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Provinciales > Historias sanjuaninas

Isaías Burgoa: de trabajar en la Fuerza Aérea a fundar el Carnaval de Chimbas

Tiene 61 años y desde 1997 hace los vestuarios del evento.

07 de marzo de 2020

Isaías Burgoa, de 61 años, está sentado frente a una máquina de coser dentro de un taller cerca de la Plaza de Chimbas. Mantiene la mirada fija porque sabe que una puntada mal dada puede deformar su obra de arte. Isaías está rodeado de plumas, lentejuelas y canutillos: todo lo que necesita para hacer los espaldares que las pasistas usan en el carnaval.

No está solo: más de 20 personas cumplen la misma tarea. El lugar es silencio puro. Solo de vez en cuando suena alguna canción para alivianar el trabajo.

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Los más jóvenes acatan con respeto todas las órdenes que da Isaías. Cada corrección es tenida en cuenta para cambiar o mejorar los más de 120 trajes.

Todos saben que la palabra de Burgoa tiene mucho valor. Él fue el fundador del Carnaval de Chimbas, que este año tendrá su gran cierre mañana.

Concentrado, así está Isaías bordando cada uno de los trajes. (Foto: Sergio Leiva)

Isaías nunca imaginó lo que el destino le tenía preparado. De niño vivió en Media Agua, departamento Sarmiento. Cuando estaba con sus padres, dice que se sentaba a mirar el cielo y soñaba con trabajar en la Fuerza Aérea. Cuando era adolescente lo logró.

Ingresó a los 15 años, viajó a Córdoba y luego a Chaco donde estuvo 4 años como operador de comunicaciones. En 1977 fue a Pasos de Los Libres en Corrientes a cubrir una vacante.

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En aquella provincia, a los 19 años, decidió terminar el secundario. En un colegio que no recuerda el nombre conoció a Susana Beatriz Ortiz, una joven que lo enamoró por su alegría.

Susana le enseñó las tradiciones locales. Una de ellas, el carnaval.

Isaías cumplió su tarea en Corrientes y lo mandaron de nuevo a San Juan a la torre de operaciones del Aeropuerto de Las Chacritas, en 9 de Julio, donde trabajó hasta que se jubiló en 2010.

Ese muchacho que se fue solo cuando tenía 15 años regresó a la provincia en 1988 con 3 mujeres: su esposa y sus 2 hijas correntinas Pamela, de 37 años, y Noelia, de 32. En San Juan amplió su familia: tuvo otras 2 hijas, Nidia, de 26, y Sofía, de 21.

(Foto: Sergio Leiva)

La pareja compró una casa en Villa Paula Albarracín de Sarmiento, en Chimbas. La ubicación les dio ganas de darle a ese departamento algunos atractivos culturales. Pensaron en realizar una muestra del carnaval correntino.

La idea estuvo fija desde que llegaron a San Juan, pero Susana no sabía cuál sería la aceptación que iba a tener en el público sanjuanino.

Pasaron 8 años y el proyecto del carnaval seguía en la mente de ambos. En noviembre de 1996, Isaías volvió con la idea del festejo con la diferencia que su esposa aceptó rápidamente.

“Susana ya estaba segura de lo que el evento podía generar tanto cultural como económicamente”, cuenta Isaías a DIARIO HUARPE.

Ellos creían que a Chimbas “le faltaba alegría” y algo que “lo representara”.

Entonces, con algunos panfletos realizados a mano, recorrieron las casas de los vecinos para promocionar el evento. Lograron convocar a 36 instituciones, entre agrupaciones de danza y clubes deportivos.

La casa de Isaías fue el centro de la primera reunión. Allí organizaron todo el trabajo y la logística. Buscaron apoyo económico y planificaron la fecha y el recorrido de lo que sería el carnaval. 

“Salimos comercio por comercio para contarles lo que estábamos armando. A muchos les gustó ya que lo veían como una posibilidad de vender sus productos”, recuerda.

Los comerciantes de calle Mendoza aportaron dinero en efectivo y colaboraron con el corte de calle y la pintura de los cordones. “Todo se hizo a pulmón”, sostiene.

Las autoridades municipales de aquel entonces no le dieron respaldo porque “lo consideraron inviable”. 

El carnaval debutó en Chimbas en febrero de 1997. La primera edición se desarrolló desde calle Monseñor Di Stéfano hasta Remedios de Escalada. Las instituciones se concentraron en la Escuela Provincia de la Rioja y el punto final fue la plaza principal.

Plano del recorrido original que tuvo el corso, por Mendoza desde calle Monseñor Di Stéfano hasta Remedios de Escalada.(Foto: Sergio Leiva)

Duró 6 noches y "fue un éxito", dice Isaías. En cada una de las jornadas, asistieron más de 20.000 personas, según los diarios de aquella época.

Isaías se encargó del diseño del vestuario y la planificación. Trabajó día y noche durante 2 meses. Cosió junto a su esposa e hijas, además de la colaboración de otro de los pioneros, Roberto Cataldo.  

Las comparsas lucieron sus trajes confeccionados con lentejuelas y algunas plumas que trajeron de Corrientes. A las agrupaciones se les dio algunos tambores para que acompañaran el paso de los pasistas. 

“Quisimos incorporar elementos de percusión para que se pareciera al de Río de Janeiro”, sostiene. 

Recorte de un diario de la época que mostraba el carnaval. (Foto: Sergio Leiva)

En uno de los recuerdos de Burgoa, está la presentación que realizó la agrupación del Barrio Santo Domingo. Cuenta que las más de 40 personas iban vestidas con trajes negros y se llamaban “Los intocables”. Consiguieron un auto de la época de 1930 y algunas armas de aquel momento.

Desde su origen, el carnaval de Chimbas se mantuvo hasta la actualidad. Nunca se interrumpió, aunque fue sufriendo algunas modificaciones.

Las 36 instituciones originales comenzaron a reducirse en menos grupos. Hace más de 10 años quedaron entre 15 a 10 agrupaciones representativas de cada uno de los lugares del departamento. 

El municipio se hizo cargo del carnaval y destinó fondos para jerarquizarlo, sin perder el aporte de los vecinos y primeros organizadores.

En 2011 trajeron desde Gualeguaychú a la modelo Evangelina Carrozo, quien ofició de madrina. 

Cada año, el evento fue consolidándose en el calendario de festivales de San Juan. Desde la municipalidad decidieron realizarlo entre febrero y marzo con 3 noches de recorridos por calle Mendoza, desde Centenario hasta Oro y otras 3 en el sector oeste del departamento sobre el Barrio Los Pinos. 

Hace 2 años, la organización achicó el número de agrupaciones y solo quedaron 6. Además pusieron algunas condiciones para la confección de vestuarios y organización de las batucadas. 

(Foto: Sergio Leiva)

Tras 23 años realizándose en dos lugares, en 2019 el carnaval tuvo su propio lugar físico: el corsódromo que se inauguró sobre calle Fernández, en el ingreso al Predio Ferial de la Costanera.

Isaías siguió formando parte de la organización, pero ya no estaba supervisando a todos los integrantes del corso sino a los de la “Agrupación Unidos de Villa Paula”, dónde él vive. La institución es una de las más populares del departamento.

Isaías, siempre junto con su esposa, le enseñó a sus 4 hijas el amor por el carnaval. Las jóvenes participaron en todas las ediciones como pasistas y colaboradoras de vestuario. Este año Pamela, la hija mayor, no formará parte del corso porque rinde las últimas 2 materias para recibirse de abogada.

(Foto: Sergio Leiva)

Mientras da los últimos retoques, Isaías pide que el carnaval siga vigente. "Trabajo todos los días para mantener viva la cultura de Chimbas. El carnaval me dio una familia y una vida de puras alegrías", asegura.

Ahora convocó a las nuevas generaciones para que aporten ideas y extiendan el evento a lo largo del tiempo: "Deseo que esta tradición no se pierda. Haré todo lo que esté a mi alcance para que eso no suceda", dice. 

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