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Huarpe Deportivo > Historias sanjuaninas

Claudia Monteleone, la primera DT de San Juan que dirige a varones

Nació en San Juan, pero sus padres la llevaron a vivir a Buenos Aires de bebé. Jugó al fútbol en potreros, a escondidas, y se hizo fanática de Racing. A los 31 años volvió a la provincia y a los pocos meses murió su esposo. Estudió para entrenadora y cumplió un sueño.

POR REDACCIÓN

07 de octubre de 2024

Desde que recuerda siempre quiso estar ligada al fútbol. Pero en los años '80 ser nena y querer patear una pelota no iban de la mano. Claudia Monteleone (45) es el ejemplo de que nunca es tarde para cumplir los sueños. Hoy es la primera técnica del fútbol de San Juan en dirigir a varones y entrena a los chicos de la escuelita de San Martín. “Siento que nada es imposible para mí”, aclaró.

Sueño cumplido

A los 40 años, la mujer pudo darse el gusto de jugar en un equipo de fútbol femenino, como arquera. Además, se sumó a la filial de Racing en San Juan llamada "Andrés Gambina". Llegó la pandemia y dejó de jugar. Entonces estudió para DT en forma virtual, en la Escuela Ernesto Picot. Alcanzó licencias de técnica nacional y está cerca de obtener otra que la habilitará a dirigir selecciones y a equipos de Sudamérica.

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Su primera experiencia como entrenadora fue en un equipo de hombres en un torneo amateur. En el inicio del 2024 dirigió a los chicos de Trinidad y después llegó a San Martín. En el Verdinegro es técnica de niños de 4 a 8 años.

"Cuando digo que soy DT de fútbol se piensan que soy árbitra", contó la admiradora de Pep Guardiola.

"Me gusta que los niños se diviertan, porque es la manera en que aprenden. Esas manitos y ese 'hola profe' son mi mejor terapia", expresa.

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Antes de llegar a este presente hubo un sinuoso camino que duró décadas. "Cuando mi mamá estaba embarazada de mí, Argentina ganó el mundial de 1978 y se puso a saltar arriba de una mesa, desde ahí vengo con el fútbol", contó.

Claudia nació en San Juan y a los dos años la llevaron a Buenos Aires. “Éramos tres hermanas. Yo quería un hermano varón para tener una pelota, porque le hacía cartas a Papá Noel y no me la traían”. Hasta que llegó Leandro, el más chico.

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Cuando tenía 11 años jugaba al fútbol a escondidas en la escuela, porque las niñas "debían" hacer vóley o básquet. Pero un profesor la dejaba jugar con los varones. También se iba con un primo a unos potreros. "Jugaba en canchitas de barro en Villa Raffo, era todo tierra y piedra", recuerda.

Un amor y un adiós

Se crió en Mataderos, cerca de Nueva Chicago. Pero se hizo fanática de Racing por el amor de su vida. A los 14 años conoció a Pablo Cocuzza. "Fue jugando al fútbol con hombres. Me quiso hacer una plancha, caí encima suyo, lo vi dije 'con este pibe me caso y tengo hijos'", relató.

En la adolescencia, Cocuzza la llevó al Cilindro de Avellaneda y fue otro amor a primera vista. Desde entonces ve los partidos de la Academia desde la popular.

Cuando Claudia tenía 31 años y Pablo 33 se radicaron en San Juan con sus hijos Facundo, Franco y Martina. Pero el 2010 fue trágico: al hombre le detectaron un tumor cerebral y falleció el 22 de diciembre, cuando los chicos tenían 12, 9 y 3 años.

Lo cremaron y sus cenizas fueron esparcidas en el Cilindro, cerca de donde se ubica la "Guardia Imperial". "Cuando voy a la cancha lo visito a él", afirma Claudia.

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