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La cordillera todavía no acumula nieve y la esperanza es julio
Por Carolina Putelli
La sequía sigue vigente en San Juan y una comparación de imágenes históricas confirma que, a pesar de que hay todavía esperanzas, no es igual al último año abundante que tuvo la provincia. Se trata del periodo 2016-2017, cuando los tres embalses quedaron casi llenos y no hubo restricciones de riego.
Para el 15 de junio de hace siete años, el último ciclo antes de que se empezara a notar la baja que terminó en la peor sequía del último siglo, la Cordillera de los Andes estaba totalmente blanca. Las fotos satelitales históricas que difunde la NASA muestran cómo desde Chile al inicio de los valles calingastinos está cubierto de nieve.
Las primeras nevadas grandes ese año fueron en mayo, pero se puede ver durante semanas una seguidilla de frentes desde el Pacífico. Para el inicio de junio ya existe una gran cantidad de zonas cubiertas de blanco y a mediados se puede ver la mayor cantidad.
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Si bien los especialistas repiten constantemente que más que la superficie cubierta lo que importa es la altura y compactación, ese año se puede ver cómo a cada cierta cantidad de semanas ingresan nuevas tormentas. Esto está relacionado con la cantidad de agua, ya que para que se produzca esa acumulación es preferible que haya nevadas consecutivas que enfríen y hagan presión sobre las anteriores.
La situación este 2023 es distinta, aunque para algunos especialistas no es del todo desesperanzada. Al menos dos veces en lo que va del otoño se vieron nevadas que cubrieron la superficie de la cordillera, aunque nunca al nivel de 2016.
Si bien durante los últimos días de mayo y el inicio de la actual ola polar muchos esperaban que el Zonda generara precipitaciones, la relación no es directa. Lo que hace falta es un ingreso de la corriente conocida como El Niño, que afecte directamente la zona donde está ubicada San Juan.
Por ahora se está dando lo que el climatólogo Germán Poblete definió como un “niño inmaduro”, esto quiere decir que esta corriente está presente, pero no con la fuerza que necesita la provincia. Las nevadas que provocó son todas en la parte Sur del país. Mientras Neuquén y Río Negro tienen una buena cantidad de nieve y Mendoza en buena parte también, a San Juan apenas llegaron las “colas” de estos procesos, dejando poca nieve.
La esperanza, coinciden los especialistas, están puestas en julio. En este punto creen que la corriente de El Niño maduraría finalmente y su fuerza le alcanzaría para dejar nieve en las dos cuencas sanjuaninas.
Dos años opuestos, en números
En 2016 el pronóstico hídrico fue de poco más de 1.800 hm³. Esto quiere decir que cuando terminaron las mediciones en octubre de ese año, tenían una buena altura y compactación de nieve.
En el periodo 2022-2023 están previstos 889 hm³ de derrame, según la acumulación. En el periodo anterior, el peor de la historia, midieron 450 hm3 de agua.
Desde mayo de 2023, Hidráulica decidió comunicar mediciones semanales de sus estaciones cordilleranas. Este jueves 15 no había nieve acumulada en ninguno de los siete puntos de medición que tiene preparada la repartición.
El periodo 2016 – 2017 fue el mejor de los últimos 20 años, ese año lograron levantar el nivel de los tres embalses. De los 1.800 hm³, más de 1.200 hm³ se distribuyeron en el riego de cultivos del gran San Juan. Cuando a partir del 2020 los años hídricos empezaron a ser cada vez más bajos, el nivel de los diques cayó a la actualidad, cuando están todos por debajo de su nivel de seguridad.