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Las razones por las que los británicos quieren salir de la UE son "emocionales", según una académica

POR REDACCIÓN

02 de noviembre de 2019
Una sociedad fracturada, polarizada y llena de incertidumbre es el resultado que dejó el referendo de 2016 en el que británicos votaron salir de la Unión Europea (UE), en lo que pareció ser "más una decisión emocional que práctica". Así lo definió en una entrevista con Télam, la titular de Política Europea de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, Nieves Pérez-Solorzano, que analizó las posibles razones por las que la ciudadanía tomó una decisión que podría impactar muy negativamente en el país. Según la analista, la división en el Partido Conservador por la permanencia del Reino Unido en la UE es histórica y ya existía con Margaret Tatcher. "Hay quienes siempre vieron ventajas a la integración sólo como un proyecto netamente económico y aquellos que querían una integración también política", explicó. Reseñó que lo que el ex ministro David Cameron hizo con el referendo fue intentar solventar esas divisiones que no tenían nada que ver con el bienestar o el futuro del país y apaciguar a aquellos que no querían a la UE y que tenían cada vez más voz dentro el Partido Conservador. "En ningún momento se hizo un análisis de cuales eran los beneficios y las desventajas de estar en UE", agregó. "Lo que ocurrió es que a un país que siempre ha sido muy euroescéptico, fomentado también por los medios de comunicación y por esa sensación que tienen de sentirse distinto al resto de Europa y estar más cerca culturalmente de Estados Unidos, se le preguntó si quería quedarse o marcharse", reflexionó la académica. Sostuvo Pérez-Solórzano que la mayoría de los británicos tiene una imagen de la UE que es considerada no democrática porque su sistema de gobierno es muy distinto al propio. "Con el referendo afloraron esos sentimientos que se reflejaron en cuestiones como la soberanía, la identidad nacional y el modo en que se percibe a Gran Bretaña como un país completamente separado del resto de Europa", evaluó. También se culpó a la gran afluencia de inmigración, que generó un país más diverso y heterogéneo., Sin embargo, según la académica, Inglaterra tiene mayor flexibilidad que el resto de los Estados miembros respecto a la libre circulación de personas y eso generó que haya tanta gente que quiera mudarse al Reino Unido. Resaltó que en el contexto del referendo se amplificó esa sensación de la pérdida de identidad, lo que se sumó al desconocimiento que tiene la gente en general de la UE. Para Pérez-Solórzano, el futuro del Reino Unido dependerá de lo que pase con las elecciones el 12 de diciembre, porque tanto el líder laborista, Jeremy Corbyn, como Johnson tienen tantos votantes partidarios del Brexit como contrarios a esa salida. Opinó la especialista que tampoco existe la garantía de que el Reino Unido salga con un acuerdo si Johnson gana las elecciones y obtiene la mayoría en el Parlamento. En cuanto al impacto sobre el que tanto se advirtió desde distintos sectores sobre una salida sin acuerdo, Pérez-Solorzano sostuvo que la gente todavía no se dio cuenta que esas predicciones más negativas no se cumplieron porque el país aún sigue en el bloque comunitario. "Las consecuencias se van a empezar a notar cuando se produzca la salida y luego de que finalicen los períodos de transición", explicó. Consideró que esa tranquilidad que aún se ve, de alguna manera, "es como un pequeño mecanismo de defensa: como aún no ha pasado nada, por lo tanto no me afecta". Pérez-Solorzano analizó además que la narrativa que utiliza el Partido Conservador, cuando dice que el Reino es "un país fuerte y abierto al mundo, muy resiliente y que saldrá adelante porque es autosuficiente" es usada como "una forma de preparar a la población, porque va a ser muy duro lo que viene". "No hay nada peor que el olor del pescado pudriéndose a la puertas de una frontera", graficó la experta en política europea, al referirse a una frase de una ministra noruega hablando sobre el Brexit y sus dificultades. Consideró que se trata de una metáfora muy ilustrativa de lo que le puede pasar a Gran Bretaña cuando intente exportar productos hacia la UE. "Eso ahora lo hace con fluidez, porque los camiones pasan de un país a otro sin ningún problema", expresó.
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