POR REDACCIÓN
28 de enero de 2020
Pablo Ventura, el joven remero que fue detenido por el crimen de Fernando Báez Sosa y que recuperó la libertad cuatro días después, dejó esta tarde la localidad balnearia de Villa Gesell junto a su padre para regresar a su casa en Zárate tras la última jornada de ruedas de reconocimiento realizadas en el marco de la investigación por el homicidio. Ventura (21) y su padre, José María, abandonaron minutos después de las 16 de este martes el hotel del sindicato de Luz y Fuerza en el que se alojaban, y encararon el regreso a su hogar, luego de vivir lo que describieron como una pesadilla de película, tras la detención del joven por el asesinato de Báez, ocurrido en la madrugada del sábado 18 de enero último, frente al boliche Le Brique. Lleno el tanque del auto temprano y en cuanto termine la rueda nos vamos, había dicho cerca del mediodía el padre del remero a Télam, y cuatro horas más tarde, tras la última ronda de reconocimiento en la que tuvo que participar su hijo, en la Secretaría de Seguridad de la localidad balnearia, pasaron por el hotel a retirar el equipaje mínimo de cada uno y luego tomaron la ruta interbalnearia 11 rumbo a Zárate. El hombre dijo que viajaban prácticamente sin equipaje, más allá de dos o tres remeras que compraron en Gesell en los últimos días, tras la detención del joven, y su traslado a la ciudad balnearia en un patrullero de la Delegación Departamental de Investigaciones de Campana y su posterior liberación, por decisión de la fiscal del caso, Verónica Zamboni. Solo quiero ver a mí mamá y tratar de volver a mi vida normal, aseguró el remero a Télam, y confesó que desde que fue liberado el martes pasado prefirió no mirar televisión ni noticias, para tratar de despejar la cabeza y terminar de entender cómo pasó esto que fue como una pesadilla de película. Si bien el joven permanece imputado en la causa por el homicidio -al igual que los diez rugbiers que permanecen detenidos- su defensor, Jorge Santoro, dijo que Pablo está autorizado a volver a Zárate y seguirá a disposición de la fiscalía para lo que sea necesario. El remero inició el regreso sin su teléfono celular, que quedó en manos del Juzgado de Garantías 6 de Gesell hasta que finalicen los peritajes ordenados por la fiscalía. En su caso será más sencillo porque el joven brindó a la fiscal la clave para desbloquearlo, a diferencia de los rugbiers acusados.