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Qué es y qué produce el éxtasis, la droga que se cobró otro par de vidas más
El éxtasis, forma parte del combo de drogas de diseño muy consumidas en fiestas electrónicas. Qué es, qué produce en nuestro cuerpo y por qué la consumen los más jóvenes.
POR REDACCIÓN
Dos jóvenes murieron esta semana por el consumo de drogas sintéticas en una fiesta electrónica en Santa Fe. En abril de 2016, 5 chicos fallecieron en la famosa fiesta de música electrónica Time Warp. Y así, se van sumando las vidas que se cobran las poderosas drogas sintéticas.
El éxtasis, la denominada “droga del amor”, se supo consolidar como uno de los estupefacientes de mayor consumo entre jóvenes argentinos.
Mediante la liberación en abundancia de la sustancia neuronal serotonina, aquellos que consumen la droga encuentran un clima de felicidad, desinhibición, plenitud física prolongada, buen humor y falta de apetito. Sin embargo, durante las horas en que su efecto permanece, el organismo llega a niveles límite de resistencia y puede tener consecuencias fatales. Alteraciones graves en la temperatura corporal, fallos en los riñones y problemas cardíacos pueden ser las consecuencias de una mala dosis.
El éxtasis, nacido a comienzos del siglo XX y popularizado socialmente en el Reino Unido a partir de fines de la década del 70, es una de las pocas drogas denominadas “empatógenas” (o entactógenas), que tienen la mayor parte de sus efectos en la empatía con el otro. Para quienes la consumen, sus efectos son compartidos y resultan demasiado placenteros como para tener en cuenta los peligros a los que se someten.
El peligro de una sobredosis es inminente. Los primeros síntomas de riesgo pueden ser temblores en los dientes y nerviosismo extremo. Su uso junto a grandes niveles de actividad física (como podría ser bailar) en ambientes muy calurosos puede conducir a la muerte, a raíz de una subida desproporcionada de la temperatura, un cuadro grave de hipertensión o fallos en los riñones.
Por qué es popular entre los jóvenes
El éxtasis aparenta ser, en muchas ocasiones, el pasaje ideal hacia el estado de plenitud y desinhibición que se busca entre quienes asisten a fiestas, en las que los excesos son moneda corriente. Esta droga, como la cocaína, parece inofensiva pero los efectos que produce son inimaginables a veces entre sus consumidores.
La principal droga del éxtasis es el MDMA. Habitualmente se toma en pastillas de colores y su consumo produce un efecto que permanecerá al menos por unas 4 a 6 horas. Una dosis promedio de 100 miligramos es absorbida rápidamente por el tracto gastrointestinal. Se llega al pico del efecto en no más de 1 hora.
Según los consumidores habituales, los síntomas principales son la apertura social, la empatía con el otro, la desaparición del miedo, la inhibición y la anulación de la agresión o la ira. A medida que sube la presión sanguínea y el ritmo cardíaco, los bronquiolos se dilatan, al igual que las pupilas.
El éxtasis se diferencia de otras drogas desinhibidoras como la cocaína, porque generalmente su uso se reduce a momentos muy específicos, como una fiesta.
El sentimiento de seguridad, falta de miedo y placer constante se explica en el incremento de los niveles de la serotonina en el cerebro, lo cual calma la ira y el enojo. Es por eso que la mezcla de esta droga con algunos antidepresivos, como el Prozac (que actúa como inhibidor de esa sustancia), puede acarrear hasta consecuencias mortales para una persona.
Qué hace en nuestro cuerpo
Tomar dos pastillas de éxtasis en una misma noche puede terminar en una sobredosis. Sus efectos son los típicos de un exceso de liberación de serotonina. En general, aparece una sobreestimulación del sistema nervioso simpático, se va el hambre y llegan los síntomas de la deshidratación. Cuando una persona baila sin parar durante un largo período, la falta de agua en el cuerpo empieza a alterar el funcionamiento normal del organismo.
Como si fuera poco, los esfuerzos de los consumidores para luchar contra la deshidratación son contraproducentes. Muchas personas toman muchísima agua con el fin de evitar la deshidratación y la hipertermia, pero la ingesta excesiva de líquido en un corto tiempo diluye el sodio de la sangre y generar un cuadro de hiponatremia, que puede producir convulsiones, vómitos y, en el caso más extremo, un edema cerebral.
Además el combo generado entre el aturdimiento, la aglomeración de gente, la deshidratación, la dificultad para conseguir líquido (lo que ocurre muchas veces, adrede) y el aumento de la concentración de la droga en sangre genera situaciones extremas, y pueden ser lamentables.
En el aspecto psicológico, el síntoma más común que sufren los consumidores de éxtasis es el profundo bajón emocional los días posteriores a su uso. Esta fatiga conduce a cambios radicales del humor y, según los casos, puede conducir a un cuadro de depresión clínica. Los consumidores habituales suelen presentar casos de ira, accesos de violencia e irritabilidad. Sin embargo, estos cuadros se esfuman con el abandono del uso de la droga.
Respecto a posibles daños cerebrales permanentes, los especialistas tampoco pudieron definir un patrón unificado claro. Por el momento, se sabe que aquellos consumidores abusivos del éxtasis pueden encaminarse hacia un déficit de producción de serotonina en su cuerpo, debido a un daño de las terminaciones nerviosas de los receptores del cuerpo. Los síntomas ante ese problema radican en una ansiedad crónica, problemas de memoria y altos niveles de hostilidad.
Fuente: Infobae.com