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Cripto-vino sanjuanino: la inesperada alianza de dos distintos que abre caminos

Utilizando tecnología NFT, a la que apuestan whiskeys de lujo, el arte y gigantes de la moda, Elefante Wines y Cripto Place crearon un producto pionero que une la industria madre con el blockchain.

POR REDACCIÓN

01 de noviembre de 2022

De un lado el vino, la bebida que existe desde el 3.000 antes de Cristo (por lo menos), la industria madre, un símbolo de historia y tradición. Del otro, la tecnología blockchain, hija de este siglo, la inversión de los valientes y para muchos un misterio. Y en el medio de esta brecha que parecía infranqueable, dos emprendimientos sanjuaninos que apuesta a revolucionar y crear oportunidades.

Los protagonistas de esta inesperada alianza son Elefante Wines, la bodega de garage sanjuanina que desde su nacimiento en 2015 viene sorprendiendo, y Cripto Place, un emprendimiento de tres amigos que apuestan por los desarrollos de sotware utilizando tecnología blockchain.

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Juntos desarrollaron el que será el primer vino sanjuanino en salir a la venta a través de NFT, o tokens no fungibles por sus siglas en inglés. Estos son un certificado digital de autenticidad hechos a través de tecnología blockchain, ósea a través de códigos de encriptado iguales a los de las criptomonedas.

En el caso de la alianza entre Elefante Wines y Cripto Place, lo que harán es generar 100 NFT que tienen como respaldo una botella única de vino. Esto quiere decir que cada uno de los vinos, que estarán numerados y serán de la línea más reciente y exclusiva de la bodega, Memoria de Elefante, tendrá un certificado único, con el que saldrán a la venta.

Los interesados podrán adquirir uno de las botellas desde cualquier parte del mundo y será suya, pero no deberán llevarla inmediatamente. Lo que tendrán será el NFT, ósea el certificado de propiedad, desarrollado por los sanjuaninos. El vino permanecerá custodiado por los que mejor saben guardarla: la misma bodega.

Los tres dueños de Cripto Place, Federico Victorio Marino, Rodrigo Pérez Dománico y Kevin Willenberg Auger, vienen trabajando hace tiempo como socios. Se conocieron en la escuela y si bien vienen de ámbitos distintos, tienen experiencia con el mundo blockchain. Empezaron vendiendo hardware, después avanzaron a la minería y ahora están desarrollando software.

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Para el trabajo con Elefante Wines crearon la plataforma Vintme.io, un juego de palabras entre mint, la acción de emitir un NFT, y el vino. Ahí esperan que Elefante sea la primera bodega en sumarse en esta cruzada de vender tokens respaldados en vinos. La plataforma saldrá en marzo de 2023, con la próxima vendimia, y ya tienen aseguradas sus primeras 100 botellas de Memoria de Elefante.

Mientras tanto, la primera bodega sanjuanina también trabaja para estar listos para el desafío. Tras trabajar dos años en el garage la casa capitalina que comparten, Felipe Azcona y Juliana Rauek, se mudaron a una bodega histórica en Santa Lucía, ampliaron la producción, siguen creciendo y ahora están haciendo una cava especial en los tanques bajo tierra antiguos.

Memoria de Elefante es el más recién lanzamiento de la bodega de garage. Dos varietales, Pinot noir y syrah, y un blend de uvas de los mejores terroir de San Juan. 

“Estamos armando para poder conservar los vinos en las condiciones óptimas”, explicó Felipe Azcona. Esto es fundamental para el negocio que se han propuesto con sus nuevos socios. Porque una de las claves de ofrecer NFT es que estos tienen como respaldo un producto que es escaso, de lujo y cuya calidad es comprobable, ósea que tiene trazabilidad.

Las 100 botellas que saldrán a la venta son 33 Pinot Noir, 33 Syrah y 34 blends especiales. Todos tendrán, además del número de serie, un modelo digital con todos los detalles del vino, que quien los compre podrá corroborar.

Una vez adquirido el vino, su nuevo dueño puede pedirlo y tomar la botella cuando quiera o venderlo. Esta es una práctica común en el mercado y que además se parece a otra que utilizan en el mundo del vino.

“El 95% de los compradores abre la botella en un lapso de 72 horas, de ese 5% una parte la guarda hasta seis meses. Pero hay una porción muy chica que la guarda por más tiempo y esos son vinos que aumentan su valor”, aseguró Felipe. A ese mercado exclusivo apunta este desafío.

Históricamente los vinos de guarda valen mucho por su calidad y por el tiempo que tienen, pero también porque alguien, en general vendedores especializados o restaurantes muy exclusivos, dan garantías sobre la forma en la que estuvieron almacenados. El vino, si no se cuida, puede dañarse. Así, comprar una botella de alta gama se encarece por este servicio de “custodia”.

Con la tecnología NFT esto se puede hacer sin recurrir a intermediarios. El comprador recibe su certificado, lo guarda en su billetera virtual y la bodega se encarga de cuidar el producto. Cuando lo reclama, si es que decide hacerlo, la entrega es persona a persona. Un costo menos para todos, porque se ahorran los costos de exportación, por ejemplo, si el dueño no vive en el país.

Hoy, para un emprendimiento como Elefante Wines, con una producción chica y a pulmón, aunque con estándares de calidad de primer nivel, salir a mercados nuevos es imposible. De esta manera creen que van a poder posicionar la marca en cualquier lugar. Y esta fue la propuesta original de Cripto Place: buscar una manera para conectarse con el mundo usando estas nuevas tecnologías.

Pero hay otra opción además de comprar para consumir inmediatamente: guardarlo, esperar a que el valor crezca y después volver a venderlo. “Cada transacción queda nuevamente registrada a través de blockchain, la bodega cobra un porcentaje, el nuevo dueño recibe el NFT y la botella nunca se movió”, explica Federico. “Es una oportunidad para el productor, porque puede llegar a nuevos mercados, pero también para el comprador, que no tiene que pagar costos extras y que puede acceder a un mercado nuevo, una experiencia nueva y a la liquidez del mundo cripto”, resumió.

La apuesta de estos jóvenes, todos en la treintena y que se conocen desde jóvenes, es fuerte. Saben que están ingresando a un mundo nuevo, pero que tiene experiencias de éxito en el mundo. El whiskey fue de las primeras bebidas que se animó a los NFT y hoy las grandes marcas apuestan a eso. El arte y la moda también están creciendo en su oferta.

Cripto Place empezó vendiendo hardware, en parte destinado a los emprendedores y entusiasta cripto. Hoy se especializan en software, tanto en iniciativas blockchain como Vintme.io como en otras áreas, como desarrollos de energías fotovoltáicas.  
 

“Hoy el desarrollo blockchain es caro, pero todo apunta a que va a ir bajando, hoy representa para nosotros una apuesta a largo plazo, pero creemos que es el futuro”, explicó Felipe. Todos coinciden en que la gran ventaja es la confianza que tienen en la calidad de los productos, tanto el vino como el desarrollo. Además, se enorgullecen, saben que son pioneros y que todo esto tiene surge del empuje y la creatividad local.

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