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Vanesa Riveros, la sanjuanina tejedora de conejitos viajeros

Vanesa Riveros es una apasionada profesora de Inglés. En sus ratos libres y para pasar lo que hace años fue un gran problema familiar, decidió tejer amigurumis y creó unos conejitos viajeros, que ahora se comercializan en Estados Unidos.

POR REDACCIÓN

12 de agosto de 2024
Vanesa Riveros, emprendedora de amigurumis

Entre madejas de lana enmarañadas en bolsas, e ideas enredadas en la cabeza, Vanesa Riveros tomó la decisión de convertir todo eso en arte y se puso a tejer. Así nació Hope, un emprendimiento de amigurumis que hoy hace pie en Miami, Estados Unidos.

En el 2018, esta profesora de Inglés, decidió sumarse a un grupo de WhatsApp de tejedoras de Latinoamérica que tenían como desafío hacer un unicornio tejido y mostrarlo. Había visto a su mamá tejer toda la vida, pero muy tímidamente se había animado a hacer una que otra bufanda. Esta vez puso manos a la obra y empezó a darle vida con su aguja a este unicornio que la retaba a superar un mal momento y salir adelante.

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Cuando logró que la mítica criatura estuviera lista hubo gratas sorpresas y la llenaron de elogios. Fue en ese instante cuando la voz de un amigo la animó a más. "Creá tu marca y tu página de Instagram", le dijo y ella se llenó de vergüenza. Sin embargo, su amigo no se dio por vencido y la contactó con un grupo de diseñadoras que la ayudaron en el proceso y así el primer unicornio desplegó sus alas y voló. Empezaron a llegar los pedidos: primero de la familia, luego de los amigos y cuando quiso acordar ya tenía sus clientes.

Sorprendida, continuó tejiendo y ampliando la paleta de amigurumis que su mano y su creatividad dibujaban a través de su incansable aguja de crochet. Mantitas de apego para bebés, muñecos temáticos para decorar habitaciones de niños y juguetes personalizados con los héroes de los más pequeños.

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Pero un día sus amigurumis empezaron a traspasar las fronteras de San Juan y del país. Un pedido, que llegó desde Miami, para decorar de safari la habitación de un bebé que nacería en Canadá, fue la apertura de una puerta gigante para que sus creaciones empezaran a volar más lejos de lo que su imaginación hubiera soñado.

Luego de ello y gracias al impacto que generó, la invitaron a hacer los conejitos que hoy acompañan el packaging de una marca de cosméticos naturales en Estados Unidos.

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"Una de mis exalumnas decidió irse a vivir a Estados Unidos y creó estos productos de cosmética. Cuando vio lo que yo había hecho para la decoración de la habitación del bebé en Canadá, decidió que mis conejitos iban a acompañar el empaque de sus productos", dijo Vanesa a DIARIO HUARPE.

Los conejitos viajeros

Pero eso no es todo lo que hace Vanesa con su marca, sino que como en las creaciones de Disney, ella también se convirtió en un consultorio de amigurumis, esos que de tanto andar en brazos y de tanto amor que reciben, pierden alguna prenda de su vestimenta o sufren algún accidente en sus extremidades. Entonces, sus creaciones vuelven a ella para que, como el juguetero que restaura a Andy en Toy Story, ella vuelva a crear partes con su aguja.

Hoy, en la previa al día de las infancias satisface pedidos de los "muñequitos de las emociones" de la película Intensamente 2 y algunos superhéroes.
Tejerá hasta el sábado a la tarde para cumplir con todas las ilusiones de aquellos grandes y chicos que eligieron celebrar con un regalo único e innovador.

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