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Recordando a las muertas y pidiendo una ley: así fue la primera marcha del 8M en San Juan
POR REDACCIÓN
Hicieron falta seis minutos completos para que pasaran todas las chicas que debían contar, en una sola oración, la historia de las víctimas de femicidios solo del mes de enero. Con un brazalete que las numeraba del 1 al 23, recordaron a las víctimas solo del primer mes del 2021, porque para incluir a las restantes 24 que hubo en febrero y lo que va de marzo hubiese demorado mucho más. Ninguna se demoró de más, apenas decían el nombre de la mujer que murió, quién lo hizo y soltaban un globo negro, que llevaba los mensajes a otros puntos.
El homenaje fue una de las cosas más impactantes de la marcha convocada por Libres del Sur este lunes 8 de Marzo. Las mujeres que fueron pasando y tomando el micrófono eran voluntarias de MuMaLa (Mujeres de la Matria Latinoamericana). Esta representación dolorosa contaba con el apoyo de los cientos de carteles y banderas que pedían respetar la vida y decisiones de cada mujer. También había familiares y amigos de las víctimas de la violencia de género de San Juan.
La concentración fue cerca de las 9 pero recién pasadas las 10 comenzaron a caminar. Incluso tembló mientras estaban las convocadas, pero prácticamente nadie lo sintió en ese momento, cuando sonaban los tambores y la música anticipando que ya empezaban a moverse.
La manifestación tenía un pedido principal: una ley que declare la Emergencia Nacional por la Violencia de Género. En la norma pidieron que se incluyan medidas concretas como presupuesto para prevención, ayuda económica a las víctimas, garantizar soluciones habitacionales, educación sexual integral y con perspectiva de género, entre otros.
La mayoría de las que asistieron eran mujeres jóvenes, pero también había otras de mediana edad y hasta mamás y tías con niños y niñas pequeños. La organización hacía que todas mantuvieran distancia y hasta había algunas integrantes de MuMaLa separando a las que habían ido a marchar para que respetaran el protocolo.
Otra insignia de la movilización fueron los gorros de bruja de colores y hasta texturas diferentes. ¿La razón? Respondía a la consigna de reivindicación que ha ido popularizándose cada vez más: “Somos las nietas de las brujas que no pudieron quemar”