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Comunidad > Una señal de alerta

“Si sigue sin nevar en cordillera, el panorama para la próxima temporada no es alentador”

Tras el último informe del Cigiaa sobre el crítico estado de las cuencas hídricas en San Juan, el Departamento de Hidráulica confirmó su preocupación por la falta de precipitaciones níveas en la cordillera.

Hace 4 horas

El reciente informe del Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación para la Gestión Integral del Agua en el Árido (CIGIAA) encendió nuevamente las alarmas: la falta de nieve en las cuencas altas de los ríos San Juan y Jáchal podría anticipar un año hidrológico entre los peores de los últimos 25. En ese marco, DIARIO HUARPE accedió a una alta fuente del Departamento de Hidráulica, quien ratificó la preocupación y aseguró que comparten los datos revelados por el Cigiaa.

“En comparación con el año pasado, que fue un año medianamente mejor que los anteriores, pero aún muy por debajo del ideal, hoy estamos peor en relación con la cantidad de nieve acumulada en cordillera”, señaló la fuente.

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Las observaciones satelitales que realizan periódicamente reflejan una situación contundente: donde antes había nieve, hoy el blanco desapareció.

15 de julio de 2024 15 de julio 2025

Aunque aún resta parte del invierno, y existe la posibilidad de nuevas precipitaciones níveas hasta agosto, desde el organismo reconocen que “no hay muy buenas perspectivas para el próximo año hidrológico”.

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Un escenario climático poco favorable

La situación se agrava por el comportamiento del océano Pacífico. Según los climatólogos, las condiciones oceánicas no están siendo propicias para generar nevadas en la cordillera, y lo más preocupante es que no se espera un cambio favorable en lo inmediato.

“Por eso, más que nunca, tenemos que ser muy cuidadosos en la gestión del agua disponible, y muy conscientes de la realidad en la que nos encontramos”, insistió la fuente del Departamento de Hidráulica.

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El llamado de atención apunta a la administración racional del recurso hídrico, que podría volverse aún más escaso si las condiciones climáticas no acompañan.

Embalses por encima del mínimo, pero con cautela

Pese a este panorama adverso, desde Hidráulica informaron que los embalses se encuentran actualmente por encima de los niveles mínimos de operación, lo que permite una cierta flexibilidad para distribuir el recurso según la demanda. Sin embargo, aclaran que si no se cuida el uso del agua, esos niveles podrían deteriorarse rápidamente.

“Se han fijado valores mínimos estratégicos para cada embalse, lo que nos da cierto margen, pero la clave está en administrar bien. Si no, podríamos retroceder y complicar aún más el panorama para el próximo ciclo”, advirtieron.

Dique Caracoles. Foto de archivo.

El escurrimiento cumple con lo previsto

En medio de este contexto complejo, una buena noticia: el escurrimiento pronosticado para el ciclo 2024-2025 viene cumpliéndose con una diferencia mínima respecto a lo estimado.

El año pasado, Hidráulica había proyectado un escurrimiento total de 1.470 hectómetros cúbicos: 1.250 hm³ para el río San Juan y 220 hm³ para el río Jáchal.

“Estamos muy conformes, porque el escurrimiento real al cierre del ciclo (en septiembre) podría rondar los 1.255 a 1.260 hm³, lo que representa una diferencia de apenas 1 o 2 por ciento respecto a lo pronosticado. Es un pronóstico de excelencia”, destacó la fuente.

Dato: una diferencia del 10% entre lo pronosticado y el escurrimiento real, es considerado muy buena; el 20%, bueno, y por encima de ese porcentaje, regular y malo. Esta escala es la que manejan todos los que pronostican basándonos en las mediciones níveas

De la sequía hidrológica a la sequía socioeconómica

Más allá de los aspectos técnicos, el informe del Cigiaa alerta sobre una nueva dimensión de la crisis: la sequía ya no es solo hidrológica, sino también socioeconómica. Los impactos de la falta de agua se extienden más allá del agro, afectando actividades industriales, la vida cotidiana de la población y la estructura productiva de la provincia.

Ante este escenario, el Cigiaa propone una transición urgente hacia un modelo de Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH), que incluya principios como el uso racional del agua, prioridad para el consumo humano, planificación por cuenca, equidad social y participación multisectorial.

El informe técnico presentado por el centro científico detalla cinco grandes líneas de acción para enfrentar esta crisis:

  1. Incrementar la eficiencia del riego.
  2. Elaborar balances hídricos por subcuenca.
  3. Proteger acuíferos y humedales.
  4. Fomentar el reúso de efluentes.
  5. Educar y concientizar sobre el uso del agua.

 

Desde el Cigiaa insisten en que el agua debe ser reconocida como un recurso estratégico, escaso y público, cuya gestión debe guiarse por criterios científicos, técnicos y sociales. A su vez, remarcan que este cambio de paradigma no es solo una necesidad técnica, sino una decisión política y social urgente. Es decir, una articulación efectiva entre el Estado, los sectores productivos, las instituciones científicas y la ciudadanía. Porque en San Juan, el agua es un bien escaso y el futuro se define por las decisiones que se tomen hoy.

La crisis hídrica ya no es una amenaza lejana: es una realidad instalada, y su solución requerirá conciencia, compromiso y acción colectiva.

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