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Bad Religion llega con "Age of Unreason" al Luna Park

POR REDACCIÓN

18 de octubre de 2019
Bad Religion, eslabón esencial del universo del punk y el hardcore de los últimos 40 años, se presentara el jueves próximo en el estadio Luna Park con un nuevo álbum, “Age of Unreason”, publicado tras seis años sin registros en estudio y como parte de una gira sudamericana. Lejos de la petulancia que a veces impera en el ambiente musical, Gregg Graffin, cofundador y vocalista de Bad Religion, reflexionó -en una entrevista con Télam- sobre el deseo, la necesidad y el sentimiento de deber que puede empujar a un artista a ofrecer una novedad cuando acumula una experiencia y un recorrido tan profuso como el de la formación estadounidense. “Cada vez es más difícil publicar álbumes después de un gran volumen de trabajo”, ensayó, a modo de primera respuesta, cuando se interrogó por los seis años que transcurrieron entre el lanzamiento de “True North” y la publicación de “Age of Unreason”. “Un escritor debe preguntarse: '¿Puedo hacer algo nuevo que refleje mi pensamiento actual y que también sea algo atractivo que nuestros oyentes y que no hayan escuchado antes?' Por lo tanto, tomó un poco más de tiempo crear estas canciones. Porque queremos estar seguro de responder a ese interrogante con una certeza”, aseguró. Graffin, de 54 años, nació en Wisconsin y más de la mitad de su vida la canta entre álbumes de Bad Religion, pero cada tanto despunta el vicio de contar otras historias en su proyecto solista, que define como su "otro reflejo" y con el que registra tres álbumes. En cuanto a “Age of Unreason”, el decimoséptimo trabajo de estudio de la banda que formó en 1980 junto al guitarrista Brett Gurewitz y el bajista Jay Bentley, y que actualmente completan Brian Baker y Mike Dimkich en guitarras y el baterista Jamie Miller, está integrado por quince canciones que se recuestan sobre el punk californiano que siempre los caracterizó y algunas variaciones. Composiciones rápidas con baterías constantes y al galope como en “Chaos from Within” o en “Do the Paranoid Style”, el medio tempo melódico “Lose your head”, “Downfall” en clave rockera y el acertado y un seguro y posible clásico “My Sanity”, son algunos de los tracks en los que Graffin deja deslizar su voz, melódica pero enojada, entre metáforas biológicas y preguntas existenciales. “La humanidad es otra especie más, aunque nos gusta fingir que somos inmunes a las leyes naturales. Nos extinguiremos como ocurrió con otras especies, pero no es algo que suceda en un futuro cercano. Así que a corto plazo sería bueno ver más apertura y darnos más ánimo entre nosotros, en lugar de la exclusión y el odio”, analizó sobre la dirección que persigue. Con una vida construida entre el punk rock y la academia (es doctorando en Ciencias Biológicas, especializado en evolución), Graffin encuentra una posible solución en el control de la población: “La mejor manera de lograrlo es vivir dentro de los propios medios y, por lo tanto, enseñar y liderar con el ejemplo son las mejores herramientas que tenemos para vivir de manera relativamente sostenible dentro de nuestros medios”. - Télam: ¿En qué momento de la banda aparece “Age of Unreason”? -Gregg Graffin: Este álbum se siente como un logro bastante satisfactorio. Llevamos casi 40 años juntos, y seguimos componiendo canciones con gancho y provocadoras. Lleva mucho tiempo y dedicación hacer un buen disco de Bad Religion, pero estamos inspirados por quienes nos apoyan y ansían escuchar algo nuevo de nosotros. Es un gran privilegio. Y lo apreciamos mucho. - T: ¿Qué importancia tiene para una banda de casi 40 años de experiencia trabajar con un nuevo productor? ¿Qué aportó Carlos de la Garza a la banda? - GG: Carlos es una persona con la que da gusto trabajar. Es muy talentoso. Tuvo una visión para el sonido de este disco y algunas opiniones fuertes sobre cómo debería sonar y apreciamos su aporte. Su perspectiva sobre la música actual es amplia e inteligente. Demostró ser un productor de confianza. - T: En canciones como “Candidate” o “The paranoid style” retratan situaciones que también se viven en Latinoamérica. ¿Cuál es tu visión sobre esta región? - GG: Tengo muy poca opinión política. Me formé como científico y mi punto de vista siempre estará por defecto en la perspectiva científica y no en la política. Siento que América Latina es un gran lugar con ricos e importantes fenómenos naturales. Hice investigaciones en algunos de los lugares más remotos e interesantes de América Latina y me encanta la gente y los científicos con los que trabajé. - T: ¿Alguna vez Bad Religion se encontró en un dilema como el que se plantea en “End of history”? - GG: Bueno, siempre traté de estar del lado de la generosidad en lugar de la monstruosidad, así que no creo que hayamos estado en ese dilema. Pero, obviamente, la libertad y la responsabilidad son dos extremos del espectro que constantemente tenemos que equilibrar. - T: En esta configuración, ¿cuál es el papel actual de las instituciones religiosas? - GG: Las instituciones religiosas son una parte importante de la socialización humana. Incluso si no vamos a la iglesia, participamos en la religión, como en una cultura de fútbol o un club de lectura. Compartimos creencias comunes en cada uno de estos campos, y nos reunimos para tener cotidianidad con nuestros semejantes. Pero las malas religiones existen, y es muy importante reconocer los aspectos negativos de cualquier religión, o de lo contrario nunca podrás mejorarlas y te convertirás en dogma. - T: En ese sentido, ¿considerás que el punk rock fue revolucionario o fue un producto de la industria cultural? - GG: Bueno, todas las revoluciones son producto de la industria cultural. Esto es discutible, pero creo que el medio ambiente crea la especie. Dado que el ser humano es una especie cultural, es el medio ambiente (tanto social como físico) el que crea los fenómenos culturales. Como dije en la canción "No Control" hace muchos años "Cuando todos desintegremos, todo volverá a pasar".
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