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Política > Italia

La sobrina de Alperovich que lo denunció por violación sexual pide custodia policial

POR REDACCIÓN

22 de noviembre de 2019
La sobrina del senador nacional José Alperovich que presentó una denuncia por violación sexual contra el ex gobernador de Tucumán en los tribunales locales y en la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), en Buenos Aires, solicitó a la Justicia que se le asigne custodia policial. La joven, de 29 años, entre los planteos que formuló en la denuncia indicó que siente "temor por su seguridad personal". Por eso reclama una custodia de la Policía Federal o de la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Además pidió que se disponga una orden de restricción de acercamiento y que le prohíban la salida del país a Alperovich, "a los efectos de evitar una posible situación de fuga y una sometida a su jurisdicción, atento a los recursos económicos y de poder político que el denunciado posee". La joven, a través de una carta abierta, publicada hoy en distintos medios locales, contó los abusos que sufrió durante más de un año. "No escribo para convencer a nadie de nada. Estoy aquí contra la opresión del silencio y por la necesidad de recuperar mi vida, de sanar llamando a las cosas como son, sin suavizarlas ni teñirlas, poniéndole al monstruo nombre y apellido. Cuando no le ponés nombre, no existe", dice la carta "El mío se llama José Jorge Alperovich, mi tío segundo y jefe, por quien fui violentada sexual, física y psicológicamente desde diciembre del 2017 hasta mayo de 2019. Durante un año y medio sufrí violaciones a mi integridad física y sexual. El avasallamiento fue demoledor. Tanto que ni siquiera pude ponerlo en palabras. Él oscilaba libre y cómodamente en los tres escenarios ante los que me posicionaba: el familiar, el laboral y el del horror de la intimidad que me forzaba a vivir con él", relató. "No quería que me besara. Lo hacía igual. No quería que me manoseara. Lo hacía igual. No quería que me penetrara. Lo hacía igual. Inmovilizada y paralizada, mirando las habitaciones, esperando que todo termine, que el tiempo corra. Ya saldría de ahí y estaría en mi casa, ya habría más gente alrededor, ya el disimulo y el trabajo lo iban a alejar de mí", denunció. La joven escribió: "La sensación de que nunca nadie iba a salvarme, de que no iba a haber una interrupción o algo que me sacara de esos lugares. Era expresamente su voluntad. Yo no podía salir sola del encierro porque sabía que tras la primera puerta había caseros, y policías y custodios armados. Todos sabiendo lo que estaba pasando adentro y cuidando las fronteras de él". "Estaba completamente atrapada", manifestó la joven en su escrito.
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