Cómo hacer compost y reducir la basura en casa

Un sanjuanino promedio genera, aproximadamente, un kilo de basura al día. De esa cantidad, el 45% son restos orgánicos, es decir, sobras de alimentos que podrían ser fácilmente convertidos en tierra de abono para el jardín.

El proceso es sencillo, no implica esfuerzo ni gasto de dinero, y tampoco se necesita demasiado espacio. Se reducen considerablemente los residuos generados y se obtiene un producto (el abono) que, de otra manera deberíamos comprar. Todo cierra, y es por esa razón que se ha transformado en una práctica cada vez más en auge.

En este sentido, septiembre es el mes perfecto para ponerle mano al jardín, y un poco de abono para darle fuerza a las plantas nunca viene mal. Para ayudarte a iniciar en esta práctica, a continuación, Juan Bataller, creador de Proyecto Huerta, brinda todos los secretos para la producción de compost en casa

¿Qué es el compost?

Como explica el experto, es un subproducto que se obtiene de manera natural a partir de la degradación aeróbica y fermentativa de los residuos orgánicos. Se trata de una enmienda muy rica en nutrientes y puede ser producido a partir de desechos vegetales o animales. “En el compostaje domiciliario recomendamos únicamente residuos vegetales para evitar la proliferación de malos olores e insectos”, indica el creador de Proyecto Huerta.

¡Manos a la obra!

Ahora que ya sabés de qué se trata y los beneficios, pasamos a lo siguiente: ¿Cómo se hace el compost? El proceso es sencillo, pero tiene sus secretos.

Lo primero que debe hacerse es elegir el recipiente compostador. Hay muchos en el mercado, incluso, muchos emprendimientos locales ofrecen propuestas que resultan hasta decorativas en el jardín. También puede reciclarse algún tacho o pallets, y construirse una propia. En todo caso, los requisitos que debe cumplir el contenedor son los siguientes:

• Permitir el ingreso de oxígeno.
• Tener algún sistema de cierre superior para evitar la inundación por lluvia (si pensás dejarlo en exteriores).
• Facilidad de apertura y manejo de los residuos orgánicos.
• Lo ideal es que no tenga base, para permitir la entrada de aire y el ingreso de los organismos que habitan en el suelo y que son los responsables de la descomposición de los materiales.

Una buena idea, si se cuenta con poco espacio es utilizar un cajón de madera (del tipo que se usan en las verdulerías) y cubrir el fondo con una bolsa de residuos a la que se le deben realizar algunas perforaciones para que no se acumulen líquidos. Si el lugar es mayor, puede hacerse con pallets. Si, por otro lado, la idea es cuidar la estética del jardín, en el mercado venden un sinfín de opciones, con diferentes diseños y terminaciones.

Un cajón de verduras es un buen recipiente para usar de compostera. Al llenarse, puede colocarse otro arriba y volver a empezar el proceso.

Una vez que ya se eligió el recipiente, es hora de ponerse manos a la obra. Como explica Juan Bataller, lo ideal a la hora de agregar los restos orgánicos, es que estén lo más trozados posible, de esta manera, los microorganismos y la descomposición es mayor, favoreciendo el proceso y acelerándolo.

El proceso de compostaje debe llevarse, en su mayoría, en oscuridad. “Recomendamos acumular residuos orgánicos en un recipiente durante dos o tres días para recién ahí incorporarlos en la compostera, de esta manera nos aseguramos el proceso no se vea interrumpido todos los días por abrir la compostera”, indica el especialista.

Uno de los secretos para no fallar, es que siempre que se incorporen residuos orgánicos, es necesario cubrirlos de inmediato con una fracción similar de material seco/estructurante. Este aporta carbono a la mezcla y absorbe los excesos de humedad. Para esto, se puede emplear aserrín, yerba mate, hojas secas, cenizas de madera y servitas de papel.

Es necesario intercalar capas húmedas y secas para mantener el equilibrio del compost.

¿Cuándo está listo el compost? “está maduro cuando tiene olor, color y textura a tierra. Si parece barro es porque faltó material seco y/o vaciar los lixiviados. En ese caso es necesario incorporar secos, remover y repetir hasta conseguir la textura deseada”, indica el creador de Proyecto Huerta. Una vez que el compost está listo, puede pasarse a otro recipiente para guardarlo, como una bolsa, maceta o tacho, o bien, utilizarse directamente en las plantas o huerta.

Lo que SI puede ir al compost

- Material húmedo o verde como cáscaras y restos de frutas y verduras (cítricos en poca cantidad, para evitar la acidificación del compost). También borra y filtros de café, saquitos de té y yerba. Las cáscaras de huevo pueden incorporarse, pero enjuagadas y sin restos de huevo.

- Material seco o marrón, como restos de poda, hojas secas, aserrín, ramitas. Incluso puede incorporarse cenizas (en poca cantidad para evitar la alcalinización del compost), fósforos usados, papeles y cartones usados.

Lo que NO debe ir a la compostera

- Carnes de cualquier tipo, huesos, grasas y aceites, lácteos, excrementos humanos o de animales domésticos, materiales sintéticos, vidrio, metal o plástico. Tampoco deben añadirse productos químicos, comidas elaboradas o condimentadas ni papeles y cartones sucios con productos sintéticos o con tintas.

Posibles problemas y sus soluciones

A pesar de ser un proceso sencillo, probablemente al comenzar puedas incurrir en algunos errores que causen que tu compost no resulte como esperabas. Pero todo problema tiene solución y, en este caso, Carlos Bataller explica cuáles son los errores más comunes y sus posibles soluciones.

• Mal olor: Suele producirse por humedad excesiva, falta de aireación o predominancia de material verde (exceso de nitrógeno). Se soluciona añadiendo material seco o marrón (con alto contenido de carbono) como hojas secas, aserrín, viruta o césped seco. Para aumentar la porosidad se pueden agregar ramitas y trozos de madera, creando espacios de aire. También se puede agregar diario y cartón molido (sin mucha tinta). Una vez realizado esto, debe volver a mezclarse el compost.
• Lenta descomposición: Este problema puede producirse por temperaturas muy bajas o muy altas o por exceso de material seco o marrón. Se soluciona humedeciendo la mezcla o agregando material húmedo o verde. Es importante mantener la humedad estable y revolver el compost para homogeneizar la mezcla.
• Presencia de hormigas: Estas invasoras tienden a aparecer cuando el material está muy seco, hay muchos residuos de hojas o cáscaras de frutas y falta humedad. Se soluciona humedeciendo el compost, removiéndolo y destruyendo su colonia, si es que fue creada dentro de la compostera.

Finalmente, y luego de tener toda la información necesaria para iniciar en el mundo del compost es necesario decir lo que todo ansioso quiere saber: cuánto tarda el proceso, es decir, cuándo estará listo el abono. “En cuanto al tiempo del proceso, en verano la descomposición es más rápida y tardará 3 meses. En cambio, en invierno demorará uno o dos meses más. El abono orgánico estará maduro cuando ya no se pueda distinguir los residuos incorporados, es decir cuando logre tener un aspecto de tierra negra y olor a tierra fértil”, indica al respecto el experto consultado.

El está listo cuando no pueden distinguirse los restos, es decir, cuando se ve y huele como tierra fértil.

“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden llegar a cambiar el mundo”, decía el gran Eduardo Galeano. En este sentido, te invitamos a que pongas manos a la obra para reducir tus residuos, pues tenemos un sólo planeta y el manejo de los deshechos se ha transformado en una verdadera problemática mundial. Haciendo compost en casa, no sólo colaborás con el medio ambiente, sino que tendrás como premio un jardín verde y sano para disfrutar en el verano.

DATO: Proyecto Huerta es un emprendimiento sustentable dedicado a la transformación de jardines y patios en espacios productivos de cultivo, y la producción de bancales y mesas de cultivo.  Podés buscarlos a través de Instagram como @ph_proyecto_huerta