La hija de Víctor Hugo Morales se tatuó un ícono sanjuanino: cree que eso salvó a su padre de la muerte

Creer o reventar. La modelo Paula Morales, hija del periodista Víctor Hugo, estuvo invitada al programa “Podemos Hablar” que se emite todos los sábados por Telefe. Allí contó una historia reveladora de cuando su papá contrajo Covid-19. La cura, más allá del trabajo de los médicos, estuvo ligada a un ícono sanjuanino: Deolinda “La Difunta” Correa.

La modelo destacó a la mujer que murió deshidratada en pleno siglo XIX en San Juan. Reconoció que su papá ahora está bien, aunque dijo que la había pasado muy mal con el coronavirus. “No llegó a estar intubado, pero estuvo a milímetros, casi un mes en terapia intensiva”, aseguró.

Morales explicó que en su familia muchas veces pensaron lo peor. Esto se agravaba cuando recibían los partes médicos que les llegaban al mediodía. “Es espantoso esperar al día siguiente para ver si mejoró algo y de nuevo la noticia es horrorosa", insistió.

La modelo mencionó que la tranquilizaba hablar con él. Víctor Hugo no estaba enterado de la gravedad de su cuadro y les expresaba que tenía para una semanita más. Destacó que su padre siempre estuvo con fuerza para transitar la enfermedad.

Debido a la gravedad del cuadro, Morales movió cielo y tierra para buscar una solución para la mejoría de su papá. Sostuvo que no es una mujer religiosa, aunque estaba dispuesta a todo. Buscó entre las creencias del periodista y descubrió que el hombre tenía una devoción particular por la Difunta Correa.

La hija del relator deportivo manifestó que sentía impotencia y que hacía años que no rezaba. En ese momento se acordó que era devoto de una santa. Ahí le preguntó a su mamá quién era porque solamente recordaba que el periodista había viajado a San Juan anteriormente para agradecerle.

"Mi mamá me dijo que era la Difunta Correa”, contó. La esposa del actor Fabián Vena empezó a buscar quién era Deolinda y cómo se le rezaba.

Morales le explicó a Andy Kusnetzoff, conductor del programa, que la sanjuanina murió deshidratada. Por eso le puso un vaso con agua y una vela encendida. Todos los días le rezaba y le pedía que ayudara a su papá para que saliera adelante.

Sin embargo, el cuadro sanitario de su papá comenzó a empeorar por lo que Morales redobló la apuesta. Allí empezó a prometerle cosas a la Difunta, una de ellas fue tatuársela en la piel. Primero pensó en sus iniciales, nombre o algo que la representara.

En septiembre le dieron de alta a Víctor Hugo y Paula cumplió su promesa. En el brazo se tatuó la imagen de Deolinda con un bebé. “Es una mujer con su bebé, porque cuando la encuentran muerta aún seguía amamantando a su bebé. Eso es lo que cuenta la leyenda", describió.