Provinciales > Tras el terremoto
Josefina, la sanjuanina que le pidió al ministro Arroyo módulos habitacionales para sus vecinos
Por Facundo Merenda
El dolor lo vivió en carne propia cuando el lunes 18 de enero cerca de las 23:46 el terremoto de 6,4 la dejó en la calle. Su casa cedió ante el movimiento telúrico, aunque ella se dio cuenta de que no era la única que padeció el fenómeno, sino que más de 30 familias de la Villa Florida, en Pocito, estaban en la misma situación. Como abanderada de los pedidos de su comunidad, Josefina Montiveros, de 46 años, se puso frente a la comitiva nacional que llegó hasta ese sector este jueves y le pidió módulos habitacionales al ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo.
“Por el momento, hasta una solución definitiva, les pedí algunos módulos para sobreponernos a esta contingencia y también a las inclemencias del tiempo”, dijo Montiveros a DIARIO HUARPE.
La mujer vive sobre calle Florida, sin embargo ahora se refugió en la casa de sus padres porque una de las paredes de adobe que estaban en el frente de su rancho se vino abajo. Junto a ella está su pequeño hijo de apenas seis años.
“La mayoría de mis vecinos están necesitando materiales para volver a levantar su casa hasta que nos den una solución definitiva”, sostuvo.
Josefina precisó que en Villa Florida habitan aproximadamente 90 familias con un promedio de tres chicos menores de edad, pero indicó que un tercio de los que viven ahí están en “pésimas condiciones”.
Montiveros explicó que, luego del terremoto, llegaron operarios del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) y censaron las casas para que próximamente el Gobierno provincial les atribuya una casa.
“Jamás vinieron y ahora, cuando nos visitaron, nos dijeron que nos van a dar una solución”, argumentó.
La pocitana comentó que ellos están hace mucho tiempo asentados en ese terreno que, de acuerdo a lo que sostuvo, es fiscal. Aseguró que hay otros vecinos que llevan más de cincuenta años. Montiveros precisó que el terreno no es bueno para la construcción de casas resistentes debido a que la tierra es húmeda por eso recurrieron a las cañas y el adobe. Contó que con la ola de calor que azota a la provincia cotidianamente sufren mucho debido a la aparición de alimañas y por eso no es seguro dormir a la intemperie.
Todo por su hijo
Lucas, otro vecino de la villa, está desesperado. La casa que construyó para su pequeño hijo y su esposa quedó en un cúmulo de adobes amontonados que se derribaron con el temblor. Él está separado de Melisa González, su pareja, pero eso no impidió a que se quedara junto a ellos para brindarles cobijo.
“Yo no busco una casa para mí, sino para no desamparar a mi hijo y a Melisa”, indicó el joven.
El damnificado aseguró que, más allá de no tener casa, por el derrumbe sufrieron la pérdida de algunos muebles y principalmente de las camas y colchones. Pidió a la sociedad sanjuanina que lo ayude a salir adelante.