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Familiares de Diego Andreoni marcharon para pedir justicia en medio del dolor
Familiares y amigos de Diego Andreoni marcharon para exigir justicia por su asesinato. Entre lágrimas, su padre y allegados pidieron una condena ejemplar para los responsables del crimen ocurrido en una cancha de fútbol en Rivadavia.
Por Yanina Paez
En la tarde de este miércoles, la Plaza 25 de Mayo fue escenario de un reclamo de justicia. Familiares y amigos de Diego Andreoni, el joven de 28 años que recibió un balazo en una cancha de Rivadavia, se congregaron frente a la Catedral de San Juan para exigir que los culpables reciban una condena ejemplar.
Con lágrimas en los ojos, los presentes clamaron por justicia para Diego con carteles y fotos. Su padre, Alberto Andreoni, expresó con crudeza la desesperanza que siente frente al sistema judicial: “Lamentablemente, no creo en la justicia. ¿Cuándo le dieron una condena como corresponde a alguien? Les dan 10 años, buena conducta y a los cuatro años los tenés en la calle. Y vuelven a agarrar un arma. Pedimos perpetua, porque tuvo intención de hacer daño. Si llevás un arma, es porque pensás usarla, porque ya tenés en la cabeza la mentalidad podrida de lastimar a la gente. Qué te puedo decir… Diego para mí era todo”.
A su lado, Héctor Sánchez, amigo de la familia, no pudo evitar quebrarse al recordar a Diego: “Era un pibe excelente, tenía muchos proyectos, soñaba con todo. Amaba el deporte y hoy nos toca esta triste realidad. Él no hizo nada, no provocó la pelea, solo quiso separar y terminó pagando con su vida. El asesino no disparó al aire, le apuntó directo al cuerpo.”
El caso
Diego Andreoni falleció el pasado 28 de marzo tras agonizar casi dos semanas en el hospital. La bala que lo hirió fue disparada el 15 de marzo, en una gresca que estalló después de un partido de fútbol amateur entre los equipos Diablos de Morón y Los Amigos, en las canchas de Coralli, Marquesado.
Testigos aseguran que, luego del encuentro, una discusión entre otros jugadores derivó en una pelea en la que Diego intentó intervenir para separar. Fue en ese instante cuando Julio Castro, uno de los imputados, sacó un arma y efectuó dos disparos: uno al suelo y otro que impactó en el abdomen de Diego.
Castro y su compañero Franco Gómez se dieron a la fuga en moto, pero días después se entregaron en Tribunales. Ahora, la Justicia los investiga por homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego, delito que prevé penas de 8 a 30 años de prisión.
El caso de Castro es el más comprometido, ya que confesó haber disparado, aunque intentó desligar a Gómez. Sin embargo, testigos aseguran que este último le pasó el arma en plena trifulca, contradiciendo su versión.