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Comunidad > Sobre llovido, mojado

Mogna aislada: un colectivo se enterró y estuvo varado más de 7 horas

Tras la lluvia y la creciente que destruyeron el camino y la toma de riego, un colectivo con pasajeros se enterró en Mogna y quedó varado más de siete horas, reavivando reclamos históricos.

Hace 11 horas

La intensa lluvia y la creciente registradas este sábado en la localidad de Mogna volvieron a desnudar una realidad que los vecinos denuncian desde hace años. El agua rompió nuevamente el camino en la zona de los badenes y destruyó la toma que apenas ocho días atrás se había construido en el río para desviar el caudal hacia el canal principal de riego. A pesar de la gravedad de los daños, las máquinas de Vialidad e Hidráulica no llegaron a la zona y, como consecuencia, este lunes por la tarde un colectivo de la empresa Sotur se enterró y quedó varado durante más de siete horas.

“Supuestamente, nos dijeron que iban a mandar las máquinas ayer lunes a la mañana, pero nunca llegaron”, contó a DIARIO HUARPE Elida Riveros, vecina de la localidad jachallera. “Lamentablemente, seguimos en la misma, olvidados”, resumió.

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Siete horas de angustia en medio del badén

Tras la tormenta del fin de semana, el camino quedó en muy mal estado y ayer lunes, alrededor de las 19 horas, un colectivo que trasladaba pasajeros desde Mogna hacia Jáchal quedó enterrado en la zona de los badenes, uno de los puntos más críticos del camino que conecta la localidad con la Ruta 40. El micro se enterró, no pudo avanzar ni retroceder y permaneció varado por más de siete horas, con pasajeros a bordo y en medio de la incertidumbre.

La preocupación creció cuando los vecinos se enteraron de que en la zona oeste había empezado a llover intensamente. El temor era concreto: si el río volvía a crecer, la creciente podía encontrarse con el colectivo atrapado justo en el lugar por donde el agua baja con mayor fuerza.

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“Por momentos fue desesperante, porque sabíamos que si seguía lloviendo la creciente podía volver y el colectivo estaba en el medio del badén”, relató otra vecina.

El trabajo para intentar desenterrarlo fue intenso y sin descanso, pero recién cerca de las 2 de la madrugada un camión logró tirar del micro y sacarlo del lugar.

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“Esto no es digno, ni para los pobladores de Mogna ni para los turistas que eligen visitarnos”, expresó Riveros. “Nuestro reclamo tiene que ver con servicios básicos y elementales: caminos seguros, agua potable para beber y agua segura para el desarrollo productivo”.

Una historia de reclamos que se repite

Cabe recordar que el 26 de febrero de 2025 DIARIO HUARPE dio a conocer la crítica situación que atraviesa Mogna, una localidad con más de 270 años de historia y alrededor de 350 habitantes.

En aquel informe, los vecinos denunciaron la falta de obras y servicios básicos que condicionan sus vidas cotidiana desde hace décadas.

Esa denuncia pública funcionó como un llamado de atención que resonó tanto en la sociedad sanjuanina como en distintos organismos del Gobierno provincial, que se comprometieron a avanzar en soluciones estructurales para la zona.

Algunos problemas históricos comenzaron a resolverse: mejoras en la atención de la salud, la inauguración del ciclo orientado rural-pluriaño en la escuela secundaria, un transporte público más eficiente y conectividad de calidad en gran parte del territorio. Sin embargo, los problemas estructurales más urgentes siguen sin resolverse. En este marco, DIARIO HUARPE intentó comunicarse con el director de Vialidad Provincial, Omar Lucero, para conocer cuál es el plan de emergencia y en qué estado está el estudio del proyecto de los puentes en los badenes, pero el funcionario no atendió el teléfono y tampoco respondió los mensajes de WhatsApp.

Sin agua y con la paciencia al límite

A la falta de transporte se suma otro problema crítico: el camión cisterna que abastece de agua potable a las familias de Mogna no pudo pasar, y muchas viviendas se quedaron sin agua.

Para Pascual Cortez, la situación va más allá del reclamo. “Esto que nosotros reclamamos se trata de humanidad, de servicios y de derechos básicos. Acá viven niños, adultos y personas mayores, gente buena, trabajadora y honesta. Por eso queremos que dejen de dar vueltas y que de una vez por todas las autoridades provinciales y municipales se sinceren con nosotros. Creo que ni nosotros ni ninguna otra comunidad se merece esto”.

En Mogna, la sensación es de desilusión y cansancio. La creciente no solo rompe caminos y se lleva tomas de agua: deja en evidencia que sin humanidad, sin compromiso y responsabilidad política, nada va a cambiar.

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