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Política > Desigualdad de género

Techo de cristal en la Justicia de San Juan: García Nieto propuso concursos solo de mujeres

La ministra de la Corte de Justicia de San Juan, Adriana García Nieto, alertó que, para romper el techo de cristal en el Poder Judicial local, podrían hacerse concursos solo de mujeres “hasta que la paridad sea real”.

09 de noviembre de 2023
Adriana García Nieto es la única mujer en la Corte de Justicia de San Juan. Foto: Archivo Diario Huarpe. 

Adriana García Nieto es la primera miembro mujer de la Corte de Justicia de San Juan. En el 2018, luego de una terna en la que compitió con Adriana Tettamanti y Celia Maldonado, logró hacer historia. En un contexto en el que el techo de cristal en la Justicia de la provincia se refuerza cada vez más, con los cargos más jerárquicos ocupados por varones, la cortista manifestó a DIARIO HUARPE que, para romper estas barreras, “si es necesario que se generen concursos solo de mujeres hasta que haya paridad real”.

Cabe recordar que, con los nombres de las ternas del concurso para cubrir 14 cargos en la Justicia sobre la mesa, este medio dio cuenta de que para competir en los cargos jerárquicos no había mujeres. Ante esto, además de los concursos femeninos, García Nieto agregó que lo más correcto sería explicar por qué no hay presencia femenina en estos ámbitos.

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En el Poder Judicial, mientras más alto es el cargo, menos mujeres hay ¿Qué opinión tiene usted sobre esta situación?

El hecho de que recién haya llegado una mujer a la Corte de Justicia tiene que ver con la lucha y la visibilización que se hace desde hace muchos años, la visibilización del techo de cristal. Esto existe y hasta algunas colegas le llaman techo de hormigón, porque es muy difícil de perforar. Hay que recordar que se llama techo de cristal porque, además de que es invisible, cuando se rompe, algunas personas terminan lastimadas. Creemos que es importante romperlo y construir. Evidentemente, si la sociedad es diversa, los conflictos son distintos y se piden soluciones diferentes, también tiene que haber una diversidad entre quienes gestionan y deciden.

Esta desigualdad se repitió en las ternas del último concurso, en el que no hay mujeres para competir en los cargos de mayor jerarquía ¿Cómo ve la falta de paridad?

Si tengo que ver el tercio del vaso lleno, al menos ahora hay mayor participación en estos concursos, que antes era casi nula. Antes, de 100 inscriptos, solo 10 eran mujeres. Esto estaba dado como la mujer estaba avocada históricamente a las tareas de cuidado, no solo no tenía los diplomas necesarios, sino que tampoco se la hacía sentir que podía participar. Ahora que hemos saltado esa primera valla, se tiene que saltar la segunda, que es que las mujeres sean ternadas. Después vamos a tener que saltar la tercera: que las mujeres sean elegidas. Te agrego un detalle, hay que ver cuántas de esas mujeres ternadas forman parte de roles que históricamente son más duros y cuántas están en roles más blandos. Cuántas camaristas, cuántas fiscales y por otra parte, cuántas abogadas defensoras hay, que son roles históricamente de cuidado. No menospreciamos estos roles, pero hubiese sido lindo que también haya más defensores varones.

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De hecho, la mayor cantidad de mujeres ternadas se encuentran en los cargos de juez de Paz, al contrario de lo que sucede con los puestos de camaristas…

Hay que poner en valor también la justicia de paz, porque es la que mayor actividad tiene. Pero ahí también están los estereotipos de género, porque es la que está más cerca de la gente, la que da respuesta inmediata. Entonces, ¿Qué nos está pasando? ¿Cómo vemos los roles de género? Todos los roles son importantes y pueden ser desempeñados por hombres y por mujeres. Hay que poner otra cosa sobre la mesa, inmediatamente cuando estos cargos de decisión son desempeñados por mujeres, se dice que la importancia es la capacidad. El tema es que históricamente, a ningún varón se le preguntó si era capaz. La característica del varón es ser capaz, la de la mujer no.

¿Entonces en la Justicia también se le pide un poco más a la mujer para ser parte de los lugares de poder?

No solo pasa en la Justicia, en todos los ámbitos se exige un poco más. Pero en todos los ámbitos en los que hay prejuicios. Tiene que ver con todas aquellas cuestiones en las que corren los prejuicios de género.

¿Cómo se soluciona el problema? Porque hay leyes de paridad de género y no se cumplen, entonces el problema es la sociedad en sí.

Absolutamente. Hay que tener en cuenta que si las leyes por sí solas solucionaran los problemas sociales, me atrevería a decir que el Poder Judicial no debería existir. La ley lo que hace es reflejar una realidad y dar herramientas para transformarla. El tema es que hay algo que en esta cultura que todavía nos impide ver. Una de las pistas de que esto es cultural es la justificación.

¿Qué hay que hacer entonces para solucionar la desigualdad?

Primero hay que visibilizar. Que hayamos avanzado no quiere decir que estemos bien, esto es camino y no destino. Hay que conversar más allá del mismo ámbito, hay que salir y educar. Pero no educar para generar la convicción de que las mujeres tienen que desplazar a los varones, no. Cuando se habla de acelerar la igualdad se hace referencia a llevar acciones y a generar mecanismos que ponen por objeto desterrar aquellas cuestiones que impiden la igualdad real. Entonces, si es necesario que se generen concursos solo de mujeres hasta que haya una paridad real, pues que lo haya. Si es necesario establecer condiciones para que posibilitar el concurso de mujeres, que lo sea. Esto de ninguna manera significa que no se tenga en cuenta la capacidad y que el único análisis sea el género. Es, a igual capacidad, debemos trabajar para que haya paridad de género. No podemos valorar la capacidad de correr de las mujeres cuando su pista tiene obstáculos. Pensemos cuáles son los obstáculos que tienen un género y el otro para llegar a la misma meta.

¿Existe la posibilidad de impulsar acciones concretas como los concursos netamente para mujeres?

Con todo respeto al Consejo de la Magistratura, son ellos quienes conocen las ternas y cómo deben hacerlo. Estos concursos ya se hicieron, cuando no había mujeres en la Corte, hubo una terna de solo mujeres, y fue muy cuestionada, porque solo éramos mujeres. Durante años eran solo varones los ternados y nunca nadie la cuestionó. Ya se hizo, pero es una prerrogativa exclusiva del Consejo. Si notamos este desfasaje en los cargos, hay que trabajarlo. Si no, hay que explicar por qué no ternan mujeres.

Finalmente, ¿Cómo fue tu experiencia personal hasta el momento que pudiste hacerle un agujerito al techo de cristal?

Tengo que ser sincera. Fueron muy pequeños los micromachismos que tuve que padecer. En realidad, vengo de familia de mujeres fuertes. Mi mamá fue la primera locutora en radio cuando era un ambiente de varones. Para mí, ver ese ejemplo de ver cómo han roto el techo de cristal, vale más que lo que pude lograr yo. Fue empezar y seguir el camino que otras mujeres ya recorrieron. Tengo la responsabilidad de hacer más grande ese agujerito y terminar de romper el techo de cristal. Es cierto que en la cotidianeidad hay ciertos gestos y actitudes machistas, pero lo bueno es que cada vez hay más varones que nos acompañan, que entendieron que no es contra ellos, sino que es favor de todos y de todos. Lo importante es no bajar los brazos, porque es el mejor legado que podemos dejarle a nuestra sociedad del futuro.

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