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Cómo deberías pintar tu casa según la psicología del color

La pintura es la forma más rápida, sencilla y barata para renovar los espacios del hogar. A continuación, una serie de ideas para que elijas el color que más se adapta a tus necesidades.

POR REDACCIÓN

03 de septiembre de 2020

Desde la época de Aristóteles hasta el día de hoy, un gran número de libros y estudios dan cuenta de cómo, el color, puede reflejar la personalidad, revelar el estado de ánimo o influir en la manera en la que se afronta el día. Justamente, la psicología del color analiza el efecto que los diferentes tonos causan en las personas al ser percibidos, los cuales, obviamente, son moderados. En este sentido, ninguna habitación causará el llanto de una persona por cómo se pintó una de sus paredes, aunque sí puede provocar sensaciones positivas, negativas, causar angustia, etc.

El secreto está en las relaciones que, como seres humanos, se realizan mentalmente y que llevan a identificar un tono determinado con una situación, emoción o, incluso lugar. El color permitirá evocar una sensación determinada y esto es lo que deberá tenerse en cuenta a la hora de elegir cómo pintar. ¿Cuál es el objetivo que se quiere lograr? Resultará provechoso tener claro lo que se pretende en cada habitación, el uso que se le dará, es decir, crear un cuarto de estudio para lograr mayor concentración, una habitación que permita un buen descanso o una sala alegre para que la familia se reúna.

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Qué mejor manera que empezar el mes de septiembre renovando el hogar y adaptándolo a las necesidades de quienes lo habitan. La pintura, siempre, es la opción más integral y económica para renovar los espacios. A continuación, se detallan las características de cada color.

Blanco

Como explica la interiorista sanjuanina Darinka Gambetta, el blanco siempre es una apuesta segura. Es atemporal, es decir, que nunca pasa de moda, y aporta sensación de luminosidad a los espacios.

Se trata de un color inocente y pacífico, que transmite sensación de limpieza y pulcritud. Es perfecto para habitaciones pequeñas porque, como indica la profesional consultada “tiene la capacidad de rebotar la luz y hacer parecer las habitaciones más amplias de lo que realmente son”.

En conclusión, si lo que se busca es luz, buen ánimo y amplitud, este color será una buena elección. Obviamente, al considerarse como un “lienzo a pintar”, va a influir mucho el tipo de mobiliario y decoración con la que se complemente.

Azul

Este color es elegante, formal y distinguido. Justamente, se trata del tono seleccionado para la temporada 2020 por PANTONE. Los expertos que lo eligieron aseguraron que tiene la característica de estar “impreso en nuestras psiques como un color reparador, que aporta una sensación de paz y tranquilidad al espíritu humano, ofreciendo refugio. Ayudando a la concentración”.

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En este sentido, Diego Colombo, el Gerente General de la firma local JLM, asegura que “es ideal para las habitaciones, incluso las infantiles. También para detalles dentro de ambientes amplios como un living, por ejemplo”, ya que generan sensación de calma.

Un dato importante a tener en cuenta antes de pintar una habitación de azul, es el de la luminosidad. Si el ambiente no cuenta con suficiente luz natural, será bueno utilizarlo en una sola pared y completar el resto con tonos claros.

Verde

Es el color de lo natural, recuerda lo que está vivo, lo que crece. Evoca esperanza, transmite paz y seguridad. Se trata de un color que puede ir en cualquier habitación y posee una gran gama de tonalidades. En este sentido, los tonos más claros son buenos para las cocinas o comedores, ya que dan vida y alegría a los espacios. Por su parte, los más oscuros podrían utilizarse en dormitorios o en el living, para dar un toque más sobrio.

Rosado

Es el color más elegido para habitaciones femeninas y, por tal razón, es imposible dejar de relacionarlo con dicho género. Pero la realidad es que no sólo puede utilizarse en habitaciones infantiles o de chicas, sino que se trata de un tono que brinda muchas posibilidades.

De esta forma, hay una variada gama de tonalidades diferentes que a las que puede echarse mano dependiendo del espacio del cual se trate, Un rosa viejo aportará sobriedad a un living, por ejemplo, y es muy fácil de combinar. El blanco y el dorado van muy bien con este color y o complementan de manera perfecta.

Gris

Se trata de un color neutro que va muy bien en cualquier estancia de la casa. Provoca sensaciones relacionadas al intelecto, la estabilidad y la sofisticación.

Eso sí, es necesario combinarlo correctamente para no generar un ambiente demasiado sobrio o triste. Lo ideal es complementarlo con objetos deco, como almohadones, foreros, etc., de colores vivos y alegres como amarillo, celeste, naranja, entre otros.

Amarillo

Este tono se relaciona con la actividad mental y la creatividad, razón por la cual es ideal para aquellos ambientes en los que se desee estar más activo, como salas de estudio, talleres, etc. Transmite la energía del sol, lo que siempre se traduce en alegría y bienestar.

Al igual que el blanco, aporta luminosidad a los espacios por lo que es recomendable, también, para zonas oscuras de la casa como pasillos, por ejemplo.

Aunque resulte difícil de creer, el amarillo se combina fácilmente y permite jugar con él a través de detalles y objetos decorativos.

El amarillo se relaciona con la actividad mental y la inspiración creativa, por lo que es el color perfecto para aquellas estancias en las que queramos estar activos como despachos, salas de estudios, talleres, etc.

Azules para lograr serenidad, amarillo para brindar un toque de alegría, verde para evocar lo natural… en definitiva, la idea a la hora de elegir el color de cada espacio es pensar en lo que se quiere lograr con él. Como todo en materia de decoración, no se trata de algo acabado, sino que lo que se pretende es brindar una guía adaptable a los gustos y presupuestos de cada familia.

Por último, si la idea de pintar una habitación completa de un tono determinado te asusta, una buena opción es elegir un punto focal, una pared determinada y pintarla del color elegido, complementándola con neutros en el resto de la habitación. Otra idea para jugar con los colores es la de incorporarlos a través de objetos, es decir, almohadones, cuadros, lámparas, etc. Esto último permitirá ir cambiando el color de cada estancia sin necesidad de tomar nuevamente la brocha y el tarro de pintura.

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