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Yo construyo > Para tener en cuenta

Jardines sin riego, una respuesta a la falta de agua

Ante la perspectiva del cambio climático, es imprescindible replantear la forma en que concebimos y diseñamos nuestros jardines. En este artículo, la arquitecta Laura Cocinero presenta una opción diferente para disfrutar de espacios verdes y, al mismo tiempo, preservar el medio ambiente.

POR REDACCIÓN

01 de febrero de 2024
Los jardines secos son una buena opción en San Juan. Foto: gentileza.

La crisis hídrica en la provincia de San Juan es alarmante y, debido a la falta de nevadas y el agotamiento de las napas subterráneas, parece que aún pasará mucho tiempo antes de que termine. Es fundamental tomar conciencia sobre el valor del agua como un recurso limitado y realizar cambios que promuevan su conservación.

Cuando diseñamos nuestros jardines, ¿cómo elegimos las especies de plantas que vamos a incluir? Por lo general, nuestras preferencias personales o las tendencias actuales influyen en nuestras decisiones. En la actualidad, las plantas de hojas grandes son muy populares y se pueden encontrar en muchos patios como elementos decorativos. Sin embargo, estas especies son típicas de climas tropicales y requieren más agua. Esto se vuelve aún más evidente durante el verano. Lo mismo ocurre con el césped, ¿alguna vez has considerado cuánta agua se necesita para mantenerlo verde durante la temporada de calor? Sin duda, se requiere una gran cantidad.

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Los jardines secos se usan mucho en zonas áridas. Foto: gentileza.

Ante la perspectiva del cambio climático, es imprescindible replantear la forma en que entendemos y diseñamos nuestros jardines. En este sentido, la arquitecta Laura Cocinero, directora del estudio UNOENCIEN, propone una alternativa que nos permite disfrutar del verdor y, al mismo tiempo, cuidar el medio ambiente: los jardines secos. Estos jardines no requieren riego, pero es importante realizar una cuidadosa selección de las especies botánicas que los componen, ya que su crecimiento y desarrollo dependerá principalmente de las condiciones naturales del entorno.

La xerojardinería, es decir, el diseño y construcción de jardines con bajo consumo de agua, requiere un mayor conocimiento botánico. Sin embargo, como explica la arquitecta, también es algo que podemos hacer con nuestras propias manos, buscando información relevante sobre cada especie y sus necesidades particulares.

Su aspecto estético

En cuanto a la estética, cuando hablamos de jardines secos se nos viene a la mente la grava, los cactus y un aspecto minimalista, pero, como afirma la especialista, “esto no tiene que ser así necesariamente”. En este sentido, se trata de observar la flora autóctona del lugar en el que vivimos y pensar cómo incluirla de manera armónica en el espacio a diseñar. “Se puede crear un jardín seco con un estilo contemporáneo y también otro más desestructurado, siguiendo la onda Boho, tan de moda en estos tiempos”, explica Laura. En el primer caso, las líneas limpias deben primar, el orden y la geometría. En el segundo, la naturaleza puede lucir un aspecto más silvestre, lo que implicará menor mantenimiento.

Sirviéndonos de la flora autóctona como inspiración, se puede combinar vegetación de follaje plateado, aromáticas, especies más livianas que se agitan con la suave brisa, cactus y suculentas de porte arquitectónico, plantas que aporten distintos tipos de verde y árboles que nos brinden su sombra. Es decir, la escasez de agua no es la excusa para renunciar a un jardín atractivo, todo lo contrario. La crisis nos invita a dar rienda suelta a la imaginación y el diseño para lograr un verdadero espectáculo de texturas, formas y colores.

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La combinación con otros materiales como la grava, la piedra, el cemento y la madera, entre otros, permitirá crear espacios cómodos y habitables, además de aportar belleza extra.

Manos a la obra

Tanto en el interior como en el exterior, a la hora de crear un jardín de estas características es importante estudiar el lugar donde se va a incluir para determinar, entre otras cuestiones, la exposición a luz solar, el tipo de suelo y la función que se le dará al espacio. Sobre este último punto, si se desea que todo el espacio verde de la casa cumpla con las premisas de la xerojardinería, habrá que idear caminos y rincones que permitan transitar y permanecer en él sin que resulte incómodo.

Se puede crear un rincón para comer un rico asado bajo la sombra de una pérgola, un deck de madera para tomar sol o un camino utilizando piedra laja de forma horizontal que nos ayude a conectar los espacios, por ejemplo. El secreto está en combinar materiales, texturas y formas para lograr un diseño armónico e interesante. Las fuentes de agua, incluso, son una buena opción para darle un toque fresco al ambiente.

Por lo general, los jardines secos requieren menor mantenimiento que los tradicionales, pero, de igual modo, hay algunas cuestiones a considerar para que su diseño perdure. El “acolchado” del suelo es uno de ellos, pues ayuda a mantener la humedad y evitar que crezcan malezas indeseadas. Normalmente se realiza con grava, aunque también se puede hacer con otro tipo de materiales. La grava es un elemento que va muy bien con la estética del jardín seco que además sirve para cubrir caminos y senderos. Es pesada y se mueve poco. Una vez extendida, nos evitamos el trabajo de mantenerla en su lugar después de un día de fuertes vientos o lluvia. “Las piedras son una excelente alternativa para agregar color. Vienen en diferentes formas, tonos y tamaños. El travertino, tan común en la provincia, es muy accesible y queda muy bien”, explica Laura Cocinero a lo que añade que, a la hora de realizar algún diseño que combine distintas piedras o colores, lo ideal es cubrir antes el suelo con alguna tela o malla para conseguir un acabado más limpio y evitar que las piedras se ensucien o crezcan hierbas. Los perfiles de aluminio, por su parte, pueden utilizarse para mantener los límites y que los diferentes colores de piedras no se mezclen.

El acolchado con materia orgánica es otra opción adecuada para cubrir el suelo bajo las plantas, aunque es importante considerar que conllevará más trabajo de mantenimiento. Estos materiales, al descomponerse, se deshacen y mezclan con el suelo, por lo que habrá que reponerlos. Además, al ser componentes ligeros se pueden volar con vientos fuertes y llegar a los caminos u otras zonas donde no queremos que estén.

El jardín seco es perfecto para plantar en suelos pobres. Para comenzar, es conveniente mejorar un poco el terreno incorporando un poco de compost. Pero solo un poco ya que si se enriquece demasiado se estimulará un crecimiento verde exuberante que necesitará más agua. No hay que cavar y remover la tierra, cada planta se debe plantar de manera individual y enriquecer el suelo en el fondo para que las raíces se mantengan todo lo posible dentro de su propio hoyo. De este modo el crecimiento también se contiene y el requerimiento hídrico es menor.

No requieren un uso intenso de agua. Foto: gentileza.

Plantas que resisten la sequía

Las mejores plantas para incluir en un jardín seco son aquellas que no necesitan de riego. Para ello, las especies autóctonas serán esenciales, pero no las únicas que se pueden incluir. Las plantas de hojas pequeñas, con tonalidades plateadas y las de follaje suculento suelen ser buenas candidatas. Las plantas aromáticas son buenas opciones: romero, lavanda, tomillo, etc.; pero hay muchas otras: agapantos, osteospermum, cerastium, alliums, etc.

¿Qué tipo de bosque habría aquí si no se hubiese hecho esta urbanización?”. La pregunta anterior puede servirte de ayuda a la hora de elegir la vegetación.

¿Hay que reunciar totalmente al césped? No es necesario. Si bien en la xerojardinería se recomienda que no se incorpore en el diseño porque requiere de mucho cuidado, puede incluirse aunque en menor porcentaje.

Adiós riego, ¿para siempre?

Es importante considerar que hay periodos en los que las plantas crecen y, por muy resistentes que sean, sí necesitaran agua. En algunos momentos, sobre todo al inicio, será necesario efectuar riegos profundos que ayuden a sobrellevar etapas especialmente sensibles durante el crecimiento y progreso del jardín. Luego, el mantenimiento lo hará la naturaleza.

Sobre este aspecto, dice Laura: “hay que plantar las especies apropiadas y en la época del año apropiada para que aprovechen las lluvias. Los primeros veranos pueden hacer falta algunos riegos ocasionales para asegurar la supervivencia. Es bueno que estos riegos estén espaciados en el tiempo y asegurarse de que el agua llega a las raíces”.

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