamos el bienestar y la salud del bebé, con una crianza respetuosa”, cerró.

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