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Día de la Enfermería: Raimundo Esquivel, el encargado de cuidar a los niños durante 30 años

En el marco del Día de la Enfermería, DIARIO HUARPE, conoció la historia de Raimundo Esquivel, un enfermero con 30 años de servicio en el área de Pediatría del Hospital Doctor Guillermo Rawson.

21 de noviembre de 2023
Día a día, el enfermero recorre los pasillos del sector con su mejor sonrisa. (Foto:DIARIO HUARPE)

Cada 21 de noviembre en Argentina se celebra el Día de la Enfermería, al conmemorar la fundación de la Federación de Asociaciones de Profesionales Católicas de Enfermería en 1935. DIARIO HUARPE habló con Raimundo Esquivel, un enfermero que hace 30 años llegó desde su Iglesia natal para prestar servicios en el área de Pediatría del Hospital Doctor Guillermo Rawson y hoy sueña con alcanzar la jubilación en el lugar que le dio cientos de alegrías y tristezas, pero sobre todo, como él define, una familia y su segunda casa.

Con su guardapolvo de color celeste impecable, uno de los cuatro enfermeros con más años dentro del área, primero realizó su recorrida correspondiente por los pasillos animados con agradables dibujos para que la estadía de los más chiquitos sea más amigable y por cada una de las habitaciones del sector uno del área de pediatría, constató que todos los pequeños pacientes recibieran su medicación o se encontraran con lo necesario y terminada su rutina diaria y solo así, se sentó con el equipo de DIARIO HUARPE para contar cómo es llevar adelante la profesión que asegura tanto le dio.

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La historia de Raimundo se remonta a cuando era un joven de 28 años donde la necesidad, por un lado, y el amor a su pueblo, por otro, lo llevó a formarse en lo que en esa época era un curso de auxiliar de enfermería. “Durante ese año se había desbordado el Río Jáchal y buscaban voluntarios para atender a la gente de Buena Esperanza, lugar de donde soy orgullosamente oriundo. El pueblo había quedado aislado por la creciente, así que sin pensarlo mucho, me anoté y comencé con la formación”, contó enfermero.

Explicó que el destino o la casualidad, hicieron que la práctica se diera en Jáchal y desde allí fuera enviado a Ciudad de San Juan, directamente hasta el Hospital Rawson, donde todo comenzó, 30 años atrás, pese a que no era para lo que realmente se había formado.

Ante la pregunta de por qué la elección de un área compleja como es la pediatría, el hombre de 58 años respondió que pese a que tuvo la oportunidad de trabajar tanto con adultos como con niños se quedó con los últimos, “porque los niños son especiales”, dijo en pocas palabras el profesional.

Durante sus 30 años como trabajador, Raimundo contó que el camino elegido le regaló mucho más de lo que esperaba. “A los dos años de prestar servicio dentro del hospital, conocí a una muchacha que me gustó desde el primer día. Al principio fue difícil conquistarla, pero insistí, llegó la propuesta de casamiento y hoy es mi esposa desde hace 28 años y es la madre de mis tres hijos, la mujer con la que formé mi familia cuando dejé atrás Buena Esperanza”, explicó entre risas tímidas al recordar cómo esa mujer, que ingresó trabajando como ayudante, le robó el corazón.

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Sin embargo no todas las anécdotas recopiladas durante las tres décadas de trabajo son alegrías o buenos recuerdos, en algunas de ellas se mezclan los sentimientos, como el paciente que llegó desde Calingasta y permaneció internado durante varias semanas. “Le dieron el alta y recuerdo que nos invitaron a todo el personal al festejo de su cumpleaños 18 en Calingasta y hasta allá nos fuimos. Estuvimos dos días compartiendo con la familia y regresamos. A los días lamentablemente nos enteramos de que no pudo con la enfermedad que padecía y falleció”, contó con un dejo de tristeza en la voz al rememorar parte de los momentos difíciles del día a día.

Por otro lado la cantidad de años que lleva en el área, le permitió ser el enfermero que brindó atención médica a pequeños y pequeñas, que hoy en día ya son padres y llegan hasta el servicio con sus hijos. “Me encontré con más de un papá o mamá que me dijo, “usted me atendió cuando yo estuve internado acá” y te imaginaras que son tantos los pacientes atendidos que no los recuerdo a todos, pero es gratificante que te recuerden de esa manera y hoy poder atender a sus pequeños”, resaltó el enfermero, que asegura, espera alcanzar la jubilación en la parte de pediatría.

Preocupado por volver a sus labores por el tiempo transcurrido, Esquivel aprovechó para definir en palabras y acciones, la importancia de un enfermero y lo que se necesita para trabajar en el sector y en solo dos palabras resumió lo que sus largos años de trabajo le enseñaron. “Amor y paciencia”, destacó, mientras preparaba la medicación para un paciente y daba por finalizada la entrevista.

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