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Los Arroyo-Moreira: la familia que nació entre juegos en una colonia
Por Nadia Correa
Paula y Roberto nunca imaginaron todo lo que iban a conseguir gracias a las colonias de verano para adultos mayores de las que eran activos participantes desde hace algunos años. El camping del Círculo de Oficiales atesora dos de los muchos momentos importantes vividos a lo largo de sus 30 años como pareja. Un casamiento sorpresa y la llegada de un “ángel”, como lo definen ambos. Un profesor que en la actualidad los llama “el papi y la mami” y se convirtió en el hijo que vino para alegrar sus días. Lo que comenzó siendo un inocente juego de roles, hoy se convirtió en una hermosa familia que lleva junta siete años.
“Nosotros nos conocimos gracias al programa de radio que yo hacía en esa época. Ella llamaba y un día nos conocimos en persona. Desde ese día supe que era lo que yo pensaba. Era y es la mujer de mi vida”, comenzó contando a DIARIO HUARPE Luis Roberto Arroyo, de 71 años, bajo la vergonzosa sonrisa de su enamorada al escuchar el relato del hecho.
Luego de ese flechazo y tras 22 años de convivencia, en febrero del 2016 un grupo de profesores de la colonia de verano a la que iban en ese momento comenzó a armar en secreto el casamiento de la pareja. El amor que percibían entre ambos al verlos llegar todos los días al camping del Círculo de Oficiales tomados de la mano los había conmovido y animado a organizar la unión legal. “Siempre así, siempre juntos y compañeros”, se definió Paula Mercado, de 75 años.
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“Fue un momento hermoso y emotivo. Nos divertimos mucho durante ese día. Aún conservo el ramo de novia de esa mañana”, contó a este medio la protagonista de esta historia.
Fue ese mismo año en el que conocieron a Gabriel Moreira, uno de los tantos profes que formaban parte de las actividades recreativas del verano. Pero lo curioso es que Gabriel no era el encargado del grupo de la adorable pareja de recién casados. “Es un cariño que no puedo explicar, te cuento esto y se me pone la piel de gallina, es un amor que supera todo. Nosotros llegábamos a la colonia y era correr hasta donde él estaba para abrazarlo. Yo le decía a Roberto 'ahí está mi hijo'”, contó la mujer.
“Yo no tengo hijos biológicos y cuando lo vi me dije ese es el hijo que no tengo, él va a ser mi hijo”, contó visiblemente emocionado Roberto al recordar el momento en que de manera conjunta decidieron que sea una realidad.
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Al recordar la historia, Gabriel tampoco evitó mostrar la alegría y dicha que le provoca traer a la actualidad la memoria del juego que él empezó y terminó concediéndole su segunda familia, sus “mami y papi”, como los reconoce.
“Yo hacía muchos chistes con que los iba a adoptar como mis papás, pese a que tengo a los míos. El amor que me demostraban día tras día era algo digno de valorar. Era algo sincero, honesto y espontáneo, no había nada fingido. Era cariño real”, dijo el profesor y preparador físico.
Si bien Paula tiene hijos en Entre Ríos y Misiones, de un primer matrimonio, es junto a Gabriel con quien puede compartir la relación de afecto que las circunstancias de la vida no le permiten con sus hijos biológicos. La preocupación y la ocupación de ambos lados, la ayuda desinteresada, las tardes de fin de semana con ricas comidas caseras de por medio con “nietos y nuera incluidos”, hacen que todo sea armonioso.
Todo en su lugar
Gabriel tiene actualmente a sus padres biológicos con vida y fue durante su casamiento, en 2017, que "papá y mamá biológicos" conocieron "al papi y a la mami". "Ellos no son celosos, saben cómo soy. No hubo conflicto al momento de presentarlos", dijo entre risas el joven profesor.
Así transcurren los días de esta familia signada por el amor, las ganas de seguir adelante y el deseo de brindarse el uno al otro para seguir creciendo juntos.