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Pibas Under, el movimiento urbano de chicas que le da forma a la libertad
Celebran la cultura urbana en el skate, el rap, el baile y el graffiti. Organizan competencias y esperan que más chicas se animen a hacer lo que más les guste.
Sentir el viento en la cara, despeinándolo todo. Sentir las ruedas desgastándose en el asfalto. Sentir la música, los beats del rap y perderse en sus letras. Darle una forma a la libertad. Ellas son Pibas Under, un colectivo de chicas que se unen en la cultura urbana, pero que se convierte en un abrazo entre ellas.
Cami toma la palabra, es la más joven de las que habla con DIARIO HUARPE, tiene 17 y es de Santa Lucía. Su barbijo está pintado a mano, el jean que tiene también está intervenido. Cami se sienta en el medio y comienza diciendo:
“El espacio de Pibas Under nació como un espacio seguro para las chicas, para reunirnos y poder hacer lo que nos gusta”.
El espacio ellas lo definen como un movimiento, no sólo organizan competencias, viven la cultura urbana, el rap, el skate, el graffiti y el baile.
A Cami la acompañan Evelyn de 18 y Ludmila de 20, ambas de Rivadavia.
Eve está empezando en el skate, pero eso no la detuvo al momento de hacerse cargo de la primera competencia femenina. Ludmila es jueza en las competencias de freestyle, de las tres es la que más se interesa por la imagen, practica la fotografía y es quien tiene un agudo sentido para la moda. Su vestimenta es sobria, un conjunto deportivo holgado, igual que la moda del rap americano de los 90.
“Hicimos una competencia de skate, antes habíamos hecho una de freestyle, porque había pocas chicas y estabas dispersas. Entonces empezamos con Eve y ahí organizamos. Después se sumó Ludmila y por suerte salió todo bien”
Eve agrega que la competencia también sirvió como una invitación para que haya más chicas que se animen a patinar. “Estamos todas aprendiendo, asi que nos podemos enseñar entre nosotras”, comenta.
Una cadena de WhatsApp, el primer llamado
Con una imagen que avisaba de la primera competencia empezaron con el movimiento. Cami habla de la ayuda de “Lilith”, freestyler sanjuanina, en esa primera organización. El objetivo: hacer un espacio seguro, principalmente libre de acoso.
Cami agrega que además de competir se reúnen en grupo, copan el skate park y las plazas. Siempre juntas, ninguna sola.
Ludmila intervine: “Es para que se salgan a distraer”.
“Quizás tenés problemas, en tu cabeza, en tu casa y salís y te juntás con las chicas. Y te reís y patinás o les mostrás lo que escribiste. Es otro mambo porque liberás un montón de energía y recibís un montón de vibras positivas”, agrega.
El espíritu de libertad y unión parecen definir el movimiento urbano.
El miedo a lo diferente
La primera pared que se encontraron fue dentro del movimiento urbano. El motivo, sentir que con eso se dividía una subcultura que ya tenía a pocos dentro.
De hecho, a la primera competencia de skate le llovieron críticas. Casi no se hizo, pero el sostén que brindaron las chicas fue suficiente para que se lograra.
“Los chicos tienen miles de compes para ellos, una de nosotras no les cambia en nada”, dice Cami. “Lo que queremos es un espacio para sentirnos cómodas, nada más”.
Por último, Ludmila agrega que en Pibas Under muchos varones acompañan o colaboran pero entienden que es un espacio para ellas y aclaran que está en sus planes hacer competencias mixtas, pero que eso no le va a quitar lugar a sus encuentros.
Activar para que la quietud no gane
La idiosincrasia sanjuanina repite como mantra “En San Juan no pasa nada. Es una provincia conservadora” y mientras eso se sigue repitiendo una chicas, centenial en su mayoría (es decir nacidas después del 2000) genera movimientos.
En lo que llevan, que empezaron en enero, ya organizan competencias, gestionan espacios para los eventos, organizan a las pares y coordinan intervenciones. Ellas están haciendo. Basta que una se anime para que las demás confíen y acompañen.
Porque encontrar una amiga es el suficiente aliento para atreverse a hacer algo.
“Para mi el movimiento fue encontrar un espacio de libertad de expresión. Porque escuchar rap siendo una nena 'no estaba bien'. Me pasa con ellas (Evelyn y Ludmila) que nos emocionamos cuando vemos que hay una chica que le gusta y hace lo mismo que nosotras. Te dejás de sentir sola”, dice Cami.
“Es una familia que te entiende y te apoya”, agrega.
“Es disfrutar de hacer lo que querés, lo que te gusta”, cierra Eve.