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Sin trabajo y con 20 años, Nicolás Vega abre un comedor en Las Piedritas: "Muchos no tienen nada"
Por la cuarentena no puede hacer changas. Pero sí dar una mano.
Por Eliana Ruiz
-Hola, voy a querer un picadillo y $20 de pan -le dijo la mujer al quiosquero.
En la fila del negocio, a unas cuadras de su casa en la localidad de Las Piedritas, en Albardón, Nicolás Vega vio la escena: esa mujer estaba comprando la cena para una familia de 10 personas, 2 adultos y 8 niños.
-¿Cómo los puedo ayudar? ¿Qué les hace falta? -intervino Nicolás.
-Sinceramente, no tenemos nada -le respondió la mujer de unos 30 años.
-No se preocupe, voy a ver qué tengo y algo le voy a acercar.
Nicolás tiene 20 años, es changarín y la cuarentena lo dejó sin trabajo, pero a los pocos minutos le golpeó la puerta a su vecina con un paquete de fideos y otro de arroz.
-Muchas gracias, es muy lindo lo que estás haciendo ahora y con el merendero. Seguí adelante porque acá hace falta. Y avisame cuando empieces con el comedor así voy -le dijo la mujer.
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En Las Piedritas casi todos conocen a Nicolás Vega, porque hace poco más de un año, el 5 de abril de 2019, inauguró un merendero junto a su abuela Dominga Mercado, de 71 años.
Surgió en una tarde de otoño, cuando ambos tomaban mate y él dijo:
-¿Querés que hagamos algo para los chicos de acá?
-Pero si no tenemos ni qué darles...
A Nicolás no le importó. Estaba decidido a ayudar: aunque sea una copa de leche a la semana. Consiguió donaciones y empezó a servir a unos 40 chicos que se ubicaban en 2 tablones, 3 banquetas y 6 sillas que sacaba del comedor hasta la vereda o al fondo de su casa.
Con la cuarentena todo cambió: ahora se acercan los adultos y hacen la fila con tazas, jarras, botellas y bidones para llevarles la merienda a sus hijos.
Y también hay más gente: cerca de 70 personas. Por semejante necesidad en la localidad albardonera, decidieron abrir de lunes a viernes.
-A veces les damos la leche sin galletas, sin tortitas, sin nada... porque no tenemos -dice Nicolás a DIARIO HUARPE.
Cuando eso ocurre, hace pedidos en la página de Facebook “Merendero Corazones Sonrientes” y en sus estados de WhatsApp. Y suele conseguir algo.
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Nicolás se llama así en honor a su abuelo, que falleció hace 10 años. De chico aprendió la solidaridad con él, en Mogna. El hombre trabajaba en la minera TEA y al salir ayudaba a su esposa Dominga con la comida. Luego se iba con el nieto a repartir alimentos a las familias de bajos recursos.
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A fines de marzo Nicolás vio que en Las Piedritas ya no alcanzaban los módulos alimentarios que entrega el municipio y se decidió a armar un comedor. Como no puede salir a hacer changas, con lo recibido y parte de la jubilación de su abuela juntó 5 packs de arroz de 10 unidades cada uno.
-Este lunes 20 abrimos -le avisó a la mujer a la que vio comprando el picadillo y el pan.
-¡Ahí vamos a estar!
Hoy es el día.
“Ojalá los sanjuaninos nos ayuden, porque acá hay muchas familias que no tienen nada para comer”, dice Nicolás. Para dar una mano: 264 627-2587.