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El afecto de un pueblo: una multitud despidió los restos del Wey Zapata
El fallecido corredor recibió el homenaje de miles de personas entre los que se pudo ver a los motoqueros locales que acompañaron la caravana fúnebre.
POR REDACCIÓN
Eran las 17.14 de este martes 6 de abril de 2021 cuando un aplauso cerrado y el rugido de los motores ensordeció a todos. Es que justo en ese momento, salía de la cochería el ataúd que transportaba los restos Gerónimo Alberto Zapata Bacur, conocido por todo San Juan como Wey.
El joven que falleció este domingo en un accidente durante una carrera de motocross en Córdoba, conmovió a todos con su historia de resiliencia digna de una película. Todo comenzó con un accidente automovilístico en noviembre del año pasado.
Fue tan brutal el choque que protagonizó el Wey, que los médicos tuvieron que amputarle el brazo izquierdo. Después de este hecho que le habría quitado las fuerzas a cualquiera, el joven de 23 años volvió a empezar y menos de un mes después ya estaba de vuelta arriba de una moto. Este domingo antes del mediodía, el Wey se cayó en la moto, lo asistieron de inmediato, pero no pudieron hacer nada por salvarlo.
La noticia de la muerte del Wey llegó a San Juan en cuestión de minutos y de inmediato se multiplicaron los mensajes de condolencias a la familia y de admiración por la fuerza que puso el muchacho para poder sobreponerse ante la adversidad.
Este lunes el cuerpo del Wey volvió a su provincia y fue velado en una cochería de calle Salta, durante toda la jornada hubo un desfile incesante de personas que fueron a rendirle homenaje a este muchacho que dejó la vida de manera tan inesperada.
Este martes en el sepelio miles de personas se dieron cita en la puerta de la funeraria y cuando el féretro salió con destino al cementerio de Rawson. Los motociclistas comenzaron a aplaudir, otros hicieron rugir sus motos y muchos miraron en silencio. Otros tantos terminaron llorando en silencio.
Luego la caravana de cientos de personas, partió al Cementerio de Rawson y en el camino no faltaron las muestras de apoyo, lo bocinazos, el rugir de motos y los aplausos interminables.
Tras una hora de recorrido el cuerpo del Wey llegó a su última morada, allí hubo palabras de despedida, muestras de apoyo para sus padres y hermanas que con la mirada intentaban agradecer el amor de todo un pueblo.