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Tres lustros de Fernando Gago
POR REDACCIÓN
04 de diciembre de 2019
Se cumplirán mañana 15 años del debut en Primera División de uno de los mediocampistas más brillantes que ha dado la Argentina en el siglo en curso: Fernando Gago, Pintita de Ciudadela. Gago, Fernando Rubén, integró el equipo de Boca que el 5 de diciembre de 2004 venció en condición de visitante a Quilmes con un gol de penal convertido por Franco Cángele. Para entonces, tenía 18 años cumplidos el 10 de abril y ya era un secreto a voces que en la Reserva de Boca hacía maravillas un medio centro delgado, elegante, de pase certero, que se había formado en el célebre Club Social Parque, la llamada Masía argentina en directa referencia al lugar donde el Barcelona modeló estrellas como Andrés Iniesta y Lionel Messi, entre otros. Por Parque, con Ramón Maddoni a la cabeza como sabio entrenador y mentor, habían pasado también futbolistas de la talla de Juan Ramón Riquelme, Juan Pablo Sorin, Diego Placente, Leonel Gancedo y Federico "Pocho" Insúa. Y Gago, por cierto, a quien llevó a la Primera de Boca un director técnico de paso relativamente corto, como Jorge José Benítez, el Chino. La tarde de la que mañana se cumplirán 15 años, Benítez dispuso un equipo con Ezequiel Medrán; Pablo Jerez, Matías Silvestre, Claudio Morel Rodríguez y Pablo Álvarez; Pablo Ledesma, Fernando Gago, Neri Cardozo y Matías Donnet; Ariel Carreño y Mauro Boselli. En el segundo tiempo ingresaron Víctor Ormazábal, Luis Miguel Escalada y Franco Cángele, que en el último minuto del partido decidió el resultado mediante un penal. El bautismo de Gago, con el dorsal 32, no expresó un nivel superlativo pero sí dejó ver la impronta que lo ha distinguido hasta el lunes último cuando condujo el mediocampo de Vélez en el triunfo de 3-1 a expensas de Colón: panorama claro y botín fino. Muy sabido es que a lo largo de su extensa trayectoria Gago sufrió unas cuantas lesiones y varias de ellas de gravedad, al punto de poner en riesgo su permanencia en el fútbol profesional, pero en sentido estricto es la suya una carrera excepcional. Fue transferido al Real Madrid en 27 millones de dólares y con la camiseta del que es considerado el club más poderoso del planeta fue parte de la obtención de cuatro títulos. Desde luego ha sido Boca el equipo en el que alcanzó su versión más luminosa (de hecho, acumuló nueve vueltas olímpicas) y asimismo con Vélez ganó la Superfinal de 2013 y vistió otras prestigiosas camisetas como las de Roma de Italia y Valencia de España. Con la Selección Nacional fue medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y 61 veces resultó internacional absoluto, entre tantas en la final del Mundial de Alemania 2014 en Río de Janeiro cuando a falta de nueve minutos para los 90 reglamentarios entró en sustitución de Enzo Pérez.
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