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Murió Luis Felipe "Yuyo" Noé, referente del arte argentino y figura clave de la renovación visual
El reconocido artista plástico falleció a los 91 años. Fue uno de los impulsores del movimiento “Otra figuración”, participó en la Bienal de Venecia y dejó un legado marcado por la generosidad, la reflexión y una obra profundamente ligada al pensamiento.
POR REDACCIÓN
Este martes se confirmó la muerte de Luis Felipe “Yuyo” Noé, uno de los artistas fundamentales del arte argentino contemporáneo, a los 91 años. Pintor, escultor, escritor y pensador, Noé no solo fue protagonista de la renovación artística nacional en los años 60, sino también una figura generosa y siempre activa, que acompañó hasta el final de su vida tanto con su obra como con su palabra.
Integrante y fundador del grupo “Otra figuración” —junto a Ernesto Deira, Jorge de la Vega y Rómulo Macció—, Noé fue parte de un movimiento que rompió con las estructuras formales de la época e introdujo una nueva manera de concebir la imagen en el arte. Su trabajo atravesó décadas de cambios sociales y culturales, y supo mantenerse vigente sin dejar de lado la reflexión crítica que lo caracterizó.
Más allá de su producción visual, Yuyo fue un pensador inquieto. Hace pocas semanas presentó su último libro, *Asumir el caos*, una publicación de 500 páginas en la que plasmó su visión del arte y del tiempo. “El caos no es un concepto, es la vivencia del tiempo”, afirmó en una de sus últimas entrevistas. Esa idea, que atravesó gran parte de su obra, lo convirtió en un referente no solo estético sino también filosófico.
Noé representó a la Argentina en la Bienal de Venecia, fue distinguido con premios como la Beca Guggenheim y recibió múltiples reconocimientos nacionales e internacionales. Sin embargo, su legado va más allá de los galardones: su compromiso con el arte se reflejó también en su rol como formador, impulsor y acompañante de nuevas generaciones.
Desde la Fundación Noé en San Telmo —que impulsó junto a artistas como Cecilia Ivanchevich, Natalia Revale y Lorena Alfonso—, promovió el encuentro entre consagrados y jóvenes talentos. Su presencia habitual en inauguraciones, su apertura al diálogo y su constante apoyo a colegas lo convirtieron en una figura querida y respetada en todo el ámbito artístico.
Con su muerte, el arte argentino pierde a una de sus mentes más lúcidas, pero su obra, su pensamiento y su espíritu generoso seguirán inspirando a quienes, como él, creen que el caos también puede ser una forma de belleza.