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"Estaba toda revuelta la casa", contó un vecino del empresario español asesinado
POR REDACCIÓN
13 de noviembre de 2019
Un vecino del empresario español hallado ayer asesinado en el barrio porteño de Barracas aseguró hoy que la casa estaba toda revuelta y que la víctima era una persona muy reservada, en tanto los investigadores esperan los resultados de la autopsia. Rubén, quien vive en la cuadra de Anchoris al 300 y que ayer fue testigo de procedimiento cuando la policía revisó la escena del crimen, contó al canal C5N que el cadáver de Felipe Alonso Fernández (83) estaba atado de pies y manos. El hombre dijo que había indicios de sangre en varios ambientes, que estaba toda revuelta la casa y que allí hicieron peritajes. Era una persona muy reservada, no te puedo decir si se llevaron algo, si hubo plata, dijo Rubén sobre su vecino y aclaró que los policías revisaron todo y dinero no encontraron. Tengo entendido que ya le habían robado, pero no te daba detalles, era una persona muy dura, agregó el vecino. Por último, señaló que Fernández estaba siempre activo, que cruzaba de vereda a vereda y arreglaba los camiones y recordó que la última vez que lo vio fue el domingo al mediodía, entre las 12 y 13, cuando se saludaron con la mano de vereda a vereda. En tanto, el fiscal de la causa, Marcelo Roma, a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 3, y los detectives de la División Homicidios de la Policía Federal (PFA) que trabajan en el caso esperaban para este mediodía los resultados de la autopsia. Estamos esperando que los médicos del Cuerpo Médico Forense terminen la autopsia en la morgue judicial y nos llamen para contarnos la causa, mecánica y data de muerte, dijo a Télam uno de los investigadores judiciales. Ayer, los médicos que levantaron el cadáver estimaron que la data de muerte era de unas 24 horas antes del hallazgo y que el hombre, que presentaba una cinta vinílica negra en el cuello y una toalla verde dentro de la boca, había muerto por asfixia y estrangulamiento, aunque debía confirmarse en la morgue. Además, la víctima tenía una herida cortante en el codo izquierdo, agregaron las fuentes. La principal hipótesis de los pesquisas es que se trató de un crimen en ocasión de robo y que el o los asesinos fueron a buscar algo puntual y torturaron al anciano para que les revelara dónde tenía dinero. La sospecha es que los asesinos entraron escalando por los techos y que utilizaron una barreta hallada en la propiedad para forzar una ventana y revisar uno de los ambientes. Fernández era dueño de tres galpones, en uno de los cuales hay cuatro camiones que se cree que también le pertenecían, y un taller de reparación de vehículos. Según las fuentes, también le alquilaba a una empresa de telefonía celular el espacio para una antena, por lo que recibía distintas sumas de dinero a través de diversos locadores. La sobrina de Fernández, la única familiar que tiene, relató que el empresario había cobrado 120.000 pesos la semana pasada del alquiler de un galpón y también habría percibido otro pago que no precisó en concepto de 48 meses juntos del alquiler de otro lugar. En esa línea, se dispusieron distintas medidas de prueba para dar con el o los autores del crimen, entre ellas investigar si tenía algún empleado que supiera el dinero que el hombre manejaba. El crimen fue descubierto a las 11 de ayer en Anchoris 320 por su sobrina, quien fue a su domicilio porque no tenía noticias suyas desde el sábado último. Como no le abría la puerta, la mujer dio aviso a unos empleados de un galpón lindero, quienes entraron y vieron el cuerpo del anciano tirado en el piso de la cocina, atado de pies y manos con cables y precintos. Al revisar el baño, había manchas de sangre, tanto en la pared como en el lavatorio, y signos de que el hombre había sido allí atacado a golpes y trasladado o arrastrado unos metros.
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