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Emilse, la sanjuanina repatriada que se recibió de bioingeniera por Zoom y aislada en un hotel

Llegó a San Juan desde Alemania, donde estuvo por una beca, y rindió en inglés para sus profesores y familiares.

04 de septiembre de 2020

“La verdad es que nunca imaginé que iba a exponer mi tesis así”, dice Emilse.

Emilse Benavídez tiene 27 años y el miércoles 2 de septiembre expuso su tesis de bioingeniera a través de la plataforma Zoom. Lo hizo desde la habitación del hotel en el que está cumpliendo el aislamiento por llegar del exterior, hablando en inglés y dirigida a los profesores que tuvo en la universidad de Alemania, país en el que estuvo debido a su beca.

Del otro lado de la pantalla también se sumaron sus familiares y amigos. Era la primera vez que se veían las caras porque durante el año en el que Emilse estuvo en Alemania no pudieron hacerlo debido a las dificultades y los costos de internet.

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Ese fue su festejo y su momento más preciado, el charlar con personas queridas. “Fue muy lindo, me emocionó ver a todos a través de las cámaras porque era la primera vez que los veía de nuevo después de un año, recibí mucho cariño y eso para mí fue emocionante”, cuenta a DIARIO HUARPE.

Tras exponer la tesis, Emilse pudo ver las caras de sus familiares y a amigos a través de Zoom. Foto: gentileza.

Aunque estaba sola en una habitación del hotel en el que debe cumplir la cuarentena hasta el 9 de septiembre, dice que siempre se sintió acompañada a pesar de la distancia. Tras las felicitaciones por su tesis en la que obtuvo un 9.50 de calificación, no hubo abrazos ni besos, tampoco huevos y harina, sólo conversaciones, risas y el deseo del reencuentro.

Aunque después le llegó una tarta de chocolate con dulce de leche de regalo: “Ya había olvidado lo ricos que eran esos sabores, hacía tanto no los comía”, dice. También le llegó por WhatsApp el regalo de una pieza de piano que le tocó un amigo para ella. “Me siento muy bendecida y afortunada por las personas que tengo a mi lado”, comenta.

La tesis, cuyo tema fue la presentación de un dispositivo de medición de la actividad cerebral en la corteza prefrontal, la expuso el miércoles 2 de agosto a las 9. Ya estaba aprobada debido a que la hizo en Alemania y se rigen con la normativa de ese país. Allá le colocaron la nota luego de que presentó este trabajo final y fue evaluado por un comité. La exposición es opcional, pero a Emilse un profesor alemán le pidió que la realice porque estaba interesado en el tema.

Fue así que, tras llegar a San Juan el jueves 27 de agosto y dormir sólo unas horas, comenzó a preparar la exposición por la que obtuvo una gran cantidad de felicitaciones. Ahora sólo le queda que le pasen la equivalencia del 9.50 que obtuvo y exponerla nuevamente para profesores y autoridades de la Facultad de Ingeniería, aunque ella ya se recibió de bioingeniera sólo con la nota de la facultad de Alemania.

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“Mi mayor logro y satisfacción no es el haber hecho la tesis en otro país, sino que ellos hayan quedado tan satisfechos para continuar con esta beca y recibir más estudiantes de Argentina porque esta es una experiencia transformadora y positiva y me encantaría que otros estudiantes tengan esta posibilidad”, dice con orgullo.

Emilse rindió su tesis en inglés para sus profesores de Alemania. Foto: gentileza.

Internet, la principal complicación

Tras llegar a San Juan, Emilse tenía sólo unos días para preparar la exposición, razón por la que descansó muy pocas horas para llegar a tiempo. Aunque apenas llegó al hotel en el que está haciendo la cuarentena, notó que el internet no la iba a acompañar debido a la lentitud que tenía.

Luego de pensar cómo solucionarlo, decidió pedirles a sus familiares que le compren un chip al que ella pueda cargarle crédito. Lo colocó en su celular y desde ahí le compartió datos móviles a su computadora. De esa forma pudo tener una reunión por Zoom con su director de tesis de Alemania y también exponer su trabajo al día siguiente. “Gasté un montón en internet, pero eso no es lo importante”, asegura.

El festejo que tendrá que esperar

“No me hice muchas expectativas con el festejo porque todo depende de las normativas de la pandemia”, cuenta Emilse.

A pesar de ello, se imagina llegando a su casa el 9 de septiembre y abrazando a todos sus familiares. “Se extrañan los abrazos, charlar, también quiero en algún momento juntarme con mis amigos y después tener una reunión con todos mis seres queridos”, dice.

Emilse está ansiosa por verlos ya que el único que ve desde la ventana del hotel que da a la calle, es a su papá cuando le va a llegar alguna comida. “Al menos es algo, siempre puede ser peor”, comenta entre risas.

La odisea para llegar a San Juan

Emilse y otros dos alumnos de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ que también fueron parte del programa de movilidad estudiantil denominado Proyecto IDEAR sacaron pasajes de avión para viajar el 28 de agosto desde Alemania a Buenos Aires y luego a San Juan, pero la pandemia cambió todos sus planes. Debido al coronavirus, las compañías aéreas cancelaron los vuelos que tenían programados por lo que perdieron los pasajes.

Empezaron a contactarse con la Cancillería Argentina donde les informaron que sólo había dos aerolíneas que viajaban desde Europa a la Argentina. Fue así que volvieron a invertir dinero en vuelos y luego se lo reintegraron desde la universidad. Pero en esta ocasión, no llegaban de forma directa a Buenos Aires.

Los únicos que consiguieron salieron desde Holanda, donde llegaron viajando en un colectivo de línea durante 8 horas. Ese vuelo iba hasta París y desde ahí recién partieron hasta Buenos Aires.

A San Juan llegaron los tres en un colectivo de larga distancia en un viaje que duró 50 horas. El transporte fue desde Buenos Aires hasta Santa Fe, de ahí a Córdoba, luego a San Luis, después pasó por Mendoza y por último llegó a San Juan.

La mayor de las esperas la tuvieron en el control de San Carlos donde había una fila de camiones que Emilse describe como “eterna”. Llegaron el miércoles 26 de agosto a las 17 y, debido a algunas complicaciones que hubo, recién pudieron ingresar a la provincia a las 8 del día siguiente.

“No teníamos agua, ni comida, estábamos debilitados, pero ya estamos acá y ya pude exponer la tesis que es lo importante”, cierra Emilse.

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