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Provinciales > Historias sanjuaninas

Cumplió el deseo de su mamá y abrió un comedor para ayudar a sus vecinos

10 amigos sanjuaninos decidieron dar una mano en plena cuarentena.

26 de mayo de 2020
El grupo de amigos preparando los ingredientes para las comidas. Foto: gentileza.
Con guantes y tapabocas, en la cocina se prepara todo las recomendaciones de Gobierno. Foto: gentileza.
Los días lunes, miércoles y viernes se entregan las viandas para los vecinos que lo requiera. Foto: gentileza.

Una charla con su madre fue el empujón que hizo falta para emprender un proyecto: un comedor para ayudar a los vecinos de su departamento, Albardón, que la están pasando mal por el coronavirus.

Matías Giménez, de 27 años, es un estudiante que vive en el barrio Las Lomitas. Trabajaba preparando comidas para algunas empresas, pero con el coronavirus y la cuarentena eso se vio un poco frenado. Ayuda en su casa y en el negocio de su padre.

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A su madre, Sandra Lozano, de 61 años, le tuvieron que amputar una de sus piernas por una enfermedad que se complicó. Con la prótesis que le consiguieron hace poco empezó a practicar para volver a caminar. Una noche conversando con su hijo Matías, le dijo algo que lo marcó: “Cuando aprenda a caminar mejor, me voy a poner un comedor para ayudar a la gente”.

Matías no dudó, y junto a su amigo Alexis Mallea, de 24, estudiante de gastronomía, empezaron a gestar una idea, que se transformó en el proyecto que su madre quería: nació el comedor Caritas Sonrientes.

Vía WhatsApp convocaron a otros amigos, que tampoco dudaron y se sumaron a la iniciativa para ayudar.

Los días lunes, miércoles y viernes preparan un almuerzo para ayudar a todo aquel vecino que le haga falta. En su casa en calles Buenos Aires y La Laja, ofrecen la comida y lo que consiguen de donaciones de ropa.

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“Tenía todos los utensilios y ollas, así que empezamos con mis amigos”, le cuenta Matías a DIARIO HUARPE.  Quien se encarga de la cocina con Alexis, mientras otros amigos se dividen tareas en el frente de la casa. Unos reciben y entregan los tuppers que lleva la gente, y otros entregan ropa a quienes lo requieran.

El grupo trabaja con todas las precauciones que hacen falta en este tiempo de coronavirus: guantes, y tapabocas. Piden que sólo vayan adultos. Aunque si alguno se comunica con el grupo y se ve imposibilitado de ir a buscar la comida, ellos mismos se encargan de acercarle el alimento.

Los jóvenes salen casi todos los días a pedir donaciones de alimentos y se encuentran con la buena voluntad de los comerciantes, pero admiten que siempre hace falta un poco más. “Estamos agradecidos de la ayuda que nos dan”, dice Matías y agrega: “pero por ahí necesitamos de más ayuda. Cualquier colaboración sirve y mucho”. Lo que más les cuesta conseguir es carne vacuna o de pollo, que hasta ahora ponían dinero de su bolsillo para poder conseguir.

En la cocina se prepara de todo. Ya hicieron lentejas con arroz, guiso con fideos y canelones. En este lunes patrio se esforzaron y pudieron hacer un locro. Han entregado, en estas semanas que llevaban funcionando, entre 140 y 200 porciones por jornada.

El grupo pide que cualquiera que pueda ayudar, se contacte con ellos y coordinan la forma de retirar las donaciones. Vía WhatsApp pueden comunicarse al 154505547 o por llamada telefónica al 155579451.

El grupo está conformado además de Matías y Alexis, por Natalia Lucero (24), Brisa Villafañe (21), Agustina Lucero (21), Micaela Carrizo (26), Ezequiel Flores (22), Enzo Soria (29), Emanuel Flores (25) y Karen Figueroa (16).

“Los vecinos nos apoyan mucho y nos dicen que están orgullosos de nosotros. Vamos a seguir hasta donde podamos, al menos hasta que lo que dure la cuarentena, después veremos”, finalizó diciendo.

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