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Así despide el mundo al papa Francisco en la Basílica de San Pedro
El pontífice falleció a los 88 años y su cuerpo será velado hasta el viernes 25 de abril en el corazón del Vaticano. Miles de fieles se acercan a rendirle homenaje, mientras se prepara su entierro en Santa María la Mayor.
POR REDACCIÓN
La basílica de San Pedro, centro espiritual de la Iglesia católica, se ha convertido esta semana en el escenario de una histórica despedida. El papa Francisco, quien falleció el lunes 21 de abril a los 88 años, es velado en un féretro sencillo ubicado bajo el majestuoso baldaquino de Bernini, rodeado por la vigilia de cuatro guardias suizos y el silencio sobrecogedor de miles de peregrinos que desfilan para darle el último adiós.
Desde primera hora del martes, largas filas comenzaron a formarse en la Plaza de San Pedro. Fieles de todas partes del mundo esperaron entre cuatro y cinco horas, primero bajo el sol y luego en el interior solemne del templo, para pasar frente al cuerpo del papa argentino, vestido con sotana roja, mitra papal y un rosario entre las manos.
El féretro, elaborado en madera y zinc, fue elegido por el propio pontífice. Fiel a su estilo austero, renunció a ornamentos y ceremoniales tradicionales, como el uso del catafalco en el que fueron expuestos sus predecesores.
A lo largo del día martes, más de 19.000 personas ya habían ingresado a la basílica. Las autoridades vaticanas prevén un flujo que podría superar los 200.000 visitantes en los próximos días, incluyendo jefes de Estado y representantes de diversas confesiones religiosas. Italia, por su parte, desplegó un amplio operativo de seguridad en torno al Vaticano.
Con el objetivo de garantizar una presentación digna del cuerpo durante los días de exposición, se le aplicó al pontífice un procedimiento de conservación conocido como tanatopraxia. Esta técnica, cuyo nombre proviene del griego thanatos (muerte) y praxis (práctica), incluye una limpieza profunda y la inyección de líquidos conservantes en las arterias, combinados con tratamientos externos para preservar el aspecto físico del difunto y minimizar los efectos de la descomposición.
El cuerpo del papa Francisco permanecerá expuesto hasta el viernes 25 de abril a las 20:00 horas. En ese momento, el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell presidirá el acto solemne del cierre del ataúd. Al día siguiente, sábado 26, tras la misa de despedida, el féretro será trasladado a la basílica de Santa María la Mayor, donde el pontífice será enterrado, según dejó expresado en su testamento.
Esa última voluntad cierra un círculo íntimo y simbólico para Jorge Mario Bergoglio. Santa María la Mayor fue siempre su refugio antes de cada viaje apostólico y el lugar donde, en la intimidad, rezaba en silencio. Su descanso eterno será allí, en una de las cuatro basílicas mayores de Roma, como él mismo deseó.
San Pedro, donde descansa simbólicamente el primer papa de la cristiandad, ha acogido así a uno de sus sucesores más queridos. La Iglesia y el mundo lo despiden con recogimiento, respeto y lágrimas, mientras el eco de sus palabras resuena entre las columnas milenarias de la basílica: “Recen por mí.”