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Provinciales > Historias sanjuaninas

La música los unió hace 23 años, conformaron un dúo y la pandemia hizo que sumaran a sus hijos

Pierina Ciallella y Marcelo Bartolomé usan la guitarra como pasaporte para llevar su arte a todos lados.   

POR REDACCIÓN

01 de octubre de 2020

El tiempo pasó, aunque dicen que ellos no acumulan años sino emociones. Pierina Ciallella, de 44, y Marcelo Bartolomé, de 51, son dos artistas que hace 23 años se unieron gracias a la música. Con más taco gastado en los escenarios y algunas coplas de por medio conformaron el Dúo Mixtura, un grupo que les permitió desprenderse de sus orígenes y recorrer todo el país.

La pandemia de coronavirus hizo que sus proyecciones cambiaran para este año. En medio del confinamiento, la pareja buscó la alterativa para que sus hijos (María Luisa, 20; Julián, 18; Santiago, 11) pudieran distraerse y no tuvieron mejor idea que sumarlos en este camino, aunque cada uno de ellos ya tiene definido más o menos el suyo.  

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El 19 de marzo, justo cuando decretaron la cuarentena estricta y estando en el cumpleaños de Pierina, la mujer llamó a su hija mayor que estudia el tercer año de la carrera Composición Musical en Córdoba y la instó a regresar. La joven llegó antes de que cerraran las fronteras.

A la pareja el paso por aquella provincia le trae los mejores recuerdos porque allí se conocieron. Y también a María Luisa le genera orgullo decir que estudia la carrera que impulsó su abuelo, el sanjuanino Juan Carlos Ciallella.

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Córdoba, el nido de amor

La pareja se conoció cuando él, psicólogo y magíster en políticas sociales, tenía 27 años, mientras que con 19, ella estudiaba Comunicación Social. Pierina había viajado a Córdoba e ingresó a una productora de comedia musical infantil. Marcelo, con su formación académica fue convocado para ser la segunda guitarra del cantante y humorista Cacho Buenaventura.

Un buen día, Buenaventura llamó a Pierina y le propuso ser su cantante solista en el espectáculo. Ella aceptó y fue ahí cuando los caminos se cruzaron arriba del escenario. Marcelo que era de Dean Funes, norte de Córdoba, le propuso casamiento y tras la luna de miel que le regalaron sus compañeros se fueron a vivir al sur del país.

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La pareja se instaló en la localidad de Catriel, Río Negro. Marcelo ganó un cargo en un hospital donde pudo ejercer su profesión. Estuvieron hasta el año 2001.

La pandemia de coronavirus hizo que sus proyecciones cambiaran para este año. Foto: Mariano Martín / DIARIO HUARPE.

San Juan, la casa

En plena crisis económica y social que atravesó el país, los artistas decidieron volver a San Juan. “De la Rúa se iba en helicóptero y nosotros del sur”, precisó Pierina.

Ellos no venían solos, sino con la pequeña María Luisa que tenía solamente un año. La situación era compleja y los músicos no quedaban exentos. Pequeños alquileres y casas reducidas fueron sus postales. Todo fue mutando de acuerdo al crecimiento familiar. A los dos años llegó Julián y tuvieron que encontrar mayores comodidades.

La vida no les era fácil, pero la música fue una herramienta que por el trascurso de seis años se convirtió en su mayor fuente de ingresos económicos. Ambos reconocen que no querían el estrellato, sino transformar su realidad.

El recuerdo que tienen de aquella época es una mezcla entre la solidaridad y la camaradería de los sanjuaninos. Cuentan que la guitarra fue el “carnet o pasaporte para ingresar a todos lados”. Actualmente están en plena mudanza porque los costos del alquiler eran elevados y un tío les cedió una casa a cambio de un módico canon.

Nicolás, la ausencia que duele

El próximo 4 de octubre se cumplirán cinco años del fallecimiento de Nicolás, uno de los hijos de la pareja. El pequeño actualmente tendría 13 años. La ausencia duele, dicen. Pierina, alejada del tiempo, sostiene que es una variable que no cuenta para aminorar el dolor.

Con la mudanza a cuesta, los recuerdos están a flor de piel. Si bien ya no hay muchas cosas del niño, cada foto u objeto que aparece hace que la pareja indefectiblemente piense en su mirada.

“Sigue siendo muy difícil, lo extrañamos todos los días. Los años pueden pasar, pero es una fuerza y energía que se mantiene. Para el amor no hay tiempos”, indicó Pierina.

El martes fue el cumpleaños de 18 de Julián y a varios se les corrió una lágrima. El chico tenía una promesa con su hermano de cortarse el pelo juntos y poder festejar hasta la madrugada.

Los músicos quieren seguir consolidándose en la profesión. Foto: Mariano Martín / DIARIO HUARPE.

La pandemia, cambios

El año pasado la pareja realizó 30 recitales y este año se encaminaban a tener la misma cantidad, sin embargo, la pandemia alteró todo. Pierina estuvo representando a los músicos a la hora de armar los protocolos. Si bien están acostumbrados a show de más de 100 personas, ahora la capacidad permitida se redujo al 30%.

“Volver al escenario es reconectarse con la energía de la gente”, cuentan. Ellos tuvieron la iniciativa de hacer espectáculos virtuales. Fueron 25 “canciones de entre casa” que mostraron a través de sus redes sociales. Con eso medianamente pudieron solventarse.  

Este año fue un descubrimiento para ellos. “En ninguna carrera artística tenés la materia pandemia, nadie te prepara para esto entonces sacamos todo lo mejor que teníamos”, explicaron.

Proyección

El próximo sábado la pareja tocará en Viñas de Tocota, en Santa Lucía. Sin embargo, están deseando poder lanzar el video que hicieron en noviembre pasado junto la Orquesta Sinfónica de la UNSJ. Ese material tiene música y testimonios. Fue creado por el aniversario número 20 del dúo y verá luz antes de fin de año.

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