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Testeos colapsados: la carrera por abrir más y un problema “de actitud” de los sanjuaninos

Tras las fiestas el número de personas que asistieron al Aldo Cantoni creció de golpe y este miércoles el número fue de 1.680.

POR REDACCIÓN

05 de enero de 2022

La tercera ola ya es una realidad en todo el país y en San Juan. De detectar apenas un mes los casos positivos pasaron de 11 a 1.680 y en Argentina el número superó los 90.000 este miércoles. En San Juan los centros de testeos explotaron y en la mañana hubo esperas de hasta tres horas para poder hacerse un hisopado.

En medio de este escenario, Salud Pública anunció tres ampliaciones de la capacidad de testeos en solo unas horas. Primero sumó una unidad móvil, un vehículo preparado para hacer hisopados con la modalidad motor test que funcionó en el parque. Hasta ahí redireccionaban a los que esperaban desde hacía horas  en el Estadio Cerrado Aldo Cantoni.

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Poco después ampliaron el horario del Hospital de Caucete, que en un principio atendía solo de 8 a 13. A partir de este mismo 5 de enero, sumaron un turno de 14 a 18 horas, por lo que el personal solo tiene una hora de descanso mientras sigue recibiendo sobre todo a los habitantes de los departamentos del Este sanjuanino.

Poco después anunciaron que el Hospital Julieta Lanteri, de Rivadavia, también iba a funcionar como un centro de testeo más desde el 6 de enero, de 8 a 13 horas. El día anterior habían sumado a la tarea un punto en El Mogote, junto a la Capilla San Pedro y otro en el barrio Fragata Sarmiento. A partir del jueves la unidad móvil iba a recorrer nuevos barrios para seguir realizando test.

Fuentes del Ministerio de Salud no descartaron que durante la semana se sumaran otros lugares y horarios. El objetivo era poder atender a todos, disminuir los tiempos de espera que se habían incrementado en toda la provincia y descomprimir el Aldo Cantoni, que se convirtió en un hervidero de gente y por lo tanto un lugar riesgoso para los contagios.

Pero todo esto, explicaron, se ve complicado por una actitud errada de los que se presentan a testearse. Es que los agentes sanitarios notaron que recibían a cinco, seis o hasta 12 personas con el mismo apellido juntas. Sospechan que son grupos familiares que se presentan juntos, que han estado en la misma situación de riesgo, una fiesta de fin de año por ejemplo, y que quieren confirmar o descartar si tienen Covid-19 todos a la vez.

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Esto, explicaron, no es necesario. Si el contacto estrecho se produjo a la vez, con que una o a lo sumo dos personas del mismo grupo se testeen, el resto debe asumir que el resultado es igual, a menos que presenten síntomas.

Que el personal de salud testee a un grupo de 12 personas, por ejemplo, hace que otros grupos familiares deban esperar más para poder realizarse un hisopado e incluso desalentarse y no hacer el control. Esto también significa un desgaste innecesario de los recursos, tanto los reactivos, como el de los testeadores.

Es que no solo el cansancio está pesándole al personal de Salud, que está cerca de cumplir dos años trabajando contra la pandemia. La espera cada vez más larga, la ansiedad y hasta el calor hace que algunos de los que asisten traten mal a los trabajadores y hasta han recibido insultos en los lugares y horarios más concurridos.

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