Mundo > Huarpe en el Vaticano
“Compartimos mates, reímos y lloramos”, el testimonio de un argentino cercano a Francisco
Este medio habló con un argentino que supo compartir durante ocho años una amistad y relación de trabajo con el papa Francisco. Hoy, lo despide desde la Plaza de San Pedro.
POR REDACCIÓN
La partida de Francisco hacia “la casa del padre”, como lo mencionaron, provocó que miles y miles de fieles se congregaran en la Basílica de San Pedro para darle un último adiós al papa. GRUPO HUARPE se encuentra realizando una cobertura especial desde el Vaticano y pudo charlar con un joven que supo ser un gran amigo del Papa, con quien compartió desde mates y risas, hasta el llanto.
El argentino que tuvo varios acercamientos con Francisco es Eugenio Zucal, el co-fundador de Renova Más, una organización internacional que busca realizar diversas actividades a lo largo del mundo para difundir la palabra del Papa. “No se vive un clima de tristeza, sino que se vive la esperanza que pregonó el papa Francisco toda su vida. Llegaron las miles de personas que no llegaron a conocerlo en persona, pero les llegó su mensaje, la palabra o que lo vieron en la plaza alguna vez y se les quedó su sonrisa, su humildad, su sencillez”.
“Lo que vemos acá es el fruto de la vida de Francisco. Para los cristianos, la muerte es una fiesta, es la culminación de la vida, pero el comienzo de la vida eterna, entonces claramente lo que se vive es la fiesta de la resurrección. Francisco murió justamente el día de la resurrección de Jesús, cuando aquellas personas fueron a buscar a Jesús para llorarlo y se encontraron con el sepulcro vacío”.
Eugenio, oriundo de Buenos Aires, conoció hace ocho años al papa Francisco cuando, en su afán de comunicarse con él, decidió enviarle una carta en representación de su grupo de jóvenes que realizaba proyectos desde el laicado, eran misioneros. Cuatro días después de enviada la carta, el mismo Francisco le respondió y lo citó a una audiencia privada, donde pudo conocerlo. Allí, se forjó una linda relación de amistad, de consejero y de intercambio de palabras.
“Francisco nos apoyaba constantemente y nos invitaba siempre, sobre todo desde que yo me mudé a Londres. Estaba muy cerca de acá y venía seguido. El trabajo era 100% personal, teníamos audiencias, compartíamos mates, reíamos, llorábamos por los dolores del mundo y no poder hacer todo lo que él quería hacer”.
Por último, el joven argentino mencionó que siente un poco de tristeza ya que, recorrer ese mismo lugar, la Plaza de San Pedro, no será lo mismo sin la presencia de su amigo Francisco. “Recorrer estas calles era algo normal y caminaba sabiendo que me iba a reunir con Francisco. En la procesión que hice ayer, ya era caminar sabiendo que no iba a ver en ese encuentro. Estuvimos compartiendo tantas anécdotas que tenemos una esperanza enorme sabiendo que recién es el principio de su legado”, concluyó.