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Canje de deuda: entre la extensión del plazo, una contrapropuesta y la opción de un default

El Gobierno anticipó que el lunes, al filo de lo que puede hacer, informará si da más tiempo para cerrar la reestructuración. 

POR EL CRONISTA PARA DIARIO HUARPE

Cuando se esperaban novedades sobre el canje de deuda durante el fin de semana, el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, mostraron el sábado que usarán hasta el último plazo para dar a conocer los próximos pasos al destacar que "la posibilidad de extender la oferta para el canje de deuda continúa vigente hasta el lunes 11 de mayo".

"Cuando este plazo venza" el Gobierno definirá los pasos a seguir en el marco del proceso de reestructuración de los títulos públicos emitidos en moneda extranjera bajo ley extranjera, escribió Alberto en un breve hilo de Twitter que replicó su ministro de Economía.

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El viernes venció el plazo original para que los bonistas dijeran si aceptaban o no la oferta de canje de deuda que les había hecho el Gobierno. Según contaron a El Cronista fuentes que estaban al tanto de esos resultados, el nivel de adhesión rondaba el 20%. La Argentina necesita mucho más para que la reestructuración pueda llevarse a cabo.

El mismo viernes, Guzmán había dado a entender que el sábado contarían cómo pensaban seguir el proceso. El ministro fue a desayunar con Alberto, en una reunión que se extendió hasta el mediodía. Y fue tras esa reunión que el Presidente develó que aguardarían hasta el  último minuto que tienen para informar los próximos pasos, ya que el lunes por la mañana expira el plazo en la SEC (la autoridad regulatoria norteamericana ante la que se presentó el prospecto del canje) para que el Gobierno confirme los términos originales o anuncie una extensión para la aceptación de la oferta 

En su anuncio por Twitter, Alberto ratificó también que se continuará "dialogando de buena fe con los acreedores con el objetivo de alcanzar un acuerdo sostenible".

Así, el Presidente ratificó, una vez más, que esperan una contrapropuesta de los tenedores de deuda argentina.

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Un detalle no menor a la espera de las novedades del lunes: si no hay extensión de plazos y efectivamente la propuesta tuvo baja adhesión, la reestructuración habrá fracasado. 

El problema de la oferta del Gobierno y qué debería tener la contraoferta

Lo que ofreció el Gobierno en su oferta de canje fueron 5 nuevos bonos en dólares y otros tantos en euros para cambiar por un total de 20 títulos públicos vigentes en esas monedas y otro más que está emitido en francos suizos.

A grandes rasgos y dependiendo del bono, la oferta argentina implica recortes en el valor nominal de los bonos, bajas en las tasas de interés y, en casi todos los casos, extensión de los plazos de pago.

Pero, además, en todos los casos se plantea un período de gracia de casi tres años, que sería uno de los problemas principales para el éxito del canje por lo que implica en cuanto al "costo de salida" de esos bonos en ese período.

Mientras, el Gobierno insiste en que está a la espera de una contraoferta de los bonistas que hasta ahora no llegó.

La exigencia de la Casa Rosada es que la eventual contrapropuesta cumpla con los planteos del FMI y la sostenibilidad de la deuda. Traducido al lenguaje un poco más práctico con el que se hizo la oferta inicial, quiere decir que, en cada caso, se cumplan dos de las tres premisas del canje: recorte de capital, tasas más bajas y mejores plazos.

Los plazos se acortan

Para hacer una nueva oferta -surja del Gobierno o de los bonistas- los plazos son cortos. Hay que presentar el nuevo prospecto ante la SEC y la fecha final para el anuncio de los resultados debería no pasar del 22 de mayo.

Es que la Argentina ya incumplió en abril con un pago de u$s 503 millones por el vencimiento de tres bonos Globales. No entró en cesación de pagos por el período de gracia de un mes que tiene para cumplir con esa obligación. Ese período vence el 22 de mayo. Si para entonces no se cerró el canje y la Argentina no hace el pago, el país entrará en un nuevo default.

Claro que aún si no hubiese acuerdo para ese momento, el Gobierno aún tendría la posibilidad de ejecutar el pago, evitar el default y ganar tiempo para seguir negociando. Un escenario similar al que tuvo que enfrentar el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, en febrero.

A medida que se venían cerrando las fechas y mientras Guzmán sumaba apoyos académicos de peso a su propuesta, el Gobierrno fue recibiendo también el respaldo interno, en particular del empresariado que, sin embargo, dio ese apoyo con un pedido: hay que evitar el default. En la Rosada y el Palacio de Hacienda, la posición que se exhibe es constante: un mal arreglo sería peor.

Las próximas semanas son definitorias. El lunes por la mañana el Gobierno deberá explicar qué es lo que viene.

Por Javier Rodríguez Petersen

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