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Los cinco rituales infalibles para atraer la prosperidad en Año Nuevo 2026
Una guía con los rituales más populares, desde las doce uvas hasta pasear con la maleta, para que recibas el próximo ciclo cargado de simbolismo y buenos deseos.
POR REDACCIÓN
Cada 31 de diciembre, en la víspera de un nuevo año, una diversidad de rituales se despliegan en los hogares con un objetivo común: atraer prosperidad y buena suerte para el nuevo ciclo que se inicia. Estas prácticas, muchas de ellas con un fuerte arraigo cultural en varios países del mundo, son llevadas a cabo por miles de personas que eligen creer en la esperanza y que buscan asegurar un porvenir auspicioso.
Las 12 uvas de la abundancia
Uno de los más emblemáticos y difundidos es el consumo de las doce uvas. La tradición dicta que, justo a la medianoche, se debe ingerir una uva por cada campanada o segundo que marca la transición del año. Con cada una de estas frutas, que simbolizan la abundancia y la buena suerte para cada mes, se acostumbra a pedir un deseo. Esta cábala, nacida en España y diseminada por varias naciones del mundo, se convirtió en un momento de concentración y esperanza en el festejo de fin de año, que conecta a quienes la realizan con la promesa de un año próspero.
La ropa interior amarilla: un imán para la fortuna
Otro ritual de gran popularidad es el uso de ropa interior amarilla durante la noche del 31. Esta elección de color no es arbitraria; el amarillo se asocia fuertemente con el sol, la energía positiva y la abundancia, y busca atraer dinero, optimismo y prosperidad económica. En numerosas culturas, esta prenda es considerada un verdadero “imán” de la buena suerte material y se transformó en una creencia que se transmite de generación en generación que es adoptada por jóvenes y adultos por igual.
Las lentejas: la prosperidad servida en la mesa
La mesa familiar también se convierte en escenario de estas prácticas. El ritual de las lentejas propone comer un pequeño plato de estas legumbres durante la cena de Año Nuevo o inmediatamente después de las doce. Esta costumbre, con profundas raíces en la tradición latina y de origen romano, asigna a cada lenteja el valor de una moneda, lo que vincula directamente su consumo con la invocación de oportunidades financieras, la consecución de un nuevo empleo y el éxito profesional en el ciclo que comienza.
Limpiar la casa: barrer lo viejo, recibir lo nuevo
Previamente a la medianoche, la preparación del entorno cobra particular importancia. Barrer y ordenar la casa se presenta como un acto simbólico de purificación. La acción de barrer, específicamente desde el fondo del hogar hacia la puerta de entrada, tiene como propósito “sacar” las malas energías acumuladas y, al mismo tiempo, hacer espacio para la llegada de la prosperidad. Diversas guías de cábalas refuerzan esta idea y sugieren también la importancia de tirar papeles viejos, organizar y ventilar los ambientes, lo que simboliza el cierre de ciclos pasados y la apertura a nuevas y prometedoras oportunidades.
La maleta en la puerta: la llamada de los viajes
Finalmente, una vez que el reloj marca el inicio del nuevo año, muchos eligen salir con una valija a dar un paseo. Esta práctica implica dar una vuelta a la manzana o, al menos, rodear la casa con la maleta. El gesto está intrínsecamente asociado con el deseo de atraer viajes y nuevas experiencias. Quienes realizan este ritual aspiran a un año lleno de movimiento, con posibilidades de conocer lugares en el extranjero y la apertura de caminos que los lleven lejos de su entorno habitual, explorando horizontes diversos y enriquecedores.
Estos cinco rituales, más allá de su origen o antigüedad, comparten una esencia común: son actos de fe y optimismo. Representan la voluntad humana de comenzar de nuevo, de proyectar deseos sobre el lienzo en blanco que es un año por venir y de tomar, simbólicamente, las riendas de la propia suerte.