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Trump felicitó a León XIV, el primer papa estadounidense: “Es un honor"
El cardenal Robert Prevost fue elegido como el nuevo Pontífice. Donald Trump destacó su nacionalidad y el valor simbólico del nombramiento para Estados Unidos.
POR REDACCIÓN
Tras la elección del cardenal Robert Francis Prevost como el nuevo Papa de la Iglesia Católica, adoptando el nombre de León XIV, el presidente Donald Trump expresó su satisfacción en un mensaje publicado en su cuenta de Truth Social: “Es un honor que sea el primer Papa estadounidense”. Añadió además que espera poder encontrarse pronto con León XIV y calificó ese futuro encuentro como “un momento muy significativo”.
Desde el Departamento de Estado, el secretario Marco Rubio manifestó la intención de “profundizar su duradera relación con la Santa Sede con el primer pontífice estadounidense”. En un comunicado oficial, Rubio agregó: “Este es un momento de profunda importancia para la Iglesia Católica, que ofrece renovada esperanza y continuidad en medio del Año Jubilar de 2025 a más de mil millones de fieles en todo el mundo. El papado conlleva una responsabilidad sagrada y solemne”.
El vicepresidente J.D. Vance también emitió un mensaje en redes sociales: “Enhorabuena a León XIV, el primer Papa americano, por su elección. Estoy seguro de que millones de católicos estadounidenses y otros cristianos rezarán por el éxito de su labor al frente de la Iglesia. ¡Que Dios le bendiga!”.
Robert Prevost, de 69 años, posee además la nacionalidad peruana y tiene ascendencia española. Fue arzobispo emérito de Chiclayo, en el norte de Perú, y se desempeñaba hasta ahora como prefecto del Dicasterio para los Obispos en el Vaticano, uno de los organismos más influyentes en la estructura eclesiástica.
Su perfil pastoral y su experiencia en América Latina y Europa han sido destacados como factores determinantes en su elección. El diario La Repubblica lo definió como “el menos estadounidense de los estadounidenses”, en referencia a su estilo moderado.
En declaraciones a Vatican News antes del cónclave, Prevost señaló: “No podemos parar, no podemos retroceder. Tenemos que ver cómo el Espíritu Santo quiere que la Iglesia sea hoy y mañana, porque el mundo de hoy, en el que vive la Iglesia, no es el mismo que el mundo de hace 10 o 20 años”. También afirmó: “El mensaje siempre es el mismo: proclamar a Jesucristo, proclamar el Evangelio, pero la manera de llegar a las personas de hoy, los jóvenes, los pobres, los políticos, es diferente”.