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La historia real de Molly Kochan, la mujer que enfrentó el cáncer terminal con libertad sexual y amor propio

Su vida inspiró la serie Dying for Sex, que se estrenó el 4 de abril en Disney Plus. Molly Kochan desafió tabúes al vivir su diagnóstico terminal con una intensidad que la llevó a dejar a su esposo y explorar su sexualidad sin límites.

POR REDACCIÓN

07 de abril de 2025
Michelle Williams en 'Dying for Sex' (Disney+). Foto: gentileza 

Molly Kochan tenía 41 años cuando le diagnosticaron cáncer de mama en etapa IV. La noticia marcó un antes y un después en su vida: lejos de sumirse en el miedo o la resignación, tomó una decisión que desconcertó a muchos, pero que, para ella, fue un acto de empoderamiento. Se separó de su esposo, cambió radicalmente su estilo de vida y comenzó una aventura sexual con más de 200 hombres. “Así me enamoré, de mí misma”, resumió en uno de los tantos testimonios que dejó antes de su fallecimiento, en 2019.

Su historia dio la vuelta al mundo por la crudeza, honestidad y libertad con la que decidió vivir sus últimos años. Ahora, su legado llega a la pantalla con la serie Dying for Sex, estrenada el 4 de abril en Disney Plus, basada en su vida y en el podcast que co-creó junto a su mejor amigo, Nikki Boyer.

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Molly utilizó las redes sociales como diario íntimo y altavoz. En su cuenta de Instagram se definía como una mujer que mezclaba “declaraciones honestas sobre el cáncer de mama en etapa IV con las selfis sexis que les envío a extraños para sentirme viva”. A través de imágenes en ropa interior, poses provocadoras y reflexiones crudas sobre la enfermedad, desafió la imagen estereotipada de los pacientes oncológicos y se apropió de su narrativa con una autenticidad poco común.

“No quiero ser la persona más fuerte que conozcas”, escribió alguna vez, dejando en claro que no pretendía convertirse en ejemplo de resiliencia, sino vivir como se le diera la gana, aún —y sobre todo— en el contexto de su enfermedad.

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En lugar de esconderse, eligió explorarse, conocerse, y celebrar su cuerpo aún en medio del dolor. A través de sus encuentros sexuales —a menudo documentados con humor y sensibilidad en su podcast— no solo buscó placer, sino también conexión humana, validación emocional y la posibilidad de sentirse viva en medio del deterioro físico.

La serie Dying for Sex recrea con ternura, ironía y profundidad el camino que eligió Molly. Su historia no es simplemente la de una mujer enfrentando el cáncer, sino la de una persona que se atrevió a vivir su final con la mayor intensidad posible, rompiendo con normas sociales, estigmas sobre la enfermedad y tabúes en torno a la sexualidad femenina.

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Falleció a los 45 años, pero dejó una huella que trasciende el tiempo. Hoy, su vida no solo inspira una ficción, sino también conversaciones reales sobre el amor propio, la sexualidad, la muerte y la posibilidad de reinventarse incluso cuando el final parece estar escrito.

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