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Preocupación en China por sus 200 millones de trabajadores temporales
El 40% de la población activa urbana china depende de empleos flexibles, enfrentando desafíos sociales y económicos que anticipan cambios en el mercado global de trabajo.
POR REDACCIÓN
La fuerza laboral más grande del planeta ha vivido una transformación significativa en los últimos años. En China, además de los tradicionales trabajadores agrícolas e industriales, se ha consolidado un vasto grupo de empleados temporales que utilizan plataformas digitales para conseguir empleos de corta duración. Actualmente, 200 millones de personas, equivalentes al 40% de la población urbana activa, dependen de trabajos flexibles, una realidad que incidirá profundamente en la economía y sociedad chinas en el futuro próximo.
China lidera la economía gig gracias a su temprano uso de las llamadas “superapps” que integran múltiples aspectos cotidianos. En este contexto, 84 millones de personas se desempeñan en empleos basados en plataformas, como conductores de transporte compartido y repartidores. Este modelo también se extiende en Asia emergente, con 10 millones en India y 1,2 millones en Malasia, donde representa cerca del 7% de la fuerza laboral.
El trabajo temporal ha llegado incluso al sector manufacturero chino, donde el tradicional proletariado está siendo reemplazado por trabajadores ocasionales que se movilizan entre fábricas según las demandas de gigantescas plataformas digitales. Este segmento alcanza aproximadamente 40 millones de personas, un tercio de la mano de obra manufacturera nacional y más del triple que en Estados Unidos. Estos empleos suelen requerir habilidades básicas, como el conocimiento del alfabeto romano, y pueden durar desde días hasta semanas.
Las empresas aprecian esta flexibilidad para ajustar su plantilla según la demanda estacional, factores del mercado y cambios geopolíticos. La tecnología ha automatizado tareas complejas, desplazando a expertos pero creando vacantes en funciones como montaje y embalaje, que cualquier persona puede cubrir. Para algunos trabajadores, la economía gig representa una oportunidad para aumentar ingresos y evitar el trabajo repetitivo tradicional. En 2022, los repartidores en China ganaban casi un 20% más que los trabajadores migrantes.
Sin embargo, los trabajadores temporales enfrentan serios obstáculos. La ausencia de un vínculo estable con un empleador limita la adquisición de habilidades necesarias para progresar. Muchos han abandonado sus zonas rurales y no logran arraigarse en las ciudades, complicando su acceso a servicios públicos debido al sistema de registro hukou. Esta precariedad puede afectar sus decisiones vitales, como formar una familia, agravando el envejecimiento poblacional y generando una carga futura para este grupo laboral.
Aunque ciertos problemas, como el hukou, son exclusivos de China, el fenómeno del trabajo temporal ofrece lecciones valiosas para otros países, especialmente en Asia, donde la falta de empleos estables ha provocado protestas juveniles. Por ejemplo, en Indonesia, las manifestaciones de agosto derivaron en violencia tras un accidente fatal con un trabajador temporal de motocicleta. Estas protestas reflejan la urgencia de abordar la precariedad laboral en economías emergentes.
China demuestra que la industria manufacturera ya no garantiza empleos estables ni salarios altos para la mayoría, pues la automatización desplaza puestos repetitivos. Además, intentar eliminar el trabajo temporal esperando sustituirlo por empleos permanentes podría ser inútil, ya que la mayoría de estos trabajadores accedieron a la economía gig tras perder empleos previos. Las plataformas digitales, aunque imperfectas, mejoran la intermediación laboral en comparación con métodos tradicionales.
Frente a esta realidad, los gobiernos deben replantear el contrato social para maximizar los beneficios del trabajo flexible. China ha regulado sus algoritmos para hacerlos menos perjudiciales y promueve que las plataformas ofrezcan seguridad social a sus trabajadores. India también impulsa el registro de empleados para brindarles cobertura en accidentes y salud.
Se requieren políticas más audaces, como reducir las cargas obligatorias a empleadores para incentivar empleos permanentes y hacer transferibles las pensiones, alineando contribuciones y beneficios. Dado que muchas naciones asiáticas enfrentan un envejecimiento poblacional acelerado, ayudar a los trabajadores temporales a prosperar es una prioridad urgente para evitar crisis sociales y económicas futuras.